Así Fue el Desfile Militar por los 250 Años del Ejército de Estados Unidos

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Desfile militar por los 250 años del Ejército de Estados Unidos desató puntos de vista contrarios; Trump celebra con tanques, paracaidistas y polémica mientras crecen protestas y tensiones migratorias

La capital del país se ha convertido en el escenario de un despliegue militar.

La capital del país se ha convertido en el escenario de un despliegue militar. Foto: Reuters.

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Con motivo del 250 aniversario del Ejército de Estados Unidos, la capital del país se ha convertido en el escenario de un despliegue militar sin precedentes en décadas.

El desfile, que se realiza en el corazón de Washington D. C., tiene como epicentro el emblemático obelisco de George Washington, donde se ha instalado el templete presidencial desde donde Donald Trump, actual presidente, observa las maniobras.

El evento comenzó con un adelanto en su horario original debido al mal clima previsto para la jornada. Aun así, más de 200,000 personas han asistido, según estimaciones, para presenciar las exhibiciones que se extienden a lo largo de Constitution Avenue.

La participación incluye unidades del Ejército, la Marina, los Marines y la Fuerza Aérea, destacando la entrega simbólica de la bandera nacional al presidente por parte de un equipo de paracaidistas.

Uno de los elementos más destacados del desfile es la presencia de 25 tanques de guerra, algunos con más de cuatro décadas de antigüedad, conocidos por su imponente tamaño y capacidad ofensiva.

Cada tanque, con un peso superior a las 120,000 libras, desfila sobre placas metálicas instaladas en las calles para evitar daños al pavimento. Junto a ellos, también se exhiben helicópteros “Chinook” y vehículos blindados “Striker” y “Paladin”, todos de manufactura previa a los años 90.

La connotación del evento no es meramente festiva. Se trata de un espectáculo militar de gran escala que ha generado múltiples reacciones. Para muchos estadounidenses, este tipo de desfiles evoca más a regímenes autoritarios que a tradiciones nacionales.

Aunque en países como México o Francia los desfiles militares son comunes, en Estados Unidos. su realización no es habitual y es considerada por algunos como una muestra de fuerza innecesaria.

El acto, aunque conmemorativo, se produce en un clima nacional de profunda polarización. Coincide con protestas simultáneas en distintas ciudades del país, donde miles de manifestantes expresan su descontento con la gestión del gobierno de Trump, especialmente por sus políticas migratorias.

Este malestar ha aumentado tras acciones del gobierno que han sido percibidas como una violación del debido proceso, afectando a migrantes y ciudadanos por igual.

Entre las preocupaciones más señaladas se encuentran la falta de transparencia en los procesos migratorios, el desconocimiento de los cargos por los que se detiene a personas y la limitación en el acceso a la defensa legal. Estas prácticas han sido interpretadas por algunos sectores como una amenaza a derechos constitucionales fundamentales.

Mientras tanto, la relación entre Donald Trump y las Fuerzas Armadas continúa siendo objeto de debate. La participación del mandatario en este tipo de actos ha sido interpretada como parte de su estrategia para proyectar poder.

Trump ha demostrado en varias ocasiones su gusto por eventos que refuercen su imagen como comandante en jefe, lo que para algunos constituye una instrumentalización simbólica del ejército.

La coyuntura también es relevante a nivel internacional. Se espera que el próximo lunes, en Alberta, Canadá, se lleve a cabo una reunión entre el presidente Trump y la presidenta de México, Claudia Sheinbaum.

Este primer encuentro cara a cara podría abordar diversos temas clave de la agenda bilateral, incluida la cooperación migratoria, los aranceles y la seguridad fronteriza. La relación entre ambos países ha experimentado tensiones recientes, especialmente tras declaraciones del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense respecto a marchas convocadas en territorio mexicano.

El desfile, aunque visualmente impactante y emotivo para muchos, refleja un momento complejo en la historia del país, en el que la celebración militar convive con el descontento civil. La mezcla de nostalgia patriótica y despliegue bélico pone en evidencia las múltiples lecturas que puede tener un evento de esta magnitud, más allá de la conmemoración de un hito histórico.

Aunque Estados Unidos amaneció y terminó el día con protestas, los festejos por el desfile militar no pararon. Alrededor de las 8:50 de la noche la Casa Blanca publicó una imagen sobre el cierre del desfile y los festejos por el 250 aniversario del Ejército de la Unión Americana

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CT