En las costas de Oaxaca comenzó de manera oficial la temporada de observación de ballenas. Estos mamíferos cruzan las costas oaxaqueñas, en su ruta hacia aguas más cálidas en el Pacífico sur, para realizar sus rituales de apareamiento o para parir a sus crías, un viaje que realizan desde finales de noviembre hasta finales del mes de marzo.

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“Pues es algo impresionante, algo que te deja muy contento, muy emocionado porque, pues te das cuenta qué la vida es maravillosa”, dijo Yasareth, turista.

“Simplemente espectacular, es una vista maravillosa… es la primera vez que vengo”, agregó Lulú Porras, turista.

La entidad cuenta con tres zonas autorizadas por la Semanart para la observación de ballenas, en su ruta migratoria: Bahías de Huatulco, Puerto Ángel-Mazunte y Puerto Escondido.

Desde cualquiera de estos lugares hay que partir en lancha para realizar la observación, a unos 20 kilómetros mar adentro.

“Normalmente, hay que tener una distancia de entre 40 a 60 metros con ballenas o grupos menores a tres ballenas, si tenemos grupos mayores de cuatro a seis, hasta más ballenas, hay que tener una distancia entre 120 hasta 250 metros para no poderlas estresar, debido a que en este caso son grupos de cortejo”, comentó Carlos Jorge Ponce, prestador de servicios náuticos.

Para observarlas hay que madrugar

Para poder observarlas hay que partir muy temprano desde cualquiera de los tres puertos.

Mar adentro, se encuentra uno con este espectáculo de la naturaleza: las ballenas nadando hacia el sur, algunas solitarias, otras más en grupos pequeños y muchas de ellas acompañadas de sus crías.

“Las ballenas que visitan las costas de Oaxaca provienen el área de California, Oregón y Washington en donde se alimentan masivamente para formar esta capa de grasa y obtener energía para realizar su migración hacia las áreas de reproducción y crianza que en el caso de la Unidad Poblacional Centroamericana”, comentó Francisco Villegas Zurita, biólogo investigador de la Universidad del Mar.

Estas ballenas son de la especie yubarta o jorobadas y prácticamente a diario es posible observarlas durante esta temporada. La zona de observación no está designada solamente confines recreativos, sino también de investigación, como lo hacen muchos especialistas en la costa oaxaqueña.

Con información de Jorge Morales

HAVJ