¿Cuánto Daño nos Hizo Usar Plomo en la Gasolina?

|

Elisa de Gortari | N+

-

Aunque se le conoce desde la Antigüedad por ser un metal en extremo peligroso, por décadas se usó plomo en la gasolina alrededor del mundo, te contamos cómo esta práctica envenenó a generaciones

¿Por qué se usaba plomo en la gasolina si es venenoso?

¿Por qué se usaba plomo en la gasolina si es venenoso? Foto: N+.

COMPARTE:

El plomo es un metal tan dúctil como venenoso. Pese a que sus riesgos son conocidos desde la Antigüedad, durante buena parte del siglo XX este metal pesado estuvo presente en la gasolina y, de ahí, en el aire. Te contamos qué daños dejó en varias generaciones.

Noticia relacionada: Plomo en la Casa: Pinturas Domésticas Con Altas Concentraciones de este Compuesto Tóxico

¿Por qué la gasolina tenía plomo?

Los platos de barro, la pintura de las casas, los juguetes: hubo un tiempo en que el plomo estaba en muchos de nuestros objetos cotidianos. Pero había un uso en particular de este metal que lo llevó hasta lo más recóndito de los mares y de los polos: la gasolina.

Los motores de combustión interna funcionan con explosiones controladas de combustible. Dentro de los motores hay cilindros donde entra una gota de gasolina y un poco de aire. Una chispa enciende esta mezcla y la explosión empuja un pistón.

Soldados de plomo en un taller en México. Foto: Cuartoscuro | Archivo

Los primeros coches que comenzaron a comercializarse a principios del siglo XXI tenían una peculiaridad: eran muy ruidosos y producían muchas vibraciones. Estas vibraciones dañaban los pistones y acortaban la vida útil de los motores.

Esto cambió cuando Thomas Midgley encontró que añadiendo plomo a la gasolina, la combustión era mucho más suave y las vibraciones aminoraban. El primer litro de gasolina con plomo se vendió en 1923 y la práctica seguiría por décadas.

Gasolinería en 1937; la gasolina en el siglo XX llevaba plomo
Gasolinería en 1937; la gasolina en el siglo XX llevaba plomo. Foto: AFP | Archivo

El problema es que el plomo es un metal venenoso que deja daños permanentes en el cerebro y que es especialmente agresivo con los niños. ¿Acaso no sabíamos que estábamos poniendo un veneno en la gasolina y que estos residuos terminaban en nuestros pulmones?

La respuesta es que sí. Siempre supimos que el plomo era venenoso y que no existe una dosis segura. Eso no impidió que inundáramos el aire con él. Paradójicamente no era la primera vez en la historia que nos ocurría algo así.

El legendario daño del plomo

Los efectos nocivos del plomo son conocidos desde la Antigüedad. Aunque no es común encontrarlo de forma pura en la naturaleza, como sí llega a ocurrir con el oro o el cobre, este metal pesado es muy conocido desde hace miles de años. La forma más común para encontrar el plomo es la galena, un mineral donde se juntan el plomo y el azufre.

Este mineral puede ser trabajado con relativa sencillez para separar ambos elementos. Los romanos se volvieron célebres por cómo emplearon el metal que dejaba este proceso metalúrgico, especialmente para el drenaje. El uso del plomo para las tuberías se hizo tan extensivo que así nació el nombre de toda la materia: plomería.

Pero los propios romanos eran conscientes de algunos de los riesgos que conllevaba la exposición a este metal. En el panteón latino sobresale Saturno, el dios de rostro enloquecido que se comía a sus hijos para prevenir que lo derrocaran.

El retrato que hizo Goya de este dios en Saturno devorando a su hijo aún hoy es asociado a la locura y al terror. Y esta asociación no es casual. Saturno es, entre otros atributos, el dios del plomo.

Saturno devorando a sus hijos, pintura hecha por Francisco de Goya en 1823. Foto: Wikicommons

Aquellos mineros y herreros que mantenían un contacto prolongado con la galena desarrollaban varios trastornos que fueron debidamente identificados por los griegos y los romanos. Esta forma de locura se llamaba desde entonces saturnismo.

Aún así, el uso extensivo del plomo continuó con los romanos y con frecuencia se le cita como uno de los factores que contribuyó a la caída del imperio Romano.

