¿Condesa Sur?: La Gentrificación de los Barrios Populares de la CDMX
Mariana Aguirre | N+
La gentrificación está aumentando los precios de las rentas, desplazando gente y borrando la identidad, y nombre, de los barrios.

Manifestante durante la segunda marcha contra gentrificación en CDMX. Foto: Cuartoscuro
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En Antonio Maceo 81 de la colonia Tacubaya se erige el Condesa Sur, un edificio de departamentos en renta sobre el terreno de lo que hasta el 2015 fue el Cine Ermita, un ícono del cine mexicano en los sesenta.
No está en la Condesa, una de las colonias de mayor plusvalía en la Ciudad de México, pero el nombre de esta colonia es más sofisticado que donde está asentado, un barrio conocido por los robos y asaltos.
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No solo es este edificio, la marca Condesa Sur, para renombrar a la colonia Tacubaya, está siendo utilizada por las inmobiliarias que buscan ofertar nuevos departamentos, venta y renta.
Literalmente es mercadotecnia”, reconoce Felipe Cuevas, presidente de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios.
La construcción de nuevos residenciales está acompañada de una estrategia de borrado de los nombres de los barrios, que arrastran una historia de peligrosidad y precariedad.
La colonia Guerrero, al lado del barrio bravo de Tepito, ahora es Reforma Norte en los anuncios publicitarios. La colonia Doctores, es ahora la Roma Oriente.
MAPA
Pero ¿a qué responde esta estrategia? La Ciudad de México experimenta de forma acelerada el fenómeno de gentrificación. Y como las colonias tradicionalmente clase media, como Roma o Condesa, ya no son accesibles para los inversores, la mancha de gentrificación se extiende hacia las colonias populares, explica Maria Silvia Emanuelli de la Coalición Internacional para el Hábitat en América Latina.
En el imaginario popular, cuando se piensa en la gentrificación, la imagen es de un extranjero, nómada digital, con una computadora trabajando en un café de especialidad. Pero se trata de un fenómeno mucho más complejo.
De manera intensa, en los noventa, se implementaron políticas públicas en Ciudad de México para densificar las alcaldías centrales.
Se impulsó a las desarrolladoras para construir en Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo y Benito Juárez, explica Rosalba González Loyde, investigadora y consultora en materia de vivienda. El objetivo era romper con la crítica de construcción masiva de viviendas en la periferia, para abaratar los costos.
Y la estrategia rindió frutos, se incrementaron los espacios de vivienda en las zonas céntricas, pero no a precios asequibles. Según María Silvia Emanuelli, esto provocó una oferta que no corresponde a la capacidad de compra de las personas. Y eso se tradujo en una crisis de vivienda que se agudiza cada día.
Al mismo tiempo, se implementaron mejoramientos y renovaciones urbanas, como parques o transporte público. Estos vienen de la mano de inversiones privadas que, de alguna manera, tienen el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas.
Pero al desarrollarse sin pensar en los efectos que pueden provocar en los alrededores, se suman al factor gentrificador, añade Emanuelli. Lo mismo pasa con megaproyectos, como eventos deportivos.
Esto hace que las colonias que se eligen para los mejoramientos sean más atractivas para vivir y lleguen personas con un mayor poder adquisitivo, que hacen que suba el costo de vida y se desplace a los habitantes originales.
Y quienes también llegan son los inversores, porque encuentran predios con un valor lo suficientemente accesible para construir a un costo más bajo.
Si tú le dices a un desarrollador que en qué zona de la ciudad te conviene comprar para hacer un desarrollo inmobiliario de vivienda, ninguno, o ninguno que sea inteligente, te va a decir en la Condesa”, dice Rosalba González Loyde.
Los desarrolladores de vivienda están en búsqueda de suelo más barato en relación a las centralidades clásicas para hacer desarrollos inmobiliarios que, según María Silvia, ya no se destinan a la población que vive en la zona. Por ejemplo, departamentos de 3 millones de pesos y por arriba que solo puede adquirir el 3% de la población de la ciudad.
Esto resulta en la financiarización de la vivienda que es cuando ésta se convierte en un activo financiero que cotiza en bolsa. Como consecuencia, la vivienda deja de ser un derecho para pasar a ser una mercancía.
La forma en la que se encarece la vivienda es mediante la especulación del mercado.
Y en ese juego también entran las plataformas de hospedaje temporal.
Jeronimo Monroy, quien es arquitecto y activista, desarrolló un mapa para entender cómo la distribución de hospedajes a través de plataformas como Airbnb influyen en la gentrificación de la Ciudad de México.
Al tener la gente la opción de ponerlo en renta en estas plataformas, pues deja de ponerlo en rentas normales, de larga estancia. Y si más y más gente va haciendo lo mismo, entonces la oferta de vivienda se va reduciendo”, explica.
En 2024 el Congreso de la Ciudad de México aprobó una medida para tratar de controlar el precio de la vivienda en la capital, entre las que se incluyó la imposibilidad de rentar inmuebles para hospedaje temporal por más de 180 noches al año, es decir, el 50%.
Pero esto no tiene conformes a los anfitriones de las plataformas, quienes vieron mermado su ingreso con esta medida.
No es la primera ciudad en el mundo donde se restringe el uso de los pisos habitacionales para hospedaje temporal, pues se trata de un fenómeno que impacta a nivel global. En Barcelona, por ejemplo, se tomó la decisión de no renovar ningún permiso, por lo que se espera que para 2028 esta opción de hospedaje ya no exista. Se debe regresar al hospedaje tradicional, los hoteles.
Ángel Torres, quien es miembro fundador del colectivo Todos Somos Anfitriones, dice que ellos no están en contra de la regulación, pero sí de la medida que les impide ocupar la mitad de las noches disponibles en el año.
A principios de julio, cientos de personas se concentraron en la colonia Condesa para exigir a las autoridades hacer algo contra la gentrificación. Y en momentos, las protestas se salieron de control.
Pero Luna, del Frente Antigentrificación, asegura que lo violento es arrebatar a los jóvenes la posibilidad de tener una vivienda.
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