Expertos del University College Dublin y la Universidad de Newcastle creen que un objeto de madera, encontrado en una zanja, puede ser el ejemplo más antiguo de un juguete sexual de madera encontrado en cualquier parte de los límites del imperio romano.

El utensilio tendría una antigüedad de casi 2 mil años de antigüedad, según los arqueólogos.

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Primeros investigadores pensaban que era para zurcir

Desenterrado en el Fuerte Romano de Vindolanda en el norte de Inglaterra, que una vez marcó la franja norte más lejana del imperio, el objeto de madera en forma de pene se registró inicialmente como una herramienta para zurcir, según el estudio publicado en la revista Antiquity.

En el documento se analizan tres posibles explicaciones para el propósito del falo, y una de ellas es que el objeto de tamaño natural, de 16 centímetros largo, se utilizó como instrumento sexual.

"El tamaño del dildo y el hecho de que fue tallado en madera plantea una serie de preguntas sobre su uso en la antigüedad", declaró Rob Collins, de la Universidad de Newcastle.

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“No podemos estar seguros de su uso previsto, en contraste con la mayoría de los otros objetos fálicos que hacen un uso simbólico de esa forma para una función clara, como un amuleto de buena suerte. Sabemos que los antiguos romanos y griegos usaban implementos sexuales; este objeto de Vindolanda podría ser un ejemplo de uno”.

Los consoladores estaban muy extendidos por todo el Imperio Romano y, a menudo, se representaban en frescos y mosaicos pintados o formaban parte de la decoración de otros objetos, como embellecer el mango de un cuchillo o grabarlos en cerámica.

Pequeños falos portátiles hechos de hueso o metal se usaban comúnmente como colgantes alrededor del cuello para la buena suerte.

Encontraron desgaste por el constante uso

Pero el equipo de investigación cree que el objeto encontrado en Vindolanda puede haber sido utilizado para algo más que protegerse del mal, ya que el análisis reveló que ambos extremos del falo son notablemente más suaves, lo que indica un uso repetido a lo largo del tiempo.

Otra posibilidad para el objeto es que se haya utilizado como mano de mortero, ya sea con fines culinarios o para moler ingredientes para tratamientos cosméticos o medicinales.

La tercera función posible era que el falo pudo haber sido insertado en una estatua que los transeúntes tocarían para absorber o activar la protección contra la desgracia, lo cual era común en todo el imperio romano.

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Sin embargo, la evidencia indica que el objeto estuvo en el interior o al menos no en una posición expuesta al aire libre durante un período prolongado. Así lo detalló Rob Sands, del University College Dublin:

Los objetos de madera habrían sido comunes en el mundo antiguo, pero solo sobreviven en condiciones muy particulares: en el norte de Europa normalmente en depósitos oscuros, húmedos y libres de oxígeno

Sands agregó que “el falo de Vindolanda es una supervivencia extremadamente rara. Sobrevivió durante casi 2, 000 años para ser recuperado, porque las condiciones de conservación hasta ahora se han mantenido estables. Sin embargo, el cambio climático y la alteración de las capas freáticas significan que la supervivencia de objetos como este está cada vez más amenazada”.

Con información de N+

HVI