La Tierra Prometida de los Centros de Datos
Alberto Pradilla | N+
La industria de los centros de datos niega su impacto sobre el medio ambiente y prometen inversiones millonarias y miles de empleos

El desembarco de los centros de datos a Querétaro se ha presentado como una gran oportunidad económica. Foto: N+
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Las cosas cambiaron en la última década para Antonio Martínez, de 42 años. Bajo sus pies, los campos se secan. En su pueblo han comenzado a sufrir apagones que los dejan sin energía durante horas. Y sus viviendas se ven progresivamente rodeadas por grandes parques industriales que crecen con la llegada de un negocio desconocido hasta hace pocos años: los centros de datos. Antonio Martínez es uno de los últimos agricultores de Viborillas, El Marqués, una pequeña comunidad de apenas mil 500 habitantes en Querétaro.
Todo lo que Antonio Martínez conoció desde niño (las plantaciones de milpas y maíz, los pozos con agua para la siembra, los campos que se extendían hasta donde le alcanzaba la vista) se ha convertido en la tierra prometida para los gigantes tecnológicos.
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Desde 2020, grandes empresas como Microsoft, Amazon o Google, y otras menos conocidas, como Ascenty o Equinix, se establecieron en el estado, a tres horas en coche de la Ciudad de México. Sus destinos principales fueron Colón y El Marqués, dos pequeños municipios ubicados cerca del aeropuerto internacional, casi pegados a la capital. Allí encontraron lo que estaban buscando: un terreno estable, sin el riesgo de sufrir sismos, y una buena conectividad. También, y lo que es más importante, un gobierno que les puso alfombra roja: adecuación de las leyes a las necesidades de las empresas, tierras casi regaladas y fácil acceso a los recursos naturales que escasean para los pobladores, como el agua o la energía.
Allí lleva toda su vida Antonio Martínez, que ha visto cómo una comunidad dedicada a la agricultura queda atrapada entre la nueva industria que se convirtió en gigante con la irrupción de la inteligencia artificial.

Nadie le ha explicado a qué se dedican esas infraestructuras que los gobiernos han abrazado.
“Me imagino que es donde almacenan datos ya sea telefónicos, datos de alguna empresa o datos, simplemente, hasta del mismo gobierno, yo me imagino que es eso”, dice, mientras pasea por un campo árido.
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El desembarco de los centros de datos a Querétaro se ha presentado como una gran oportunidad económica. Existe consenso político en torno a su llegada. El gobierno federal, en manos de Morena, y el estatal, en manos del PAN, coinciden: los grandes gigantes tecnológicos traerán inversión, crecimiento económico y empleos. Según la industria, estas son las cifras: 18 mil millones de dólares en inversión directa, 27 mil en inversión indirecta y 100 mil nuevos empleos, de los que 20 mil son directos.
Adriana Rivera, directora de la Asociación Mexicana de Centros de Datos, asegura que, con esas previsiones, para 2030 habrá 100 centros de datos en todo el país, al menos la mitad de ellos ubicados en la zona centro.
Actualmente, las cifras son menores. La industria prevé multiplicarse por diez en los próximos cinco años.
La secretaría de Desarrollo Sostenible del gobierno de Querétaro registra 19 permisos, casi todos en Colón y El Marqués.
La asociación gremial dice que son 34: 14 en Querétaro, 10 en el Área Metropolitana, 4 en Nuevo León, 3 en Jalisco y 2 en Yucatán.
Actualmente, estos centros de datos tienen una capacidad máxima de 250 megawatts.
Esta medida es clave para entender el funcionamiento del negocio. Los centros no se miden por su capacidad de almacenamiento, sino por cuánta energía consumen.

