El policultivo tradicional maya, que combina la explotación de maíz, frijol y calabazas, contribuye a la conservación forestal mexicana y al desarrollo de una cultura llena de actividades que giran alrededor de la naturaleza.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura el sistema de policultivo maya ha contribuido a su capacidad para proporcionar alimentos y medios de subsistencia a las personas en la península de Yucatán durante al menos 3.500 años, basado en practicas amigables con el medio ambiente y la identidad de su comunidad, sistemas que permiten la coexistencia de la agricultura, la ganadería, la silvicultura, la recolección, la caza y la pesca en el mismo espacio, lo que la convierte en una zona con gran valor agroecológico.
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Entornos naturales como estos, catalogados como Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) por la FAO, son áreas agrícolas habitadas que contribuyen a la seguridad alimentaria y al desarrollo de la comunidad quienes buscan un entorno sostenible.
Con información de EFE
MV