Freelance: Un Futuro Sin Seguros ni Prestaciones
N+
Al no tener ningún tipo de prestación y seguridad social, el freelance es una modalidad de trabajo que puede hacer colapsar la economía familiar ante una enfermedad, un accidente u otra eventualidad

Arantxa Luna, una trabajadora freelance, enfrentó una hospitalización sin ningún tipo de seguro. Foto: Tano Glez | N+
COMPARTE:
Ser freelance en México representa enfrentar distintos problemas, no solo por no tener ingresos fijos, sino también porque quienes ejercen esta modalidad de trabajo no cuentan con seguridad social y derechos laborales básicos, lo cual implica que muchas personas, e incluso familias completas, corran el riesgo de que su economía colapse de un día para otro a raíz de una enfermedad, un accidente u otra eventualidad. Por su parte, los seguros, tampoco han podido generar un mercado que logre atraer y satisfacer las necesidades de todos estos trabajadores independientes que podrían contratar pólizas que cubran, tanto sus gastos médicos, como su ahorro para el retiro.
Esta problemática a largo plazo puede generar problemas económicos graves porque tendremos personas que se retirarán sin ningún tipo de pensión o ahorro para el retiro, lo cual representará una presión muy fuerte para la economía y las finanzas públicas del futuro, ya que habrá personas económicamente no activas que no tendrán los medios necesarios para sobrevivir porque no cuentan con una pensión, ni tampoco el acceso a un sistema de salud que los atienda.
Los primeros meses de 2020 significaron una crisis médica y financiera para Arantxa Luna, una guionista freelance que vive en Ciudad de México. Solo que Arantxa no enfermó de COVID-19, sino de una serie de malestares gastrointestinales derivados de la incertidumbre que provocó en ella la pandemia. "Básicamente de un día a otro tuve que conseguir 25 mil pesos para una intervención", cuenta en entrevista con N+. Como era trabajadora freelance y no tenía seguro de gastos médicos, esa cifra, que se sumó a los otros cerca de 25 mil pesos que erogó en tratamientos previos y consultas con especialistas, hizo que la emergencia médica también fuera una financiera.
Sí estuvo denso’, recuerda. ‘Dije, si esto era por ansiedad, me está dando muchísima más estar gastando dinero y no saber exactamente cómo podré pagarlo.
¿Cuántos trabajadores freelance existen en México?
Arantxa Luna forma parte de los 5 millones de trabajadores independientes o freelance que en México, según datos del INEGI, tienen entre 20 y 39 años. Y aunque no hay datos puntuales de cuántas personas en ese rango de edad cuentan con seguro de gastos médicos, la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, también elaborada por el INEGI, señala que 17.6 millones de mexicanos de entre 18 y 70 años —21% de la población— tiene al menos un seguro. De acuerdo con el Instituto, desde que se elaboró la encuesta previa en 2018, la cifra de personas aseguradas disminuyó 4.4%.
Soy joven, no me va a pasar nada.
Arantxa sentía que su juventud y las farmacias con médicos adyacentes —conocidas popularmente como farmacias simi— eran suficientes para atender sus necesidades de salud. Antes, cuenta a N+, tuvo acceso al ISSSTE gracias a su madre, pero cuando dejó de estudiar tuvo que buscar protección propia. Su madre le aconsejó pagar un seguro médico, pero ella pensó, "no me va a pasar nada".
Luego de recuperarse de la emergencia médica que tuvo, Arantxa contrató un seguro de gastos médicos mayores. Paga alrededor de 2 mil pesos mensuales por su póliza y cuenta que, además de la situación que vivió, uno de los motivos que la convenció fue la mejora económica que tuvo a partir de hallar nuevas opciones de trabajo. Otro factor, señala, fueron los testimonios de personas endeudadas con millones de pesos en tratamientos contra el COVID-19.
Sí es una inversión, pero lo entiendo como pagar un celular o una computadora, es como mi escudo ante una vida fluctuante.
