Hospital de Cuadernos en Toluca: Libretas Usadas Quedan como Nuevas para Otro Ciclo Escolar
Ramkar Cruz
Proceso artesanal: retiran espiral, alinean perforaciones y renuevan pastas para que duren todo el ciclo

Los cuadernos restaurados son donados. Foto: N+FORO
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En el municipio de Toluca, en el Estado de México, una familia convirtió su casa en un hospital de libretas que desde hace 8 años rescata cuadernos a medio uso para darles una segunda vida.
La iniciativa, liderada por Karina Montes de Oca García junto con sus hijas, reúne hojas limpias, repara arillos y renueva pastas para entregar libretas con entre 90 y 100 hojas listas para un nuevo ciclo escolar. El objetivo es claro: reducir el desperdicio, apoyar a estudiantes y demostrar que reutilizar también puede ser digno y atractivo.
Cómo funciona la cirugía de cuadernos y por qué sí es un trabajo especializado
El proceso es artesanal y meticuloso. Primero retiran el espiral con pinzas, separan hojas limpias de las usadas y buscan páginas compatibles para completar el cuaderno. El detalle técnico complica todo: no todas las marcas tienen la misma distancia entre perforaciones, de modo que "hacer que embonen" sin romperse exige paciencia y precisión. La familia dedica tiempo a alinear, reforzar y volver a unir, priorizando la funcionalidad para que el resultado aguante el ritmo escolar y no se desarme a la primera semana.
Karina Montes de Oca García, promotora del proyecto y cabeza del "hospital", explica el reto que enfrentan en cada intervención.
Encontrar hojas que embonen parece sencillo, pero no lo es. Cada libreta, según la marca y su estructura, tiene perforaciones distintas. Empatarlas a veces es un lío y, si no coinciden, las hojas se rompen al introducir el arillo.
La chispa que encendió todo: redescubrir hojas olvidadas en casa
La idea nació en familia, cuando Karina revisó libretas viejas de sus hijas y halló varias con páginas completamente limpias. Ese hallazgo, cotidiano y contundente, se convirtió en una oportunidad para ahorrar, reducir basura y cambiar la percepción sobre lo "usado".
Con el tiempo, adaptaron la casa como taller, clasificaron hojas por tamaño y perforación, y organizaron mesas de trabajo. La propuesta es poderosa por su sencillez: rescatar cada hoja utilizable y convertirla en una libreta confiable que pueda llegar a manos de quien más la necesita.
Antes de formalizar las primeras donaciones, Karina resumió el descubrimiento que impulsó el proyecto.
Típico que las mamás guardamos las libretas de ciclos escolares pasados. Al sacarlas, nos dimos cuenta de que varias tenían hojas sin usar.
Tiempo, paciencia y calidad: así garantizan libretas que sí dan confianza
El tiempo de "cirugía" varía según el estado de cada cuaderno. Cuando llegan muy dañados, la reparación requiere más pasos: enderezar arillos, sustituir pastas, reforzar perforaciones y filtrar manchas o arrugas.
En promedio, cada pieza toma entre 1 y 2 horas porque revisan hoja por hoja para asegurar que el estudiante pueda escribir sin obstáculos. Más que reciclar por reciclar, la meta es entregar material que luzca bien, dure toda la temporada y motive a estudiar, cuidando el bolsillo de las familias y evitando que la basura crezca.
Ana Karen Montes de Oca García, hija de Karina e integrante del equipo, describe el nivel de detalle que aplican.
Con un cuaderno aproximadamente llevamos una o dos horas porque sí tratamos de revisar muy bien las hojas.
Acopio comunitario y libretas que recuperan el orgullo de estrenar
Para alimentar el taller, la familia instala centros de acopio en su comunidad y recibe cuadernos usados. Tras la reparación, los donan para que vuelvan a circular. Además de la mecánica técnica, cuidan el aspecto final: refuerzan y colorean pastas, limpian bordes y dan un acabado prolijo.
El mensaje es potente: reutilizar no es sinónimo de descuido, y una libreta bonita también es una herramienta de autoestima. Así, cada entrega combina utilidad, estética y una segunda oportunidad para materiales que iban rumbo a la basura.
Karina detalla la importancia del cuidado visual en cada libreta entregada.
Hacemos que las pastas tengan más color y vuelvan a tener un aspecto que realmente sea digno.
Efecto multiplicador: de Toluca a modelos de reinserción social
La labor del hospital de libretas trascendió las paredes de la casa y ya inspira a otras personas a replicar la práctica. Con el tiempo, asociaciones y colectivos han buscado aprender el método para convertirlo en una herramienta formativa.
Un caso emblemático provino de una organización que trabaja en la rehabilitación de personas con adicciones. Con materiales donados y capacitación, transformaron la reparación de libretas en una actividad terapéutica y productiva, probando que un gesto ecológico también puede abrir puertas de reinserción y comunidad.
Karina recuerda cómo se concretó esa colaboración y el impacto que tuvo.
Una asociación que se dedicaba a la rehabilitación de personas con adicciones nos buscó y nos dijo que les habían donado material. Les dimos la capacitación para que aprendieran a hacer las libretas.
Por qué importa hoy: ahorro familiar, educación y menos basura escolar
Cada ciclo escolar, incontables cuadernos terminan en la basura a pesar de tener decenas de hojas limpias. La iniciativa en Toluca demuestra que, con organización y voluntad, es posible recuperar material valioso, aliviar el gasto de las familias y reducir residuos.
Ocho años de trabajo, revisiones minuciosas y libretas con 90 a 100 hojas prueban que la reutilización bien hecha es útil, digna y contagiosa. Replicar el modelo en otras comunidades puede traducirse en miles de hojas salvadas, más estudiantes equipados y un entorno más limpio para todas y todos.
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