Tomóchic, la Matanza que Anticipó la Revolución Mexicana

En 1892, el ejército de Porfirio Díaz masacró a los pobladores rebeldes de Tomóchic; este conflicto sería un anticipo de la Revolución

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Diorama sobre la batalla de Tomóchic del Museo del Caracol

El conflicto de Tomóchic fue un anticipo de la Revolución. Foto: INAH | Museo del Caracol

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Un 28 de enero de 1891 comenzó uno de los primeros conflictos armados que precedieron a la Revolución Mexicana. Se trata de la rebelión de Tomóchic, que culminó con una matanza perpetrada por las tropas de Porfirio Díaz en el pequeño poblado de Chihuahua.

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Pese a que el conflicto ocurrido en Tomóchic fue un antecedente directo de lo que vería todo el país pocos años después, con frecuencia no se le menciona en las aulas escolares. No obstante, como escribió Hugo Gutiérrez Vega, esta rebelión fue un indicativo de que la nación “se movía, se inquietaba y buscaba nuevas formas de pensamiento y acción”.

Hacia finales del siglo XIX, el gobierno de Porfirio Díaz se ensañó severamente contra varios grupos del noroeste del país. Al destierro sufrido por los yaquis, provenientes de Sonora, siguió la persecusión de los pobladores de Tomóchic, quienes se habían sumado a la adoración de Teresa Urrea, una mística conocida en la región como la Santa de Cabora.

El clero católico de la región intentó disuadir a los seguidores de Urrea sin éxito, lo que llevó a un serio conflicto religioso. Esta situación se juntó con la situación política de la región: por aquel entonces, el estado de Chihuahua era gobernado por Lauro Carrillo, protegido de Díaz. Su mayor adversario el juarista Luis Terrazas, era el latifundista más rico de la región.

Teresa Urrea, llamada la Santa de Cabora. Foto: El Heraldo de Chihuahua

Según narra Friedrich Katz en De Díaz a Madero, Terrazas alentó activamente a los pobladores de Tomóchic, quienes se sentían agraviados política y económicamente por el gobierno de Carrillo. El 28 de enero de 1891, fecha reconocida como el inicio del conflicto, fue asaltada la conducta encargada de llevar los salarios de una mina cercana.

Aunque los ladrones no provenían de Tomóchic, los caciques locales decidieron que la diligencia ya no pasara por el pequeño pueblo. Esta decisión extranguló financieramente a Tomóchic, que comerciaba con los integrantes de la conducta.

Las tensiones políticas y religiosas llevaron a que los pobladores de Tomóchic compraran armas en los Estados Unidos y se declararan independientes. Al respecto, Hugo Gutiérrez Vega escribió en La Jornada:

Los tomochitecos, para esa época, poseían ya carabinas Winchester y habían nombrado como cabecillas a los hermanos Cruz y Manuel Chávez. Eran católicos pero no obedecían a la jerarquía eclesiástica

120 pobladores contra un ejército

Tomóchic se declaró autónomo el 1 de diciembre de 1891. El primer enfrentamiento con las fierzas federales ocurrió días más tarde, el 7 de diciembre. Al respecto, Heriberto Frías contaría en Tomóchic, novela histórica fundamental sobre el episodio, que los tomochitecos eran excelentes tiradores que, además, contaban con un gran conocimiento del terreno.

Los tomochitecos, como apunta Katz, habían peleado contra los apaches de la zona a lo largo del siglo XIX, por lo que tenían una enorme experiencia en esta clase de enfrentamientos.

Porfirio Díaz fotografiado hacia el final de su dictadura
Porfirio Díaz mandó 800 hombres a sofocar la rebelión de Tomóchic. Foto: Wikicommons | Archivo

No obstante, aquel 7 de diciembre, las fuerzas de Cruz Chávez tuvieron que refugiarse en la sierra, donde no podían ser alcanzados por el ejercito porfirista.

El ejército federal regresó a Tomóchic el 2 de septiembre de 1892, con el apoyo del mismo Luis Terrazas que primero atizó a lo pobladores contra el gobierno. Hasta el pueblo de 120 habitantes acudieron 800 soldados.

En la novela que Heriberto Frías publicó por entregas y de forma anónima entre 1893 y 1895, los soldados porfiristas fueron fácilmente repelidos pese a que superaban en número a los combatientes de Tomóchic. Según Rubén Osorio, autor de Tomóchic en llamas, los tomochitecos combatientes eran cuarenta. La victoria duró poco tiempo.

El 20 de octubre el ejército regresó por última vez a Tomóchic. Nuevamente, 800 soldados rodearon el pueblo y lo asediaron por varios días hasta exterminarlos.

El día 26, mujeres y niños fueron masacrados por el ejército después de que los soldados quemaron la puerta del templo donde se refugiaban. Hacia el día 29, solo habían sobrevivido algunos heridos, quienes fueron fusilados. Ahí falleció el líder Cruz Chávez.

Los sucesos de Tomóchic, grabado de José Guadalupe Posada. Foto: INAH | Archivo

Friedrich Katz apunta que el gobierno federal perdió a 500 hombres durante el conflicto. Por su parte, solo sobrevivieron 40 pobladores de Tomóchic, mujeres y niños todos ellos.

El conflicto fue dado a conocer a la opinión pública de aquel tiempo gracias a la novela de Frías. Crecido en el seno de una familia rica del centro del país, Frías se unió al Ejército después de que la muerte de su padre los llevara a la pobreza. Tenía por entonces 19 años.

En su novela Frías expuso algunos de los detalles más crueles de la masacre y puso en entredicho el honor de las fuerzas federales. Poco tiempo después, su identidad fue descubierta y se le expulsó del Ejército.

Con los años, quedaría claro que la matanza de Tomóchic fue un adelanto de algunos de los peores episodios de la Revolución Mexicana. Hoy en día, en el renombrado pueblo de Tomochi hay una estatua que rememora el conflicto. No obstante, el protagonismo de este episodio no siempre se menciona en los libros escolares.