Las previsiones de crecimiento, sin embargo, son gigantes.
“Por ejemplo, la capital de Querétaro aproximadamente consume 2 gigas para poder operar en sus servicios médicos, servicios eléctricos, de alumbramiento… Y la ciudad, las casas, habitación, las escuelas, todo esto, unos 2 gigas. Si nosotros requerimos 1.5, quiere decir que es mucho, ¿verdad”, dice Rivera.
Este auge tiene un impacto directo en el sistema eléctrico.
Documentos del Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) advirtieron en 2023 que la demanda máxima de energía, sumada a las nuevas solicitudes, excede de la capacidad instalada, lo que pone en riesgo garantizar un suministro eléctrico de calidad.
Ese mismo informe alerta sobre el impacto de los centros de datos en la red eléctrica de Querétaro, augurando sobrecargas.
“Para las condiciones de demanda previstas en la red eléctrica de querétaro, las solicitudes de Centros de Carga con Prelación y en estudio, así como la capacidad de los data center al máximo en las regiones de Querétaro, San Juan del Río y San Luis de la Paz para el 2028 y considerando en servicio los proyectos instruidos y las obras de refuerzo solicitadas, se espera sobrecargas en la red eléctrica de 115KV”, dice el informe.
Esta afectación ya ha comenzado en Querétaro. El Cenace registró más de 300 fallas eléctricas en todo el país entre 2021 y 2023, la mayoría de ellas en Querétaro y Guanajuato.
Reportajes de N+ dieron cuenta sobre apagones y cortes de luz al menos desde 2023.
En Viborillas, la comunidad de Antonio Martínez, hubo al menos tres interrupciones del suministro en agosto de 2025: al menos en tres ocasiones se fue la luz, dejando sin energía a los pobladores durante varias horas.
“No sabemos qué es lo que esté pasando, no nos han dicho qué es lo que está pasando con las fallas de luz que hemos tenido. Anteriormente, hace un año, dos años no teníamos problemas de luz. Ahorita sí ha sido dos veces por semana, pues, pero pues, sí nos dura, puede ser 4 horas, 5 horas, hasta un día completo”, dice Ana Ceferino, una mujer de 46 años que atiende una pequeña tienda en una de las calles principales.
La mujer lleva toda su vida en la comunidad y asegura que los cortes le perjudican tanto en su comercio como en la casa. Además, dice que otros vecinos se vieron en la obligación de comprar generadores.
Adriana Rivera reconoce la existencia de estas afecciones. “Querétaro es una ciudad que, por lo mismo que ha abierto empleos especializados por la industria que ha llegado, ha crecido. Entonces, es obvio que la red eléctrica también tiene que crecer. Ahora, si en 7 años no inviertes nada para hacerla crecer o para modernizarla o para darle mantenimiento como ha ocurrido, pues es evidente que puedas a tener una consecuencia, que pueden ser los cortes”, dice. Asegura, sin embargo, que gobierno federal e industria tienen previsto invertir para paliar estas fallas.
El informe de Cenace, de hecho, prevé gastar 3 mil millones de pesos antes de 2028 para evitar la sobrecarga en el sistema.
La industria, por su parte, asegura que el 35% de su inversión será para mejorar la red eléctrica. Sin embargo, no ofrece datos sobre cuántas obras ha financiado.
Informes a los que tuvo acceso N+Focus indican que los gigantes tecnológicos también se ven afectados por los problemas de energía. Al menos 5 centros de datos no arrancaron operaciones o estaban suspendidos debido a la falta de conexión.

Ante la falta de capacidad del sistema, hay empresas como Microsoft que recurrieron a sus propios generadores de gas a la espera de conectarse a la red de la Comisión Federal de la Energía (CFE). Para este año, estaba previsto la entrada en funcionamiento de una central de ciclo combinado en Querétaro que ayude a generar más energía. Pero esto, a su vez, impactará en las emisiones y contribuirá al cambio climático. En una comunicación que envió Ascenty a esta alianza periodística, la compañía asegura que decir que “la instalación de nuevos centros de datos de Querétaro, incluidos aquellos construidos por Ascenty, haya motivado la construcción de una nueva central eléctrica de combustibles fósiles es infundada”.
En otras partes del mundo, los gigantes tecnológicos recurrieron a otro tipo de energía.
Lo explica Benjamín Agullón, exfuncionario público y actual empresario que se encarga de vincular empresas de centros de datos con las administraciones públicas.
“Creo que fue AWS, Amazon Web Services, que dijo: ‘o echo andar esta energía, esta planta de energía nuclear, con la condición de que esa energía sea para para mi data center’. Entonces, pues también abrir los ojos y ver qué otras fuentes de energía ya se pudieran aprovechar y pues también desestigmatizar ciertas energías como pudiera ser la nuclear para evaluar su viabilidad”, argumenta.
Ramsés Pech, experto en energía y economista, señala que dependerá de los tipos de planta que se empleen para la generación. “Van a requerir mucha energía. Una planta solar o eólica puede funcionar cuando existan baterías. Muchos van a recurrir a las plantas de ciclo combinado o a la energía nuclear, eso está ocurriendo ya en Estados Unidos y en China”, dice.
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La sobrecarga de energía es una de las caras B del crecimiento de los centros de datos. Existe otra mucho más visible: la afectación sobre el agua en un estado como Querétaro, en el que 17 de 18 municipios sufren de sequía. Este es un punto controversial. Hay activistas sociales que denuncian el gasto excesivo de agua. La industria argumenta que la tecnología ha evolucionado y que actualmente no existe relación directa entre su actividad y la falta de agua.
En Querétaro, la población sufre el estrés hídrico desde hace al menos una década.
“Más o menos en 10 años la pérdida que hemos tenido por falta del agua, pues se ha mermado a lo mejor hasta un 50% en lo que rinden los productos”, dice Antonio Martínez, el agricultor.
Su experiencia es la de una vida dedicada al campo.
“Aquí antes era regadío, aquí había un pozo y ahorita ya tiene que se secó, ya hace como unos 5 o 6 años. ¿Las milpas en qué condiciones están? Pues no hay agua y sin agua pues no podemos sembrar. Sin agua las parcelas no son productivas”, se queja.
El cambio climático ha golpeado a Querétaro, como ocurre en todo México. En 2022, su corredor industrial registró un incremento de 1,6 grados respecto a su media histórica y un 40% menos de lluvia.
El agotamiento de los acuíferos ocurre desde años atrás.
En 2015, Conagua, la dependencia federal que regula las aguas nacionales, alertó de que 4 acuíferos de la zona estaban en déficit hídrico y recomendó no dar más licencias. Justo en ese momento Marco Antonio Del Prete llegó a la secretaría de Desarrollo Sustentable del estado y puso en marcha una estrategia de atracción a los gigantes tecnológicos. Así que las empresas comenzaron a llegar y multiplicarse. Lo explicó el propio secretario durante su intervención en el Data Cloud 2024 celebrado en Austin, Texas, cuando puso en valor el papel del gobierno estatal para facilitar las inversiones en centros de datos.
Para obtener agua encontraron dos vías. La primera, comprar una parte de los permisos ya emitidos. Es una fórmula habitual por la que un particular que dispone de una licencia para extraer agua puede vender parte de los derechos a otro interesado.
La segunda, apoyarse en el gobierno estatal, ávido de poner las cosas fáciles a los enviados de Bill Gates o Jeff Bezos, y que les suministra directamente el agua.
Ocurre, por ejemplo, con la empresa brasileña Ascenty, que dispone de tres plantas en Querétaro y ofrece servicio a Microsoft con las dos primeras.

