Fernanta Trías Habla de su Nueva Novela: ‘Lo que Encontré Fuera del Realismo fue la Libertad’

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Elisa de Gortari | N+

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La galardonada escritora Fernanda Trías conversó con N+ sobre su nueva novela, ‘El monte de las furias’, que se sale del realismo para narrar la naturaleza desde nuevos paradigmas

Fernanda Trías, autora de ‘El monte de las furias’

Fernanda Trías, autora de ‘El monte de las furias’. Foto: AFP

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Tras la arrolladora recepción de Mugre rosa, Fernanda Trías se convirtió en una de las principales voces de la nueva narrativa latinoamericana. Ahora, la escritora uruguaya afincada en Colombia presentó en México la novela El monte de las furias (Literatura Random House). N+ habló con la autora sobre este nuevo libro, donde la montaña se convierte en un personaje y  se rompen los límites de los géneros literarios.

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Pregunta: ¿Cómo surgió la idea de esta novela?

Respuesta: Realmente surgió a partir de una experiencia personal, que fue mi encuentro con la montaña misma. Yo soy de Uruguay y allá no tenemos elevaciones, es completamente plano. Ya viste que hay muchos guiños con las mujeres de Jehová, que vienen de una tierra plana y chata.

Cuando yo me voy a vivir a Colombia tuve mi primer encuentro con esa gigantesca montaña. Vos en Bogotá tenés toda la cadena de los cerros orientales, que son parte de la cordillera de los Andes, flanqueando la ciudad. Pero es una parte de la cordillera que es tremendamente verde. Son unas moles verdes que son verdes todo el año.

Además, allá llueve todo el tiempo y es muy exuberante. Para mí fue un cambio muy impresionante el cambio de paisaje, de pasar de un país donde lo único que tenemos nosotros es playa, es costa, a tener que relacionarme con un paisaje tan furibundo y tan vertical.

Entonces, lo primero, cuando llegué a Bogotá en 2015, fue empezar a sentir distinto el cuerpo en relación con estas presencias, las montañas, que me generaron tanta fascinación. Luego, justo antes de que empezara la pandemia (que fue una cuarentena muy estricta), en 2019, yo me mudé a un apartamento que quedaba en el límite de la ciudad, de frente a las montañas. Entonces, ahí sí quedé encerrada con ellas. Esa era mi sensación porque mis ventanas solo miraban para ahí.

No tenía ventanas hacia atrás, que vieran hacia todas las luces de la ciudad. Día y noche lo único que podía mirar era ahí hacia adelante. La novela nace de mi proceso de observación y de mi propio vínculo de afectividad con ella.

Portada de El monte de las furias, nueva novela de Fernanda Trías. Foto: Penguin Random House

El monte de las furias: cuando la montaña se convierte en un personaje

Pregunta: En El monte de las furias la montaña se convierte en otro personaje. ¿Cómo llegas a esta clase de temas que no tienen casi nada que ver con el realismo? ¿Cómo te involucraste con esa forma de escribir?

Respuesta: Fue dejándome llevar. Empecé escribiendo el primer cuaderno de la mujer y bastante rápido me doy cuenta que yo quiero que haya, que yo quiero que la montaña también tenga voz.

Cuando me doy cuenta de eso, empiezo a experimentar cómo escribir ese punto de vista y me doy cuenta que voy a intercalar estas voces. Pero, claro, al dar el primer paso de darle voz a la montaña ya me abrí a salirme del realismo. Poco a poco me fui atreviendo a ir más y más y más lejos.

A partir de entrarle al punto de vista de la montaña, empecé a abrirme más y a pensar no solo en la montaña, sino en cómo siente la vaca, el bichito, en cómo se siente una hoja.

Pregunta: Algunos lectores consideran que esta novela es más hermética que Mugre rosa. ¿Fue adrede ese cambio?

Respuesta: No creo que haya sido adrede, pero me lo han dicho. Me han dicho que es más hermética, pero es porque también es más simbólica. Hay un montón de cosas que pienso que hay que interpretar, en los simbolismos de esta mujer que poco a poco va deviniendo en un ser híbrido.

Cuando me dijeron que era una novela más simbólica, yo al principio no me había dado cuenta de eso. Veía mi libro de una forma muy terrenal. Al final, es una mujer que vive en un entorno rural, haciendo cosas bien terrenales, pero que tiene en ella ese germen que le va a permitir escuchar a la montaña de maneras que los demás mortales no tenemos.

“Los géneros no están ahí para que los respetemos”

Pregunta: Cuando viene la explosión de Mugres rosa, que fue galardonada con el Premio Sor Juana Inés de las Cruz en la FIL, muy rápidamente se te catalogó como una escritora de ciencia ficción. Me preguntaba si tú hubieras estado de acuerdo con esa etiqueta, porque parecía más bien que tenías intereses literarios muy precisos, no necesariamente ligados a un género.

