Conoce la Raza de Caballos Akhal-Teke, que Brilla como si Fueran de Metal
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Te presentamos a la genuina raza del ‘caballo dorado’
Caballo Akhal-Teke, los genuinos caballos dorados. Foto: Facebook Mundo Alucinante
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Se les considera una de las razas más caras y preciadas, paradójicamente se le conoce poco fuera del mundo de la equitación. Esta es la raza de caballos Akhal-Teke, que se distinguen por un pelaje metalizado.
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Los caballos Akhal-Teke, originario de Asia Central
Los caballos Akhal-Teke son originarios de Turkmenistán. En esta exrepública soviética se ubica el desierto de Karakum, adyacente al mar Caspio. Según los criadores de este país de Asia Central, este duro ambiente permitió que se formara esta raza resistente y fuerte.
Sin embargo, lo que más llama la atención de los caballos Akhal-Teke es su color: la mayoría de los ejemplares tienen un pelaje brillante y metálico, como si estuvieran bañados en oro. En tiempos de la Unión Soviética, estos caballos comenzaron a ser llevados fuera de Turkmenistán y su fama creció alrededor del mundo.
Akhal-Teke una de las razas más caras
Por supuesto, este pelaje distintivo les ha convertido en una raza de lujo a la que no puede acceder cualquier aficionado. Según Euro News, un caballo Akhal-Teke comúnmente alcanza un precio de hasta 100 mil dólares, equivalentes a un millón 700 mil pesos mexicanos.
No obstante, los ejemplares más caros han sido vendidos en sumas muy superiores. Criadores de Turkmenistán afirman haber vendido ejemplares en 2 millones de dólares, equivalentes a 34 millones de pesos.
Estos caballos son muy escasos. Se calcula que hay poco más de 8 mil ejemplares en todo el mundo. Por supuesto, esta escasez contribuye a su elevado precio.
Otro factor que distingue a los Akhal-Teke es un carácter fuerte. Según los criadores de Turkmenistán, estos equinos pueden ser un dolor de cabeza para los inexpertos. Al respecto la amazona Fagilya Zaripova declaró a Euro News:
Cuando este caballo tiene encima un jinete, es muy bueno, tan tranquilo. Es realmente genial trabajar con él. Peor cuando el jinete se baja, se vuelve incontrolable
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