N+ Focus accedió a la solicitud de factibilidad de servicios de agua potable para su tercer centro de datos, que todavía no está en funcionamiento. El permiso fue emitido en mayo de 2023. En él, el gobierno de Querétaro le asegura un máximo de un millón de litros de agua al mes. Pero la empresa argumenta que gastan mucho menos, ya que afirman que el agua que toman de las dependencias públicas es solo para consumo humano.
Esta es una maniobra permitida por la ley desde 2022, cuando el actual gobernador, Mauricio Kuri, impulsó una nueva normativa sobre agua que fue conocida como “Ley Kuri” y que tuvo la oposición de organizaciones sociales y medioambientalistas. Esta ley permite a municipios y a la agencia estatal del agua otorgar concesiones, algo que antes estaba solo en manos de Conagua. Al menos 7 de los centros de datos instalados en Querétaro solicitaron sus permisos un año antes, en 2021.
La otra vía que utilizan las empresas para obtener agua en medio de la escasez es extraerla de pozos que ya tenían autorización. Lo hace Microsoft en el parque industrial Vesta, donde tiene licencia para extraer 25 millones de litros al año desde 2023, según documentos de Conagua a los que tuvo acceso N+Focus. Esta cantidad es una transmisión de derechos, es decir, la cesión de una parte de un permiso de extracción. En este caso, la licencia era propiedad de QVC, una sociedad mercantil vinculada al parque industrial Vesta, en el que se ubica el centro de datos de Microsoft.
También Ascenty tiene un permiso legal para la extracción de agua de un pozo de Conagua. Lo obtuvo en 2020 y quedó registrado en la compraventa de un terreno a una sociedad vinculada a la Universidad de Arkansas, donde estableció su segundo centro de datos. Según el documento, la empresa brasileña puede extraer 3 millones y medio de litros anuales de un permiso de 60 millones.
Esta agua, según Arturo Bravo, director general de Ascenty en México, se limita al “consumo humano”.
En diversos países, como Chile o España, se han registrado marchas y protestas contra los centros de datos cuestionando el uso excesivo de agua. Aquí en México no hay grupos organizados ni manifestaciones contra los centros de datos, ya que apenas existe información sobre cuánta agua gastan las empresas o para qué las emplean. En Querétaro, no obstante, ha surgido un movimiento de protesta por la escasez de agua y su privatización, auspiciada por la denominada “Ley Kuri”.
Existe controversia sobre cuál es el impacto real de los centros de datos en la escasez de agua.
Hay expertos que afirman que los procesos internos para enfriar los chips de los servidores dentro de los centros de datos obliga a las empresas a hacer uso de importantes cantidades de líquido. Lo explica Eugenio Tisselli, un programador e investigador que mantiene un discurso crítico con las nuevas infraestructuras. “Todos lo hemos experimentado en casa cuando tenemos la computadora funcionando y se calienta si estamos haciendo un proceso muy complejo. Si el procesador se calienta demasiado, puede dejar de funcionar. En un centro de datos una de las cuestiones más importantes es que el suministro de datos sea continuo. Por lo tanto, se tienen que enfriar constantemente las computadoras”, afirma.
En el otro lado están las autoridades y la industria.
Del Prete, el secretario local de Desarrollo Sustentable es uno de los principales defensores de la llegada de los centros de datos. Ha participado en foros internacionales defendiendo el papel de Querétaro como hub de la industria y asegura que la tecnología ha avanzado lo suficiente para limitar el impacto sobre el medioambiente.

