¿Cómo se Integra el Cónclave para Elegir al Nuevo Papa?

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El cónclave es un ritual de siglos de antigüedad que incluye la votación de los cardenales para elegir al nuevo papa

Vista de humo blanco que anunció la elección del papa Francisco en El Vaticano,

Vista de humo blanco que anunció la elección del papa Francisco en El Vaticano. EFE | Archivo

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Luego de la muerte del papa Francisco, el Vaticano debe seguir una serie de protocolos para elegir al nuevo líder de la iglesia católica. Esto mediante el cónclave, una reunión donde los cardenales votan a puerta cerrada.

La palabra "cónclave" significa "con llave" en latín, haciendo referencia a la secrecía y aislamiento de los cardenales durante el proceso. 

Se trata de un ritual de siglos de antigüedad que incluye juramentos sagrados de los cardenales que eligen al sucesor del papa Francisco, que incluyen la perforación de las papeletas con una aguja e hilo después de ser contadas y luego su quema para producir un humo blanco o negro que indica lo siguiente:

  • Humo negro: Indica al exterior que no ha habido acuerdo.
  • Humo blanco: La 'fumata blanca' anuncia que se ha encontrado un nuevo papa. 

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El proceso para elegir al nuevo papa se realiza en la Capilla Sixtina, en una reunión de secretismo a puerta cerrada conocida como cónclave, la cual debe comenzar a más tardar 20 días después de la muerte o renuncia de un papa, por lo que su inicio se estima entre el 5 y el 10 de mayo.

En el cónclave, los 133 cardenales electores -menores de 80 años- votarán a sus candidatos para suceder a Francisco. Actualmente los electores son 138 (a fecha de febrero de 2025). La mayoría procedentes de:

  • Europa, con 54
  • Asia, con 24
  • Sudamérica, con 18
  • Norteamérica, con 16
  • África, con 18
  • Centroamérica, con 4
  • Oceanía, con 4

¿Quiénes eligen al Papa?

La normativa actual limita teóricamente el número de electores a 120, pero los papas a menudo han superado ese límite. De acuerdo con las estadísticas vaticanas más recientes, había 135 cardenales menores de 80 años con derecho a voto. 

Lo anterior, debido a que sólo los cardenales mayores de 80 años pueden ser elegidos papas. Por ende, estos último no pueden votar, pero sí pueden participar en las reuniones previas al cónclave, conocidas como congregaciones generales, donde se abordan los problemas de la Iglesia. 

Aislados de cualquier persona ajena durante todo el proceso, los 133 cardenales electores -menores de 80 años-decidirán en cuestión de días al sucesor de Francisco. Algunos de los principales candidatos son:

  • Cardenal Pietro Parolin, de Italia, 70 años, secretario de Estado de Francisco y veterano diplomático del Vaticano.
  • Cardenal Marc Ouellet, de Canadá, de 80 años, jefe de la oficina de obispos del Vaticano de 2010 a 2023.
  • Cardenal Christoph Schoenborn, de Austria, de 80 años, alumno del Papa Benedicto XVI y por lo tanto aparentemente atractivo para los conservadores.
  • El cardenal Luis Tagle, de Filipinas, de 67 años, elegido por Francisco para dirigir la enorme oficina misionera del Vaticano.
  • Cardenal Matteo Zuppi, de 69 años, de Italia, protegido de Francisco, que encabezó la Conferencia Episcopal Italiana.

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¿Cómo es el cónclave?

El cónclave se celebra con los cardenales encerrados para animar al acuerdo y evitar interferencias. Esta práctica surgió en el 1270, cuando los habitantes de Viterbo, entonces sede pontificia, hartos de años de indecisión, encerraron a los ‘príncipes de la iglesia’ hasta elegir sucesor. Funcionó y el designado fue Gregorio X.

Así, en la fecha elegida, se encerrarán en la Capilla Sixtina para debatir el nombre del futuro papa, aunque solo podrán votar o ser elegidos los menores de 80 años.

Esta jornada histórica comenzará con la misa ‘Pro eligendo papa’ en la basílica de San Pedro y después los electores procesionarán hasta la Sixtina cantando el «Veni creator».

Una vez dentro, ante el Juicio Final de Miguel Ángel, jurarán y luego el maestro ceremoniero echará a los ajenos proclamando «Extra omnes» (fuera todos) y cerrará sus puertas para garantizar la más absoluta privacidad (se usan incluso inhibidores de frecuencia).

Modo de votación

Abolidos los modos de aclamación y por compromiso, la elección se hará por escrutinio secreto. Para que sea válida la elección del Romano Pontífice se requieren dos tercios de los votos.

El primer día de encierro se realizará una sola votación y en los días posteriores, en caso de fracasar, dos por la mañana y dos por la tarde.

Las papeletas

El ‘scrutinium’ contará con tres cardenales encargados de escrutar el proceso y tres de revisarlo. Las papeletas serán rectangulares y en ellas se lee «Eligo in Summum Pontificem», mientras que en la parte inferior habrá un espacio para escribir el nombre del elegido.

Luego, cada purpurado llevará su papeleta hasta la urna y, ante los escrutadores, pronunciará él juramento: «Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien en presencia de Dios, creo que debe ser elegido». Después colocará la papeleta en un plato y con éste la deslizará en la urna.

Recuento de votos

Una vez que todos han votado se procede al recuento. Los escrutadores leerán en alto cada papeleta mientras otro toma nota y un tercero las perfora con una agua e hilo, uniéndolas en ristra.

Las Fumatas

Tras cada votación, se quemarán los votos en una estufa instalada para la ocasión en la Capilla Sixtina. El color del humo que salga por la chimenea anunciará al exterior el resultado: si es blanco, significará que se ha alcanzado un acuerdo. Si es negro, el cónclave deberá seguir. En el pasado se usaba leña o paja para intensificar el humo y evitar confusiones, pero ahora se emplean químicos.

Aceptación del cargo

Una vez un cardenal se imponga al resto, el decano preguntará al elegido: «¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?». De asentir, le preguntará cómo quiere ser llamado.

Habemus papa

El nuevo papa soberano es llevado enseguida a la sacristía de la Capilla Sixtina, conocida como la ‘sala de las lágrimas’, donde habrán preparados tres trajes pontificios de varios tamaños (dado que es imposible saber de antemano quién será el elegido).

El último paso será anunciar la elección al mundo: «Habemus Papa» (tenemos papa) es la fórmula que el protodiácono exclamará desde el balcón de la basílica vaticana. El nuevo pontífice se presentará entonces al mundo e impartirá su primera bendición ‘Urbi et orbi’.

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Con información de N+, EFE y AP

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