No existe una cantidad segura de plomo

¿Si conocían el saturnismo por qué continuaban usando plomo? A favor de los antiguos, ellos no conocían todos sus efectos sobre el cuerpo. Conocían la versión más agresiva del envenenamiento por plomo, pero ignoraban todo sobre los daños sutiles que deja en el organismo.

Cuando entra a nuestro cuerpo, el plomo puede hacerse pasar por el calcio. Esto no sería un serio problema si el calcio solo fuese usado para crear los huesos, sin embargo este elemento tiene muchas otras funciones.

El plomo fue usado en la gasolina gran parte del siglo XX
El plomo fue usado en la gasolina gran parte del siglo XX. Foto: AFP | Archivo

Por ejemplo, el calcio es esencial para mantener la presión arterial, debido a que participa en la contracción y distensión de los vasos sanguíneos. También tiene un gran papel en nuestro cerebro, muy especialmente en lo concerniente a la memoria y el aprendizaje.

Por ello, el plomo afecta la forma en que las neuronas se comunican. También provoca síntomas como dolores de cabeza y picazón en las extremidades. Además puede modificar la personalidad y volver más agresivas de forma permanente a las personas.

En sus versiones más extremas, el saturnismo o envenenamiento por plomo lleva a la locura. Y como este metal puede camuflarse y hacerse pasar por calcio, puede depositarse en los huesos y envenenar por años a una persona.

Los efectos más graves ocurren en niños. La exposición temprana al plomo causa daños irreversibles en el desarrollo. La inteligencia y el carácter pueden verse afectados de forma permanente por culpa de este metal.

El hombre que nos salvó del plomo

Como los romanos, nuestra era también levantó parte de su desarrollo industrial alrededor del plomo. Durante varias décadas del siglo XX el plomo fue omnipresente en los combustibles.

Curiosamente, el descubridor de este problema no fue un médico, sino un geólogo y químico, Clair Patterson. En los libros de geología el estadounidense es conocido principalmente por haber datado la edad de la Tierra, pero esta no es toda la historia de sus contribuciones a la humanidad.

Clair Patterson, descubridor del daño del plomo en la gasolina. Foto: Wikicommons

Hacia los años cincuenta, Clair Patterson se convirtió en el mayor experto mundial en medir pequeñas concentraciones de plomo. Para calcular la edad de algunas rocas, se puede analizar la cantidad de plomo que hay encerradas en ella.

Minerales como el zircón, por ejemplo, encierran átomos de uranio cuando se forman. Con el paso de millones de años, este uranio se convierte en plomo, pero queda alineado dentro de la roca según su anterior identidad. Gracias a esta técnica se puede medir cuánto tiempo pasó a partir del momento en que era roca incandescente.

Esta técnica, con variaciones, puede ser aplicada también en meteoritos. De hecho, fue gracias a uno que Clair Patterson fue capaz de datar la edad de la Tierra: 4 mil 550 millones de años. Pero, para ello necesitó ingeniar nuevos tipos de laboratorios donde no fuera posible encontrar plomo en el aire. 

Gracias a esta invención, el cuarto limpio con aire filtrado múltiples veces, Patterson notó los altos niveles de plomo que había en el ambiente. Esto le llevó a medir la cantidad de este metal en los mares y en los hielos de los polos. Sus descubrimientos no dejaban lugar a dudas: las cantidades de este metal pesado en el ambiente no eran, bajo ninguna circunstancia, normales.

El plomo siguió en México varios años más después de su prohibición

Patterson fue el primer científico en denunciar que el plomo en el aire provenía de la gasolina. El primer artículo que hizo al respecto fue publicado en Nature en 1963.

Dos años más tarde, determinaría que los niveles de plomo en el aire eran 100 veces mayores a los que podrían esperarse de fuentes de contaminación naturales. Notablemente, la eliminación de este metal en el combustible no comenzó sino hasta 1986, cuando las autoridades ambientales de Estados Unidos demostraron la correlación entre su uso y los niveles de plomo en la sangre.

En México, la gasolina con plomo persistió varios años más. Su retiro del mercado fue paulatino. En los noventa Pemex comenzó a comercializar la gasolina Magna sin plomo, no obstante la prohibición total no llegaría sino hasta 1997.

La ONU declaró al mundo como “libre de plomo” hasta 2021, cuando Argelia dejó de vender combustible con este metal.

Historias recomendadas: