Locatarios de la Central de Abasto de Toluca Perdieron Todo tras Incendio
Ximena García | N+
Locatarios afectados narraron lo que vivieron ayer por la noche, cuando las llamas destrozaron una zona del inmueble, afortunadamente alcanzaron a salir sin daño

Algunas familias perdieron el patrimonio de su vida. Foto: Alejandro Alarcón | N+
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A las 10:30 de la noche, una llamada al 911 alertó sobre un incendio en la zona de cajas de la Central de Abasto de Toluca. En cuestión de minutos, más de 50 negocios fueron devorados por las llamas. El siniestro ocurrió a unos metros de la Nave K, donde en julio fueron asesinadas y quemadas nueve personas, por lo que las llamas desgarraron una herida que supura humo y miedo en la Central de Abasto de Toluca. Si bien en esta ocasión las investigaciones apuntan a que el incendio fue generado por un cortocircuito, el temor es visible en la zona afectada.
"Tuvimos que solicitar el apoyo a diferentes municipios vecinos del Valle de Toluca, agradecer también a nuestros compañeros Bomberos de Lerma, Metepec, San Mateo Atenco, Huixquilucan, Naucalpan, a los compañeros de Toluca, a la Coordinación de Protección Civil del Estado”, señaló José Carmen Sánchez Solano, subdirector operativo de Bomberos Toluca.
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“Todo fue muy rápido, fue en cuestión de segundos que esto se calcinó”, explicó Jessica Domínguez Pablo, locataria afectada.
“Recuerdo lo que pasó los días atrás acá adentro, pues yo pasaba, veía y decía ‘pues pobres, ¿no? Los que murieron quemados, es algo inconsolable y ahorita lo estamos pasando nosotros que, qué bueno que, como le decía, no hubo una pérdida humana ¿no? De lo material, pues, diosito nos va a dar la fortaleza para salir adelante de ésta”, Jessica Domínguez Pablo, locataria afectada.
Las estimaciones previas señalan que el trabajo de 30 años de decenas de familia quedó incinerado en una hectárea que albergaba siete naves. Las afectaciones económicas aún no se han revelado, fueron miles de cajas de madera y plástico, así como cartón, lo que se quemó, además de que se vino abajo el domo de las naves.
Durante 20 horas, los bomberos laboraron pese al cansancio y la inhalación de humo para liquidar las llamas. Trabajaron sin descanso para evitar que el fuego siguiera alimentándose. Al fondo, lejos del peligro, las personas afectadas, locatarios, trabajadores y sus familias, sólo podían contemplar lo que el fuego les arrebató.
“Este negocio pues, de años que mi papá tenía este negocio y ayer que lo vimos que quedaba en cenizas, pues algo que, no tengo palabras para expresar lo que se siente en este momento de decir, pues todo ese esfuerzo, todo ese trabajo de mi papá, año con año, día con día, pasar hambres, fríos”, narró para N+ Jessica Domínguez, locataria afectada.
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