El Regreso de Rocío, Tras 17 Años Desaparecida, Gracias a Reportaje de N+

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Jafet Tirado | N+

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Ella fue fotografiada en la CDMX para un reportaje sobre salud mental. Su familia vio la publicación y la reconoció. Rocío, originaria de Jalisco, estaba desaparecida desde 2008.

Ella se encontraba en una plaza pública cerca de Garibaldi.

Ella se encontraba en una plaza pública cerca de Garibaldi. Foto: N+.

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Rocío regresó a casa luego de 17 años en los que no se supo nada de ella. Su tía Lola Cuan la recibió con un abrazo fuerte; ella, aun con la mirada confusa, tras un cambio radical en su vida: pasar de dormir en las calles de la Ciudad de México a tener, otra vez, una familia. 

A mediados de Enero, NMás publicó el reportaje “¿Quién atiende la salud mental de las personas en situación de calle?”, una serie de testimonios de hombres y mujeres que habitan en las calles del centro de la Ciudad de México.

El objetivo era visibilizar la escasa atención psiquiátrica que recibe esta población. Pero un retrato cambió la historia de Rocío, quien en ese momento se identificó como Karina. 

Ella se encontraba en una plaza pública cerca de Garibaldi. La entrevista fue breve, le costaba algo de trabajo entender algunas preguntas y contestaba con dificultad.

Unos días después de la publicación, una mujer que vive en Francia vio el reportaje y la identificó, era su prima que hace 17 años partió de Guadalajara a la Ciudad de México para hacer un casting para un reality musical de televisión; después de eso, perdieron su rastro.

De inmediato le avisó a su familia en Jalisco. Su hermana mayor, Diana Cuan, viajó a la Capital del país para reencontrarse con ella. 

“La verdad pensábamos que, como hay muchos desaparecidos en México, pensamos que ya iba a estar muerta. Entonces, cuando supimos, dijimos: Gracias a Dios que está viva”, dice Diana Cuan. 

Para este reencuentro, la familia le pidió ayuda al Caracol A.C., una organización que apoya a la población de calle de la CDMX desde hace 30 años. Ellos encontraron a Rocío en la misma plaza pública donde se le tomaron los retratos. 

Pero el regreso a casa no fue tan rápido como deseaban. Rocío no recordaba a la mayoría de sus familiares y se mostraba desconfiada. Su prima Edith empezó a visitarla con frecuencia en las calles de la zona Centro, con la intención de generar confianza y empatía. Esto ocurrió a lo largo de dos meses. 

“Hicimos un chat familiar, se llama ‘Juntos por Rocío’, mi familia, mis primos, la generación que decidimos acercarnos a ayudar desde el amor y sin juicios”.

El 20 de marzo, tras varias visitas, Edith cuenta que encontró a Rocío en Plaza Garibaldi. Se acercó a platicar y la invitó a comer. Las acompañó un abogado amigo de la familia, Jesús Liógon.

Al final de la comida, la invitaron a irse con ellos a Guadalajara, incluso una de sus tías habló con ella vía telefónica y le dijo que toda la familia la estaba esperando, que no tenía nada que temer. Rocío accedió. Por la noche, emprendieron el viaje por carretera. 

“No fue fácil convencer a Rocío, porque de hecho ella es víctima de paranoia, de persecución; quizá por el ambiente donde se llevó su vida de calle. No viene forzada, viene por su propia voluntad”. Jesús Liógon.

Unas horas después, en la madrugada, se reencontró con su familia. 

Ha pasado mes y medio desde su regreso. La familia cuenta que el proceso de reintegración no ha sido fácil, pues Rocío da señales de tener una condición psiquiátrica, ya que tiene lagunas mentales y piensa que es el año 2008, justo el de su desaparición.

Actualmente, es evaluada por varios especialistas, tanto su salud mental como física. Diana, su hermana, dice que su reintegración es un reto. Eso sí, reitera, están felices por su regreso.

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