Comunidad de Corralero: Entre Escombros, Permanece la Esperanza Luego del Paso del Huracán Erick

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Arturo de la Sancha

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El huracán Erick devastó Corralero, comunidad afromexicana de Oaxaca: negocios, viviendas y redes de pesca quedaron completamente destruidos

Habitantes de Corralero retejando sus techos tras el paso del huracán Erick

Habitantes de Corralero retejando sus techos tras el paso del huracán Erick. Foto: N+FORO

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En la comunidad de Corralero, en el municipio de Santiago Pinotepa Nacional, en el estado de Oaxaca, unas 2,000 personas vieron cómo, de un minuto a otro, el huracán Erick categoría 3 arrasaba con sus pertenencias. Este fenómeno tocó tierra el pasado 20 de junio dejando destrucción en viviendas, calles y comercios.

Los vecinos, en su mayoría dedicados a la pesca y al pequeño comercio, perdieron en apenas sesenta minutos sus fuentes de ingreso y sus bienes más preciados, desde muebles hasta mercancía almacenada para la venta.

Habitantes de Corralero, Oaxaca, relatan cómo el huracán Erick categoría 3 arrasó viviendas, comercios y su principal sustento.

Corralero pasó tres horas de pánico bajo el rugido de Erick

Edith Hernández, comerciante de abarrotes y papelería en Corralero, se salvó refugiándose en el baño de su casa cuando la fuerza del viento arrancó el techo de un jalón y lo lanzó contra su sala. A continuación, su testimonio:

Este era mi negocio y el huracán Erick en una hora arrasó con todo. Aquí tenía papelería, perfumería, un poco de todo, abarrotes, mis copiadoras; todo se lo llevó Erick.

Edith Hernández perdió su tienda con el paso del huracán Erick. Foto: N+FORO

La primera hora de mayor intensidad se vivió entre las cuatro y las cinco de la tarde, momento en que los vientos superaron los 185 km/h. Posteriormente, con el techo ya desprendido, Edith y su familia pasaron dos horas más en ese espacio reducido, cubiertos únicamente por una pared y un inodoro, escuchando cómo “chiflaba el aire,” y cómo “rugía,” el huracán sin tregua.

Herencia afromexicana de más de cuatro siglos, al borde del olvido

Corralero forma parte de las comunidades negras de Oaxaca, asentadas en la costa desde hace más de 400 años. Sin embargo, hasta 2019 no se les reconoció oficialmente como población afromexicana, un paso que permitió obtener por fin calles pavimentadas y alumbrado público básico.

Paula Cruz, líder comunitaria, explica la falta de apoyos previos.

Aquí en esta comunidad es una comunidad afromexicana, 100 por ciento afromexicana. Antes sólo nos veían como personas negras, sabían dónde estábamos, pero no éramos beneficiados por parte del gobierno.

A pesar de este reciente avance en infraestructura, las acciones gubernamentales de reparación tras Erick apenas comienzan, dejando en evidencia la vulnerabilidad histórica de Corralero.

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Pesca paralizada por escombros sumergidos

La pesca, principal sustento de muchas familias de Corralero, quedó en suspenso luego de que los árboles arrancados por el viento cayeran a la laguna costera. Los palos y troncos sumergidos destruyen las redes y bloquean las embarcaciones, impidiendo la recolección de camarón, jaiba y pescado destinado al mercado local y regional.

Un grupo de pescadores describe la magnitud del obstáculo.

Todos esos palos cayeron para la laguna, mire cómo está destrozado. No podemos trabajar: se rompen las redes. Por los troncos que están debajo del agua, simplemente no se puede pescar.

Los pescadores sufren los estragos del huracán
Los pescadores sufren los estragos del huracán. Foto: N+FORO

Sin fecha definida para la limpieza completa, estas familias enfrentan la amenaza de quedarse sin ingresos durante meses, justo cuando dependían de las capturas para comprar insumos básicos.

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Reconstrucción a pulso: vecinos sin techo ni luz

Mientras las autoridades municipales intentan restablecer el alumbrado público y retirar escombros en las calles, los habitantes de Corralero dedican cada día a apuntalar techos y levantar muros con materiales de segunda mano.

José Martínez, carpintero y padre de tres hijos, trabaja sin descanso.

Estoy retejando para poder dormir con mi familia porque no tenemos dónde. Cada tablón y cada teja que coloco representa una pequeña esperanza de regresar a la normalidad.

El señor José trabaja en un nuevo techo para su casa. Foto: N+FORO

Con generadores provisionales y velas, las noches transcurren a media luz. Sin embargo, más allá de la reconstrucción física, Corralero necesita apoyo integral que incluya reparación de la laguna, rehabilitación de escuelas y acceso a programas de empleo temporal. La emergencia pone de manifiesto la urgencia de invertir en resiliencia y justicia para esta histórica comunidad afromexicana de la costa oaxaqueña.

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