Respuesta: No pienso en términos de géneros, la verdad. No me considero una escritora de ciencia ficción, porque además cuando yo publico Mugre rosa yo ya había publicado otros libros antes que no estaban vinculados a ese género.

Sí entiendo que Mugre rosa se puede catalogar como ciencia ficción, pero una ciencia ficción rara, en todo caso. Es muy centrada en la historia de los personajes, cuando mucha ciencia ficción se fija más en la peripecia, en las acciones.

Lo que encontré al salirme del realismo fue la libertad.

A mí me gusta jugar con los límites de los géneros e irrespetarlos. Realmente creo que los géneros no están ahí para que los respetemos. Están ahí para que podamos usar de ellos las cosas que nos sirven y hacer con ellos lo que queramos. No están ahí para constreñirnos, sino para darnos más libertad.

Yo lo que encontré al salirme del realismo, en Mugre rosa primero y después acá en El monte de las furias, es la libertad.

Fernanda Trías, autora de El monte de las furias y de Mugre rosa
Fernanda Trías, autora de El monte de las furias y de Mugre rosa. Foto: AFP

“Sí reivindico la etiqueta latinoamericana”

Pregunta: Algo que sentí mucho, mientras leía El monte de las furias, es que esta novela no podría haber sido escrita en Nueva York. Digamos que no podría haberla escrito Don DeLillo Tal vez tú podrías haber escrito sobre un campus universitario, pero él no podría escribir sobre la montaña.

Respuesta: Yo sí reivindico un poco la etiqueta latinoamericana. Sé que que muchos escritores lo ven mal, pero yo sí creo que el tema del territorio en América Latina es muy vivo. No está agotado para nada. Tenemos que pensar el territorio, pensarnos en relación a él.

Además de que aquí el territorio está particularmente vivo. Es una naturaleza dura, hostil, pero también extremadamente generosa, que refugia.

Pregunta: Pero no es la naturaleza de La vorágine, de José Eustasio Rivera.

Respuesta: No, no, porque esa novela es parte de una mirada muy patriarcal. Igual La vorágine es maravillosa. Son libros que revisé y que releí. Al igual que Horacio Quiroga. Hay cuentos de él que, quieras o no, son el proto Antropoceno.

Él ya estaba escribiendo sobre los efectos terribles de la industrialización, sobre las especies desplazadas. Revisé toda esa literatura, pero sabiendo que yo justamente lo que quería alejarme de ese paradigma, porque es un paradigma que piensa nosotros versus ellos.

Pregunta: Aunque también, ahora que lo mencionas, tu novela sí tiene algunos puntos en común con Horacio Quiroga. Pienso mucho en el cuento “A la deriva”, sobre este hombre que queda flotando en la lancha mientras avanza por el río tras ser mordido por una serpiente, y hacia el final el propio río termina siendo un personaje.

Respuesta: Yo sí pienso que Quiroga fue un adelantado de estas escrituras. En ese cuento, que me gusta mucho, no solo el río asume ese protagonismo, sino que está presente la indiferencia de la naturaleza ante la pequeñez de este hombre mordido por la serpiente. El propio paisaje se convierte en el cortejo fúnebre.

La naturaleza le da sepultura, pero también es indiferente ante la muerte humana, porque da igual para la selva y para el monte y para la montaña. Da igual que se muera un humano o que se muera una ardilla.

“Una novela hoy no puede representar la naturaleza de la misma manera que se representaba en 1900”

Pregunta: Esa indiferencia también está presente en tu libro, pero en ninguno de los casos es maligna esa naturaleza. En La vorágine y que ahí sí la naturaleza es maligna. Cuando se le dan atributos, todos son negativos. 

Respuesta: Para mí eso es muy importante, porque hay muchas novelas de naturaleza que son maravillosas, por ejemplo Corazón de las tinieblas, pero siempre están escritas desde el paradigma patriarcal, donde la naturaleza es maligna y hay que combatirla y el hombre conquistador tiene que ir a conquistarla y domesticarla y postrarla. O, por el contrario, va a morir porque la naturaleza lo va a someter a él y lo va a terminar devorando.

Siempre es una dicotomía, además siempre es una lucha y es una oposición. ¿Cómo hacemos hoy, con todo lo que en ya entendemos y sabemos y sobre el mundo natural, sobre inteligencia vegetal, sobre los seres sintientes, para escribir de otra manera?

Pregunta: ¿Sientes que es un aire de época?

Respuesta: Creo que es una obligación que tenemos los escritores de no repetir viejos paradigmas. Yo creo que una novela hoy no puede representar la naturaleza de la misma manera que se representaba en 1900. ¿Que de qué manera la va a representar? No sé, estos son los desafíos que estamos investigando.

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