En los últimos años, las autoridades federales han incrementado su interés por las actividades del grupo de Los Tlacos, debido a sus constantes disputas con organizaciones rivales como La Familia Michoacana, Guerreros Unidos o Los Ardillos.

El grupo criminal de Los Tlacos también es conocido como el Cártel de la Sierra.

Al igual que La Familia Michoacana, se trata de un grupo liderado por dos hermanos: Onésimo Marquina Chapa, alias Necho, y Javier Marquina Chapa, Barbas, que operan en la zona centro y norte de Guerrero, donde se dedican a la venta, producción y trasiego de drogas.

Documentos internos de la Sedena, incluidos en la filtración del grupo hacktivista Guacamaya, a los que tuvo acceso N+Focus, señalan que su actividad delictiva data al menos desde 2010 y que Necho es un objetivo prioritario para las autoridades desde hace cinco años.

Los documentos ubican el cuartel general de Los Tlacos en el municipio de general Heliodoro Castillo, junto a San Miguel Totolapan.

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También tiene presencia en los municipios de Cocula, Eduardo Neri, Leonardo Bravo, Chilpancingo y Tepecoacuilco. Además, según los documentos, mantienen el control del Frente Unido de Policías comunitarias de Guerrero, a quienes usan como halcones o participantes de protestas contra la incursión de autoridades.

Además, los documentos constatan vínculos de los hermanos Marquina Chapa con representantes políticos y sociales de la zona.

Entre septiembre de 2019 y julio de 2020, la Sedena mantuvo un seguimiento telefónico a Javier Marquina Chapa, presunto número dos del grupo. De aquí se observa el trasiego de armas que mantienen los integrantes de Los Tlacos, así como supuestas conexiones con un coronel de la Marina.

Las conversaciones permiten afirmar que los 14 civiles muertos, el 15 de octubre de 2019, en un enfrentamiento armado contra el Ejército, eran de Los Tlacos y buscaban llegar hasta Iguala.

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Con información de Alberto Pradilla, de N+FOCUS, la unidad de investigación de N+
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