"Nos Tratan como Rateros": Norma, Vagonera de Ecatepec, Habla sobre Abusos en el Metro CDMX
Astrith Tolentino
Norma, quien es madre, abuela y vagonera, narra que enfrenta violencia y acoso policial mientras lucha porque su trabajo en el Metro sea reconocido con dignidad

Desde entonces, su vida se mueve al ritmo de los vagones. Su "oficina" es un tren en constante desplazamiento. No hay horario fijo, solo aquel que depende de la presencia o ausencia de la policía. Foto: N+FORO
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En el municipio de Ecatepec, en el Estado de México, Norma Rivera comienza su día mucho antes que el sol. Es madre, abuela y vagonera. Desde hace más de diez años, recorre los vagones del Metro de la Ciudad de México para vender productos y así sostener a su familia.
Su rutina inicia a las seis de la mañana. Prepara a su nieto para llevarlo a la escuela, acomoda la mercancía que venderá durante el día y camina hasta la avenida para tomar el primer transporte rumbo a Ticomán, donde deja al pequeño antes de ir a trabajar. El trayecto toma más de una hora.
La vagonera que transformó la necesidad en fuerza para sobrevivir
Norma empezó a vender en el Metro CDMX después de separarse del padre de sus hijos. La situación económica la obligó a buscar una alternativa urgente. Con apenas unas monedas, invirtió en dos bolsitas de paletas.
Con eso pude llevarles un kilo de huevo y un kilo de tortillas para darles de comer a mis hijos.
Desde entonces, su vida se mueve al ritmo de los vagones. Su "oficina" es un tren en constante desplazamiento. No hay horario fijo, solo el que le permite la presencia o ausencia de la policía.
El miedo de trabajar bajo acoso y abuso policial
El Metro CDMX es para Norma una fuente de sustento, pero también un lugar hostil. Como muchas vagoneras, ha sido víctima de violencia y abusos por parte de las autoridades.
Me esposaron a la fuerza, me pegaron y a mi hijo también lo azotaron. Eso fue lo que más me dolió.
Norma relata que los policías del Metro suelen tratarlas como si fueran delincuentes. Les revisan sus pertenencias, las exhiben y las esposan frente a todos. Sin embargo, insiste en que no son criminales.
Nos tratan como si fuéramos rateros, pero no lo somos. Nosotros no obligamos a nadie a que nos compre.
Leonas en Manada: la colectiva que alzó la voz por las vagoneras
Cansada de vivir en la clandestinidad laboral y de ser violentada, Norma se unió a Leonas en Manada, una colectiva integrada por más de 150 mujeres vagoneras que luchan por el reconocimiento legal de su trabajo.
En octubre de 2024, la lucha de esta colectiva logró un avance histórico: un juez reconoció por primera vez la discriminación estructural que enfrentan las mujeres que venden en los vagones del Metro.
Este fallo fue considerado un parteaguas para la lucha de las trabajadoras no asalariadas. Ellas no exigen impunidad sino derechos básicos: ser reconocidas como trabajadoras con uniforme, gafete y acceso a capacitación.
No buscan privilegios, solo una vida con dignidad
Norma insiste en que su único objetivo es poder trabajar sin miedo. Lo que piden no es privilegio sino regulación y dignidad.
Que nos den la oportunidad de seguir trabajando ahí. No somos malas personas, no somos rateras… seríamos libres de trabajar hasta con gusto.
Su historia es la de miles de mujeres que, como ella, sostienen a sus familias con esfuerzo, valentía y una lucha diaria contra la discriminación.
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