Tala Clandestina Devasta el Bosque de Agua en Lagunas de Zempoala, Edomex

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Arturo de la Sancha

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Pese a operativos y 20 aseguramientos reportados por Profepa, no hay vigilancia sostenida en campo

Tala Clandestina Devasta el Bosque de Agua en Lagunas de Zempoala, Edomex

Tala clandestina deja troncos amontonados en el Bosque de Agua. Foto: N+FORO

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La tala clandestina está dejando huellas de devastación en el Parque Nacional Lagunas de Zempoala, dentro de Ocuilan, Estado de México (Edomex), hacia el límite con Morelos.

En uno de los pulmones más importantes del Valle de México, conocido como el Bosque de Agua, el equipo de N+FORO recorrió la zona con habitantes de San Juan Atzingo y Santa Martha, comunidades que, pese al riesgo, se organizan para contener a los talamontes. La mayoría solicitó anonimato por temor a represalias.

Tala Clandestina 'Disparada' en Bosque de Agua; Habitantes Dicen que al Gobierno No le Interesa.

¿Dónde se está destruyendo y qué tan grave es el daño?

El tramo crítico suma aproximadamente 10 kilómetros, desde el poblado de Santa Martha, en Ocuilan, hasta el límite con Morelos. A ambos lados de la carretera se observan claros abiertos y laderas sin cobertura forestal. Comuneros aseguran que ese panorama es apenas una fracción de lo que ocurre al interior del bosque, donde la tala selectiva y el "peloneo" de pendientes avanzan sin descanso.

El Bosque de Agua es un corredor compartido por la Ciudad de México (CDMX), el Estado de México (Edomex) y Morelos, vital para la recarga hídrica y la estabilidad ambiental de la región metropolitana.

Ruta de 10 kilómetros entre Santa Martha, Ocuilan, y los límites con Morelos. FOTO: N+FORO

Un habitante de San Juan Atzingo, que solicitó anonimato por seguridad, describió el ritmo de la deforestación observado en su comunidad.

La tala está disparada a más no poder, se ha pedido el apoyo del gobierno, desgraciadamente el gobierno no le interesa la destrucción del bosque.

Huellas recientes y el rastro que delata a los talamontes

Durante el recorrido dentro del bosque, N+FORO registró cortes recientes: troncos frescos, aserrín húmedo y veredas abiertas con huellas de llantas que apuntan a una operación sistemática. Vecinos explican que los taladores identifican árboles sanos, trabajan con rapidez y se retiran antes de que alguien pueda dar aviso.

La velocidad y el sigilo dificultan cualquier reacción comunitaria, sobre todo en zonas profundas sin señal telefónica ni presencia constante de autoridades.

Huellas de tala reciente en plena ruta por el bosque
Huellas de tala reciente en plena ruta por el bosque. Foto: N+FORO

Un comunero de Santa Martha, que pidió no revelar su nombre por temor a represalias, comparó la rapidez de los taladores con un mamífero sigiloso de la región.

No lo habíamos visto, pero un talador es como el cacomixtle, llega rápido hace su maniobra y se pela como si fuera una rata.

La ruta de la madera: del bosque a los aserraderos clandestinos

De acuerdo con testimonios recabados por N+FORO, el modus operandi se concentra en Edomex. Tras talar en el perímetro hasta antes de llegar a Morelos, los responsables dirigen la carga a los poblados de Santa Martha y Santa Lucía, donde operan aserraderos clandestinos.

Esta infraestructura informal permite transformar y mover la madera con relativa facilidad. Comuneros afirman que las camionetas logran desplazarse sin revisiones efectivas, lo que favorece la salida del material hacia distintos destinos en la región centro del país.

Un vecino de Santa Lucía, que pidió anonimato por seguridad, detalló la ruta que observan en su zona y la falta de controles en los caminos.

Esa madera es transportada al Estado de Morelos, al Estado de México pero principalmente al Distrito Federal, las camionetas pasan sin que nadie pueda detenerlas.

Troncos cortados son cargados a la orilla de la carretera. Foto: N+FORO

Operativos, cifras oficiales y un vacío de vigilancia en la zona

Hace 9 meses, los gobiernos de la Ciudad de México, el Estado de México y Morelos firmaron un acuerdo para combatir el tráfico ilegal de madera en el Bosque de Agua. El corredor boscoso compartido abarca cerca de 250 mil hectáreas, por lo que coordinar operativos es clave para inhibir la impunidad.

Según la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), en lo que va del año se han asegurado 20 centros de almacenamiento en Edomex y en la Ciudad de México. Aun así, durante el trayecto cubierto por N+FORO en el lado mexiquense no se observó vigilancia estatal ni federal activa.

Esta aparente contradicción entre decomisos y ausencia de presencia en campo refuerza la percepción comunitaria de que los operativos no alcanzan los puntos críticos. Sin inspecciones constantes, la tala se desplaza, se fragmenta y se adapta a nuevas rutas, lo que dificulta frenarla de raíz.

Vecinos insisten en que la coordinación interinstitucional y la vigilancia sostenida son determinantes para cerrar el paso a los talamontes.

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Lo que piden los habitantes frente a la devastación

Comuneros de San Juan Atzingo y Santa Martha aseguran que, hoy, la primera línea de defensa del bosque son voluntarios locales, sin recursos suficientes ni respaldo operativo. Exigen patrullajes permanentes, aseguramientos de aserraderos clandestinos y controles de carretera que dificulten el transporte ilícito.

También piden atender las denuncias, proteger a quienes reportan y fortalecer la presencia institucional en los accesos principales al parque y sus brechas interiores.

Un voluntario de Santa Martha, que solicitó anonimato por temor a represalias, resumió el sentimiento general de la comunidad sobre el papel de las autoridades.

Lástima que aquí nada más somos unos voluntarios que queremos combatir esto, no somos apoyados por ninguna autoridad las autoridades no hacen su papel.

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