Sin embargo, esa inversión involucra sacrificios financieros y hasta podría llegar a ser una excepción en función de cuánto se gana. Plataformas especializadas en trabajo freelance, como Talent.com o Glassdoor, indican que el pago promedio mensual de un trabajador independiente oscila entre los 7 mil 500 pesos y los 16 mil 121 pesos. De acuerdo con estas plataformas, el panorama de los freelanceros es ligeramente más optimista al que pinta el INEGI en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al tercer trimestre de 2021, en al que apunta que la mayoría de los trabajadores gana entre uno y dos salarios mínimos, es decir, sus ingresos oscilan entre los 5 mil 186 pesos y los 10 mil 372 pesos mensuales. Bajo las cifras expuestas por el INEGI y en el escenario más optimista, para que un trabajador pague un seguro de 2 mil pesos mensuales, como el de Arantxa, deberá destinar el 19.28% de su ingreso al pago de su póliza.
No hay un mercado de seguros para freelance
Aún cuando el INEGI ubica 13.1 millones de trabajadores independientes, con poco más del 38% de ellos en edades de entre 20 y 39 años, si un trabajador independiente busca en Google ‘seguros para freelance’ no encontrará una opción única, sino varias con aseguramientos que van desde gastos médicos, responsabilidad civil profesional y hasta pólizas para asegurar sus herramientas de trabajo. Al respecto, apunta Carlos Islas Murguía, representante de LIMRA México y colaborador de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS):
No he visto, por lo menos recientemente, un combo especialmente diseñado para el freelance.
Parte del problema por el que la oferta para trabajadores independientes se encuentre tan segmentada es, apunta, una suerte de ignorancia dentro del mismo sector asegurador, que pareciera desconocer la existencia de coberturas idóneas para este tipo de trabajadores. Cita un seguro llamado ‘indemnización de área por accidente o enfermedad’, básicamente una protección financiera que ampara al trabajador independiente para seguir contando con un ingreso en caso de no poder trabajar por alguna emergencia.
Para Islas, ofrecer un paquete de coberturas que además se pueda ajustar ‘on demand’ como se acostumbra en los servicios ofrecidos a través de apps, sería una producto con promesa de éxito. ‘Un combo bien diseñado, que el freelancero pueda ajustar en función de sus necesidades, como apagando el switch de alguna cobertura’, describe. "El sector tendría que trabajar en esto, porque efectivamente hay un mercado clarísimo de oportunidad en esto".
Pero mientras las aseguradoras dan pasos lentos, algunos involucrados en el sector dan sus primeros pasos para captar al mercado de jóvenes. Es el caso de Román Barragán, conocido como @EldelosSeguros en redes sociales, donde explica de forma coloquial cómo actuaría una aseguradora en distintos tipos de escenarios.
Lo que nosotros hacemos es hablar de temas que suelen ser tabú o sobre los que hay desconocimiento.
Que las redes sociales de @EldelosSeguros tengan primordialmente contenido didáctico en torno a accidentes viales no es casual. Según la ENOE del INEGI correspondiente al tercer trimestre de 2021, de las 17.1 millones de personas con algún tipo de seguro, 8.3 millones tienen un seguro para auto, cifra que la ubica como la segunda protección más contratada, solo por debajo de los seguros de vida, con 10.9 millones de asegurados.
En contraparte, los seguros contra accidentes personales, de responsabilidad civil o de herramientas de trabajo —los que la Condusef apunta debería buscar un trabajador freelance— equivalen, sumados, a poco más de 1.9 millones de pólizas.
Los retos de las aseguradoras con el freelance
¿Cómo hacer que más jóvenes vean en los seguros un producto útil y eviten un trago amargo como el que pasó Arantxa Luna? ¿Debe la industria de los seguros mejorar sus estrategias de comunicación hacia el sector?

Para Román, el reto pasa por un componente cultural que, asegura, comienza a cambiar. "Creo que las personas entre 20 y 30 años están dándose cuenta que no tendrán los mismos beneficios que sus papás, que las empresas están contratando de otras formas para no dar todos los beneficios", comenta. Por otro lado, reconoce que las aseguradoras tienen tarea en materia de comunicación. "Hay un tema de desconfianza hacia las aseguradoras o hacia los agentes de seguros también, creo que eso también tenemos que irlo modificando", señala.
Mientras tanto, desde un café en la colonia Narvarte, donde Arantxa Luna anota en su computadora los pendientes del siempre corto diciembre, señala parte de la desconfianza señalada por Barragán y la ignorancia consignada por Islas. "Siento que para nosotros el mundo de las aseguradoras es muy raro, y creo que las propias aseguradoras ven a la juventud como un mundo extraño".