La pesada y corta cadena de no más de un metro de largo apenas lo dejaba ponerse en pie. Su piel se le hundía hasta los huesos de las costillas. Así permaneció durante días, semanas y meses en la azotea expuesto a los rayos del sol, bajo la lluvia y el frío de las noches.

Ahí mismo, en la colonia Torres de Potrero, en la alcaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México, a una perra pitbull la reproducían una y otra vez para vender sus cachorros al mejor postor. Todo esto ocurrió a unos pasos de su casa, recuerda la señora Sara Mendoza.

Sus historias son apenas una minúscula muestra de 18 mil 565 denuncias por maltrato animal interpuestas ante la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) de la CDMX entre enero de 2013 a mayo de 2023.

El problema se agudizó a raíz de la pandemia, pero las investigaciones contra los maltratadores resultaron menores.

Tan sólo en los últimos 3 años con cinco meses los atropellos suman un total de 11 mil 258, señalan las cifras de la PAOT. Sin embargo, en el mismo periodo sólo se han iniciado 684 carpetas de investigación por este delito en la Fiscalía General de Justicia de la CDMX, de acuerdo con datos obtenidos vía transparencia de ambas dependencias en poder de N+.

Esto significa que por cada 16 denuncias sólo 1 terminó en investigación.

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La descripción de los expedientes de la PAOT evidencian que los ejemplares maltratados en su mayoría son perros adultos y cachorros, en deplorables condiciones. Unos desnutridos, que permanecen amarrados con lazos cortos o cadenas pesadas, sin agua ni alimentos. Hacinados. Envueltos en el hedor de sus heces y orines, con golpes, heridas y fracturas sin recibir atención médica veterinaria.

Incluso han sido envenenados o abandonados en la vía pública.

Sin embargo, no son los únicos animales afectados. En la lista también aparecen gatos en condiciones similares, gallinas, gallos que son utilizados en peleas clandestinas y hasta caballos, como el que permaneció encerrado dentro de un cajón de estacionamiento en Iztapalapa, y que cuando acudió la PAOT a realizar la verificación por casualidad ya no se encontraba ahí.

Los lugares predilectos para maltratarlos son las azoteas de casas y departamentos. También en estacionamientos, dentro de vehículos abandonados, amarrados en postes de la vía pública, ventanas; lo mismo que dentro de jaulas, transportadoras, en autolavados, puestos ambulantes, debajo de escaleras, en balcones, terrenos baldíos, zotehuelas de unidades habitacionales, marquesinas, barrancos, en los baños… En cualquier espacio inimaginable.

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Por qué no se investiga

Uno de los factores que incide para que la mayoría de casos queden impunes, es que la PAOT selecciona las que ellos consideran importantes o urgentes, pero no inicia ni guía a los denunciantes a escalar las denuncias ante la Fiscalía. Sólo hace negociaciones de buena voluntad y en esa selección de la PAOT, desestiman muchas que con el paso del tiempo se vuelven emergentes por no atenderlas a tiempo, explica Gabriela Rosales, activista por los derechos de los animales.

“El tema del maltrato animal no es considerado relevante y que, aunque se presenten denuncias, nunca pasa nada ni se sancionan a los maltratadores”, destaca Josemaría Férez Gil, abogado y activista de Animal Héroes.

Esto genera que los ciudadanos tengan poca confianza hacia las autoridades.

Otro problema es que las autoridades sólo responden o dan atención a los casos, cuando se vuelven virales en redes sociales y medios de comunicación.

“Sólo cuando los casos son virales acuden, (pero) no siempre retiran al animal agredido y en mucho menor número se castiga al agresor. PAOT casi siempre llega a acuerdos reparatorios económicos para abreviar procesos jurídicos”, lamenta Rosales, quien se ha enfocado en la denuncia del maltrato y violencia contra animales desde hace 10 años.

Apenas en marzo de este año el Congreso de la CDMX aprobó reformas a la Ley de Protección a los Animales, en la que sanciona con 6 años de prisión por actos de maltrato y crueldad; de 5 meses a un año de cárcel por abandono en la vía pública y penas de hasta de 10 años a quien provoque sufrimiento o agonía previo a su muerte.

Por otra parte, el pasado 6 de junio, durante la conferencia mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó que a nivel nacional se está trabajando en reformas para la protección de animales en la Cámara de Diputados, pero que si ellos no las llevan a acabo, su gobierno a través del Ejecutivo las elaboraría.

A pesar de su declaración, organizaciones de la sociedad civil evidencian que durante su campaña presidencial en 2018, el partido Morena envió una carta, suscrita supuestamente por el presidente, a diversas asociaciones, refugios y activistas de los derechos de los animales en la que enlistó 4 compromisos en caso de obtener el triunfo.

