Son las religiosas ‘Aliadas Carmelitas Trinitarias’ y los enfermeros del lugar, quienes se encargan de que la vida de los abuelitos en el hogar sea placentera.

Maria Elena Martinez, enfermera de profesión, expresó que tanto para las religiosas y los enfermeros, sus huéspedes son como su familia.

Nosotros nos familiarizamos con ellos (los abuelitos), porque haz de cuenta no tienen a nadie. Nos encariñamos con ellos y ellos con nosotros.

Para Maria Elena, trabajar en 'Hogar de la Misericordia' es una gran satisfacción. Foto: N+

Como Maria Elena, existen más de 14 enfermeros que se encargan de convivir, cuidar y asear a las personas de la tercera edad que en el hogar habitan.

Por las mañanas llegamos y se les hacen sus baños y desayunos. Después su terapia de ejercicios y luego a la iglesia, a misa.

Cada abuelito es respaldado con un sueldo que viene de las aportaciones económicas que dan los bienhechores, parte importante para que este lugar sea especial e idóneo para quien así lo necesita.

Una vez muchachos del TEC vinieron y empezaron a llorar. Me dijeron: ’Andamos bien tranquilos afuera y acá hay gente que necesita más que nosotros’.

Abuelitos necesitan del tiempo de los demás para completar su felicidad — Abuelitos del 'Hogar de la Misericordia' agradecen el apoyo y tiempo de los demás. Foto: N+

Para decenas de abuelos y niños que habitan este hogar, se necesitan manos, apoyo y gente de gran corazón que sean respaldo para que este lugar siga. ¿La recompensa? Recibir de los abuelitos el mejor deseo y una bendición especial.

Con información de Pedro Caballero, Jorge Portillo / N+