Anualmente, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) elabora el Índice de Competitividad Urbana (ICU) con el propósito de analizar el rendimiento y desafíos específicos de cada ciudad.

Este índice, compuesto por 69 indicadores distribuidos en 10 subíndices, evalúa 66 ciudades, que albergan a más del 62% de la población mexicana.

En la edición más reciente del ICU, las ciudades experimentaron mejoras, en promedio, en el subíndice de Derecho y Aprovechamiento de las relaciones internacionales.

En contraste, el comportamiento en los demás subíndices se mantuvo más estable.

La metodología, consciente de la complejidad de las zonas urbanas, presenta los resultados según el tamaño de la población y clasifica las ciudades en seis niveles de competitividad: muy alta, alta, media alta, media baja, baja y muy baja.

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En cuanto al subíndice de Derecho, las ciudades mexicanas mejoraron en promedio, evidenciado por la disminución en la tasa de homicidios (de 33.4 a 33.1 por cada 100 mil habitantes) y el robo de vehículos (de 3.2 a 3 por cada mil vehículos registrados), además de un aumento en la percepción de seguridad, que pasó del 35.4% al 37%.

Con respecto a las condiciones laborales, algunas ciudades registraron mejoras, como la reducción de la informalidad del 47.4% al 46.3% entre 2021 y 2022. No obstante, persisten disparidades entre ciudades, con un 29.1% en Saltillo frente al 67.4% en Acapulco.

Por otro lado, la cantidad de demandantes en conflictos laborales disminuyó de 4.1 a 2.8 por cada mil personas económicamente activas.

La recuperación económica postpandemia se tradujo en un aumento del 30% en el flujo promedio de pasajeros aéreos, pasando de 698 a 904 pasajeros por cada mil habitantes.

Adicionalmente, la ocupación hotelera experimentó un notable repunte, ascendiendo del 38.2% al 50.3%.

En el panorama de la competitividad urbana en México, Monterrey destaca como la ciudad más competitiva entre las metrópolis más grandes del país.

Le siguen de cerca en este ranking Saltillo, Querétaro y Guadalajara, formando un grupo destacado en términos de desarrollo y recursos.

Al observar las ciudades de tamaño mediano, Durango y Mazatlán emergen como líderes en competitividad.

Estas urbes han logrado posicionarse en los primeros lugares, indicando un sólido desempeño en varios aspectos económicos y sociales que contribuyen a su vitalidad competitiva.

En el ámbito de las ciudades relativamente más pequeñas, Los Cabos y Puerto Vallarta continúan destacándose como las más competitivas.

A pesar de su tamaño más reducido, estas localidades exhiben características que las posicionan como centros atractivos para el desarrollo económico y la calidad de vida.

Es interesante notar que, a pesar del aumento en la incidencia delictiva, las ciudades mexicanas han experimentado mejoras en la percepción de seguridad.

Este fenómeno se refleja en la disminución de delitos de alto impacto, como homicidios y robos de vehículos.

Esta dualidad entre estadísticas delictivas y percepción de seguridad plantea preguntas sobre los factores que influyen en la percepción ciudadana y cómo las comunidades abordan la seguridad en un entorno competitivo.

Mientras algunas ciudades se destacan en términos económicos y sociales, el desafío de gestionar la seguridad persiste.

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Con información de Paola Becerra Orozco, Noticias N+