72 Años de Amor y Pan: La Receta de Toñita y Gonzalo en la Colonia Doctores

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Guadalupe Madrigal

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Toñita Covarrubias y Gonzalo Rocha, de 91 y 95 años, se arreglan y se perfuman cada mañana para tener su cita diaria en una banca que está afuera de su panadería

Toñita y Gonzalo en la entrada de su panadería en la colonia Doctores

Toñita y Gonzalo en la entrada de su panadería en la colonia Doctores. Foto: N+

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En la calle Doctor Lucio #25, en la colonia Doctores, Ciudad de México (CDMX), ocurre algo que parece sacado de una película romántica. No es un semáforo lo que detiene el paso de los peatones, es una escena que conmueve: una pareja de adultos mayores sentados y tomados de la mano frente a su panadería. Y no es cualquier pareja.

Toñita Covarrubias, de 95 años, y Gonzalo Rocha, de 91, llevan 72 años de casados y todos los días se sientan juntos a contemplar la vida, vestidos con elegancia y una serenidad que contagia.

Su panadería, su esquina, su historia

Son los dueños de la panadería Lina, llamada así por una de sus hijas. Todos los días se colocan en la entrada como si esperaran una cita especial. El olor a pan recién horneado, sumado a su presencia, ha convertido ese rincón en un punto de paz en medio del caos citadino.

Los transeúntes no pueden evitar sonreír, algunos les toman fotos, otros simplemente los admiran. Sergio, un vecino que pasa frecuentemente por la zona, lo resume con emoción:

Me impresiona mucho verlos tan guapos y diario, diario están aquí, galanes. Espero llegar así y estar así.

El trabajo, la salud y una receta de amor

A pesar de su edad, doña Toñita aún entra de vez en cuando al local. Lo hace más por gusto que por necesidad. Para ella, seguir activa tiene un valor profundo.

Sí me gusta trabajar, sobre todo cuando llegan los clientes. El trabajo es vida y, aparte, está uno contento porque tienes para comer lo que a ti te gusta. Se la pasa uno dándole duro a la chamba.

Don Gonzalo, por su parte, fue contador, pero hace décadas cambió los números por las masas. Y no se arrepiente: la panadería se volvió un negocio exitoso y, más que eso, parte esencial de su historia familiar. Incluso conserva un libro escolar de 1945, año en que egresó de primaria, y fotografías de su boda.

Yo la invité a mi esposa, le dije ‘ando solo, sería correcto ya reunir nuestras vidas’. Me dijo ‘no, yo necesito un vestido largo, mi ramo y mi corona’. Y le cumplí. Nos casamos en la iglesia de San Sebastián, en el Centro. Ella era catequista en la iglesia La Santísima.

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Su ritual secreto: un plátano a la 1 de la mañana

Ambos son diabéticos desde hace más de 30 años, pero se mantienen estables gracias a cuidados especiales que su familia ha diseñado con amor. Uno de sus hábitos más curiosos y efectivos ocurre de madrugada.

Su hijo, Gonzalo Rocha, lo explica:

Ellos son diabéticos desde hace 30 años y en ocasiones antes de su desayuno los veía que se levantaban desorientados, en especial a mi mamá, la glucosa se estaba bajando. Es por eso que optamos por darles un platanito a esa hora.

Ese simple gesto se ha convertido en un ritual que los ha ayudado a mantenerse fuertes y unidos.

El secreto mejor guardado: amor, comida y atención

Sus hijos aseguran que el verdadero milagro está en el cuidado y el afecto. Les encanta el caldo de gallina, pero sobre todo, les reconforta el cariño diario que reciben.

Su hija Lina lo expresa con claridad:

El cariño, el amor que se les da, el que uno les diga que nos hacen falta, que los queremos mucho. Le digo que es la atención, el amor y la alimentación.

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Un amor que desafía al tiempo y a las redes

En tiempos en los que los amores parecen fugaces y las redes sociales están llenas de drama, Toñita y Gonzalo son una prueba viviente de que el amor verdadero no solo existe, sino que se cultiva cada día, con detalles, paciencia y compromiso.

Y lo mejor: puedes verlos ahí, como cada tarde, en unas sillas fuera de su panadería en la colonia Doctores. Esperando la vida, tomados de la mano.

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