Ruido en la Arena: Bocineros Invaden Playas de Acapulco
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El alquiler de bocinas en las playas de Acapulco se ha vuelto una actividad común, pero la falta de regulación ha generado molestia entre turistas.

Sonideros invaden playas de Acapulco. Foto: Cuartoscuro | Ilustrativa
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Por las playas del puerto de Acapulco ya no sólo se escucha el sonido del mar, una nueva figura ha tomado protagonismo en la arena: los bocineros, personas que rentan bocinas a los turistas. La competencia por ser escuchado se vuelve una batalla sonora que ha provocado incomodidad entre visitantes y residentes.
“Yo paso, me voy dando la vuelta y ya ellos me preguntan: ‘Oye, ¿de cómo la hora?’”, relata Arturo, un bocinero que lleva tiempo trabajando en las playas del puerto. “Sale en cien pesos la hora, le digo que se conecte al Bluetooth y ya yo regreso hasta que se acabe la hora”. El negocio es informal, rápido y lucrativo, pero también ruidoso y sin regulación alguna.
Para algunos turistas, la música forma parte del ambiente de playa; pero para otros se ha convertido en un motivo de molestia.
“Es un volumen considerable para que todos podamos disfrutar de la música”, comenta Rogelio, turista frecuente. “Pero hay muchísimas bocinas y cada quien tiene que tener un volumen moderado; hay muchos que no respetan”.
Karen, también visitante del puerto, describe cómo el exceso de sonido impacta incluso en los momentos más sencillos del día: “Hasta para uno, cuando está comiendo y hablando, sí es incómodo… como que debería haber un poquito menos de volumen”.
Sin control
Las autoridades locales reconocen que la situación se les ha salido de las manos. Alfredo Lacunza de la Cruz, director general de la Promotora y Administradora de Playas de Acapulco, admite que el problema ya genera afectaciones al turismo.
Hay muchos factores en la zona de playa que han generado de repente incomodidad en ciertos turistas, ¿no? Como el tema de las bocinas, el ruido excesivo, esa contaminación auditiva que ha generado molestias en algunos casos.
Actualmente, no existe una normativa que limite el uso o volumen de estas bocinas en las zonas turísticas. La falta de regulación ha creado un vacío que impacta directamente en la experiencia de quienes visitan Acapulco buscando descanso.
Nosotros hemos platicado en algunas ocasiones que se podría reglamentar”, agrega Lacunza. “Usarlas en lugares específicos, a la mejor de una forma moderada, porque sí es incómodo inclusive para familias, personas de la tercera edad, o niños con capacidades diferentes, personas que traen niños con autismo.
El orden en las playas y en la zona federal sigue siendo uno de los grandes pendientes para mejorar la imagen de Acapulco como destino turístico.
Con información de Isaac Flores.
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