Entre estos se ubicaban una tenencia responsable; implementar y fomentar campañas de adopción en todo el país; al igual que aplicar jornadas de esterilización permanentes en sus tres órdenes de gobierno. Sin embargo, aseguran, nada de esto se ha cumplido a la fecha.

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Covid incrementó maltrato y denuncias

Las denuncias se dispararon con el inicio de la pandemia. Datos de la PAOT muestran que se registraron 488 por maltrato animal en el 2020. Luego se dispararon a 5 mil 541 en 2021; 3 mil 680 en 2022 y entre enero y mayo de este año van mil 549.

Uno de los factores de este repunte fue el estrés provocado por el encierro debido a la contingencia sanitaria, lo que disparó el maltrato en contra de los animales, incluso como se vio en el alza de violencia doméstica, explica Mónica Pineda, presidenta de Gente por la Defensa Animal (GEPDA).

La defensora describe que el encierro provocó que algunos dueños se volvieran negligentes en el cuidado y agresivos al infringir actos crueles a sus mascotas. Un segundo factor es que las personas se vieron obligadas a trabajar desde casa, y al estar las 24 horas del día se daban cuenta del maltrato que ya existía por parte de sus vecinos.

“La gente tuvo más tiempo de poner atención a situaciones de maltrato, estaba más en casa, observó más”, coincide Gabriela Rosales.

Al percatarse de estas situaciones las personas empezaron a buscar instancias para denunciar el maltrato y no solamente de gobierno, sino en las redes sociales, y organizaciones de la sociedad civil.

Eso ocurrió con Sara Mendoza. Llamó por teléfono a una asociación protectora de animales, sin embargo, no acudieron. Después de días volvió a marcar, pero le comentaron que no se presentaron porque no tenían dinero para la gasolina de su vehículo. Por otra parte, no se le ocurrió denunciar ante alguna instancia de gobierno, porque desconocía que existían para ese fin. Entonces el perro continuó con el maltrato.

Ferez Gil considera que la ciudadanía cada vez está más consciente de la necesidad de denunciar para terminar con el maltrato animal. No obstante, falta dotarlos de herramientas sencillas para que se pueda entender los procesos de denuncia y poder actuar, como la Línea contra el maltrato animal, del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, donde orientan y acompañan presencialmente en la presentación de la denuncia con abogados especializados.

“No existe una guía adecuada a los denunciantes para que haya una correcta integración de evidencia y datos”, puntualiza Gabriela Rosales.

La alcaldía donde reside Mendoza es una de las que registraron el mayor número de denuncias por maltrato animal, entre el 2013 y mayo de este año. En primer lugar se ubica Iztapalapa, con 3 mil 249; le siguen Gustavo A. Madero, con 2 mil 176; Cuauhtémoc, con mil 495; Álvaro Obregón, con mil 457 y Tlalpan, con mil 393.

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PAOT sin 'garras' para sancionar

Tras revisar de manera aleatoria los oficios de la PAOT, se observa en los resultados de sus investigaciones que en repetidas ocasiones los ejemplares ya no se encontraban en los domicilios; los denunciantes no respondieron o no aportaron elementos para continuar con la investigación o no se encontraban los habitantes de los domicilios denunciados.

Lo anterior responde a que, en ocasiones, “tardan hasta dos años en atender una denuncia. Cuando llegan el animal ya se murió o en el mejor de los casos fue rescatado por alguna (asociación) protectora”, destaca Gabriela Rosales.

Monica Pineda expone que con el uso de redes sociales se ha contribuido para evidenciar el maltrato animal a través de videos o fotos. Sin embargo, en ocasiones esto pone en sobreaviso a los maltratadores, y ocasiona que huyan o que los animales desaparezcan.

“Los alertamos ¿Y qué hacen? Si el maltrato es grave huye el maltratador, termina siendo un prófugo de la justicia o simplemente se deshacen del animal y lo desaparecen. Cuando la instancia acude al lugar ya no encuentran al animal que fue maltratado”, lamenta.

El activista de Animal Héroes agrega que otro de los problemas en cuanto al tema es que se debe de crear una dependencia independiente en la CDMX, que sólo se enfoque en la protección de los animales.

“Los diputados de la Ciudad de México tienen que darles más presupuesto, que no comparta obligaciones de verificación de inmuebles, sino que se enfoque únicamente el tema del maltrato”, propone.

A esto agrega que muchas veces asegura al animal maltratado, en pésimas y deplorables condiciones, pero sólo lo retira y se lo lleva: “Lo cuida, intenta curar y se da en adopción, pero la persona que lo tenía en esas condiciones regularmente no es sancionada”.

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