En un duelo que ya entra en la historia reciente del tenis por ser el más largo, Carlos Alcaraz se consagró campeón de Roland Garros 2025 al vencer a Jannik Sinner por 4-6, 6-4, 6-3, 6-7(3) y 7-6(10-6), en una final cargada de tensión, momentos dramáticos y calidad desbordante.

Fue una batalla de 5 horas y 19 minutos que tuvo de todo: quiebres, remontadas, puntos de campeonato salvados y un cierre de película en el super tie-break.

El italiano Sinner arrancó más sólido, se llevó el primer set y supo remontar el tercero, mostrando su habitual precisión desde el fondo y su temple en los intercambios largos. Llegó a estar a un solo punto del título en el cuarto set, pero Alcaraz resistió con bravura, salvó tres puntos de partido y forzó un desempate que dominó con convicción.

Ya en el quinto, el partido se convirtió en una cuestión de nervios. Sinner rompió primero, pero Alcaraz respondió con carácter. Ambos mantuvieron sus servicios hasta llegar al 6-6. En el super tie-break, el español tomó ventaja rápidamente y no la soltó: cerró el duelo 10-6 con una derecha cruzada que desató el rugido de la Philippe Chatrier.

Pese a que Sinner ganó más puntos en total (193 contra 192), fue Alcaraz quien impuso su mentalidad en los momentos clave: ganó ambos tie-breaks que disputó, resistió en los tramos más exigentes y mostró un repertorio técnico y físico pocas veces visto en un jugador de 22 años.

Con esta victoria, Carlos Alcaraz levanta su tercer título de Grand Slam, pero el primero en tierra batida, en el templo que consagró a los grandes. Y lo hace no solo con tenis, sino con corazón, resistencia mental y una capacidad de lucha que ya lo colocan como el heredero natural de una era de gigantes.

París tiene nuevo rey, y se llama Carlos Alcaraz.

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