¿Vives Con Dolor y Lo Consideras Normal? Esto Podría Ser Más Grave de Lo Que Crees

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Irlanda Maya

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El dolor crónico puede convertirse en enfermedad; romper mitos culturales es clave para tratarlo

Mexicanos acuden a clínicas de dolor tras años de automedicarse

Mexicanos acuden a clínicas de dolor tras años de automedicarse. Foto: Ilustrativa | Freepik

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En México, alrededor de 40 millones de personas viven con algún tipo de dolor, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). A nivel global, la situación no es mejor: una de cada cinco personas en el mundo sufre dolor, de acuerdo con la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP).

Aunque muchas personas lo consideran "normal", vivir con dolor no es algo que deba aceptarse como parte de la vida, advierten especialistas. La mayoría recurre a remedios caseros, se automedica o simplemente aprende a vivir con el malestar, lo que puede traer consecuencias graves para la salud física y mental.

¿Qué es el dolor y cuándo se convierte en una enfermedad?

El dolor no es solo una molestia: es una señal de alerta del cuerpo. Sin embargo, cuando no se trata adecuadamente y se prolonga más de tres meses, puede volverse una enfermedad en sí misma, conocida como dolor crónico.

Así lo explica el anestesiólogo Emmanuel Hernández Vega, miembro del Colegio Mexicano de Anestesiología.

El dolor está diseñado para decirnos que algo está mal. Un dolor agudo puede durar segundos, minutos o incluso meses, pero si se mantiene más allá de tres meses, ya se considera dolor crónico.

Este tipo de dolor puede continuar incluso cuando ya no existe la causa original del malestar, y deteriora significativamente la calidad de vida de quien lo padece.

Respiración Consciente, Técnica de Meditación que Alivia el Dolor Crónico y la Ansiedad

Estos son los tipos de dolor más intensos que puede sufrir el cuerpo humano

No todos los dolores son iguales. Algunos son más profundos, persistentes y limitantes que otros. Entre los más intensos e incapacitantes que puede experimentar una persona, se encuentran:

  • El dolor del trigémino (considerado uno de los más severos)
  • Las quemaduras extensas de tercer grado
  • El dolor de parto
  • Fracturas óseas complejas
  • El dolor neuropático
  • Migrañas crónicas
  • Dolor nociceptivo (visceral o musculoesquelético)

Ana Paula Corona, quien ha vivido con migrañas desde su juventud, describe así su experiencia:

Sientes que la cabeza te va a estallar, te molestan las luces, el ruido y te dan náuseas.

Este tipo de condiciones, aunque comunes, muchas veces no reciben el tratamiento especializado que requieren.

Las graves consecuencias de ignorar o normalizar el dolor

No tratar el dolor puede tener consecuencias profundas más allá del malestar físico. El Dr. Hernández Vega advierte que, sin atención médica adecuada, el dolor puede desencadenar otros problemas como:

  • Alteraciones en el sueño
  • Ansiedad o depresión
  • Aislamiento social
  • Pérdida de productividad
  • Abandono del trabajo o la escuela

Puede generar alteraciones en el sueño, ansiedad, depresión, aislamiento social y deficiencia en la vida diaria. En casos graves, las personas incluso dejan de trabajar.

Por esta razón, el tratamiento del dolor debe ser integral, con médicos certificados, fisioterapeutas y, en algunos casos, especialistas en cirugía o neurointervención.

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La peligrosa cultura de "aguantarse" que sigue afectando a millones

En México, el dolor suele minimizarse bajo frases como "échate árnica" o "aguántate", algo que los expertos califican como una práctica peligrosa.

José Ríos, entrevistado para el medio N+FORO, resume esta situación de forma clara:

Aguantarse el dolor es de no quererse a uno mismo. Con las tradiciones te dicen: échate árnica o tómate esta yerbita, pero eso no se debe hacer por las consecuencias que puede traer.

Este tipo de creencias impide que muchas personas busquen atención médica oportuna y adecuada, prolongando su sufrimiento y aumentando los riesgos a largo plazo.

Nadie debería vivir con dolor: el derecho a un tratamiento digno

Las guías médicas más recientes son claras: ninguna persona debe resignarse a vivir con dolor. Hoy en día, existen tratamientos especializados que pueden reducir significativamente el sufrimiento y mejorar la calidad de vida.

El paciente tiene derecho a recibir una atención profesional, digna y centrada en sus necesidades. La clave está en acudir a especialistas certificados, evitar la automedicación y romper con los estigmas culturales que normalizan el dolor.

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