¿Irak Tenía Armas de Destrucción Masiva?
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Hace 20 años, durante la invasión que Estados Unidos y Reino Unido realizaron a Irak, se argumentó que el país asiático tenía armas de destrucción masiva ¿Era cierto?

Sadam Huseín durante su juicio el 1 de marzo de 2006. Foto: Reuters | Archivo
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El 20 de marzo del 2003, hace 20 años, el gobierno estadounidense del entonces presidente George W. Bush invadió Irak. La invasión era una secuela del conflicto iniciado entre los dos países en 1991, cuando Estados Unidos, comandado por George H. Bush (padre de George W. Bush), llevó a cabo la operación Tormenta del Desierto, buscando que las tropas del ejército iraquí se retiraran de Kuwait.
Pero el conflicto entre los dos países siempre se mantuvo activo, incluso en el periodo entre las dos guerras. De hecho, fue en 1997 cuando Reino Unido y Estados Unidos dieron a conocer ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que Irak poseía armas de destrucción masiva, y usaron esa información como excusa para que las dos naciones anglosajonas emprendieran una serie de ataques de "baja intensidad" en territorio iraquí.
Después del ataque del 11 de septiembre de 2001, en el que Nueva York fue atacado por el grupo terrorista Al Qaeda, Bush tuvo una coartada perfecta para invadir Irak, aunque no existía una relación directa entre Al Qaeda e Irak, sólo estar en la misma zona geográfica.
A veinte años de la guerra de Irak, todavía muchas personas se preguntan si realmente se comprobó que Irak tuvieran armas de destrucción masiva.
¿Sadam Huseín tenía armas de destrucción masiva?
Aunque durante décadas, sobre todo mientras ocurrió la guerra entre Iran e Irak, Sadam Huseín había sido un aliado de Estados Unidos, en los noventa perdió el visto bueno de los norteamericanos. Desde entonces se volvió en uno de los enemigos favoritos de los Estados Unidos.
El 5 de febrero del 2003, el Secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell, alertó al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la posesión de armas de destrucción masiva por parte de Irak. Fue así como el secretario estadounidense justificó el inicio de una guerra, argumentando que era una forma de prevenir el uso de esas armas.
Años después, distintas investigaciones periodísticas, entre ellas una de la BBC, señalaron que desde antes del inicio de la invasión a Irak en 2003 había evidencia y fuentes de alto rango que señalaban que el régimen de Sadam Huseín no tenía armas de destrucción masiva.
Meses antes del inicio de la invasión a Irak, el entonces primer ministro de Inglaterra, Tony Blair, dio a conocer de manera pública que el país se encontraba en peligro porque Sadam Huseín supuestamente poseía armas de destrucción masiva.
Además, el gobierno británico publicó un informe sobre las supuestas armas de destrucción masiva que tenía Irak, sin embargo, años más tarde se cuestionó la información oficial de dicho comunicado y se dio a conocer que, de acuerdo con las notas originales del Comité Conjunto de Inteligencia, las evidencias eran "esporádicas y parciales" y "permanecían limitadas".
El informe fue escrito por Robin Butler, que según la BBC, fue quien aseguró años después que no se dio cuenta de que "estaba escribiendo una mentira", ya que el mismo primer ministro le aseguró que Sadam Huseín sí tenía armas de destrucción masiva.
Los espías también mintieron
Las áreas de inteligencia de Estados Unidos y Reino Unido enviaron espías para ser infiltrados en el gobierno iraquí, sin embargo, todas las evidencias y declaraciones sobre laboratorios y armas de destrucción masivas que reunieron eran falsas.
No obstante, no todos los datos de inteligencia estaban equivocados, ya que las informaciones aportadas por dos fuentes de alto perfil cercanas a Sadam Huseín eran correctas. Ambas fuentes aseguraron que Irak no tenía ninguna arma de destrucción masiva activa. Estas dos fuentes fueron ignoradas y se le dio más crédito a las versiones que justificaban la invasión.
Así, a 20 años del conflicto, finalmente se sabe que la coartada pública de la invasión nunca fue cierta.