“El tema del consumo de agua, yo creo que es una historia mal contada”, asegura. “Antes enfriar un edificio era muy demandante en recursos naturales. Para enfriar el edificio, se necesita tener constantemente agua circulando. Entonces, ahí había un consumo indiscriminado de agua. Sin embargo, la tecnología en enfriamiento ha evolucionado”, afirma.
Las empresas mantienen en secreto su funcionamiento interno y apenas dejan registros. N+ Focus preguntó por los detalles de operación a las diferentes empresas, pero no obtuvo respuesta, salvo en el caso de Ascenty, que permitió una visita a sus instalaciones. Sin embargo, tuvo acceso a través de solicitudes de transparencia a tres manifiestos de impacto ambiental presentados por dos compañías que permiten revelar algunos datos clave. Se tratan del tramitado por Alestra en 2013 y los que presentó Ascenty en 2020 y 2023.
La primera es una infraestructura pequeña, de apenas 11 MW en su capacidad máxima. Hay que tomar en cuenta que en aquella época, hace más de una década, no se había registrado el boom de los streamings, no existía la digitalización de las administraciones públicas y la inteligencia artificial era apenas una idea de ciencia ficción.
Según este documento, Alestra tenía previsto consumir un máximo de 3 millones 500 mil litros de agua mensuales, que extraería del permiso del parque industrial Innovación, donde se instaló. La inversión de la empresa es de 4 millones de dólares y confiaba en crear 58 empleos cuando esté en funcionamiento.
En 2020, Alestra fue adquirida por Equinix, otro gigante del sector.
El segundo paquete de manifestación de impacto ambiental es más sofisticado, ya que se trata de centros considerados de hiperescala, ya adecuados a las necesidades actuales. En este caso no se hace referencia a su capacidad de megawatts y solo se indica que se conectará a la red de la CFE, aunque Arturo Bravo, director general de Ascenty, dijo que la capacidad máxima era de 20, 35 y 20 megavatios, respectivamente.
En términos de agua, el documento no registra previsiones. La empresa aseguró que su consumo en cada uno de los dos centros de datos operativos es de 1.7 millones de litros anuales.
La primera de las plantas prevé una inversión de 60 millones de dólares, con 300 empleos durante el período de construcción y otros 100 fijos cuando ya esté operativa; mientras que la segunda omite estos datos.
En ambos casos, Ascenty indica que utilizará el sistema de refrigeración conocido como Chilled Water Plant o Planta de Agua Helada, en el que se usan “grandes contenedores de agua” que circulan entre los sistemas para evitar que se sobrecalienten.
Arturo Bravo explicó que este sistema es cerrado y que no sufre de evaporación. Según dijo, al inicio de la operación fueron inyectados 200 mil litros de agua y esta seguirá circulando durante el período en el que el data center esté funcionando.
Reconoce que existen otros sistemas, conocidos como “torres de refrigeramiento”, que sí implican un gran consumo de recursos hídricos. Según la Asociación Mexicana de Data Centers, solo el 2% de sus infraestructuras emplean estos equipos.
El secretario Del Prete insiste en que el impacto sobre el estrés hídrico no es un problema.

“Si un data center requiere tanta agua como dicen que requiere, no estarán instalados en Querétaro. No tendríamos agua para satisfacerlos. El agua de Querétaro es para los ciudadanos, para las familias”, afirma.
La realidad es que casi el 15% de los hogares de Querétaro carece de agua entubada y los cortes son frecuentes en dos de cada diez hogares del estado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Esto le ocurre a Sandra García, vecina de Viborillas y que reside en la comunidad desde hace tres años. “Ya llevamos ya dos meses sin que nos caiga una gota de agua”, asegura en entrevista celebrada en mayo de 2025. Según su relato, la persona que le renta el departamento sí accede al agua una vez por semana, por lo que se ve obligada a recogerla cuando le avisan y acumularla para el aseo personal y lavar los trastes.
“No hay información”, denuncia Elizabeth Duran, integrante de la colectiva Voceras de la Madre Tierra, que denuncia las agresiones contra el Medio Ambiente que ocurren en Querétaro. Dice que informes del estado aseguran que los 19 centros de datos consumen el promedio que gastarían 506 domicilios. “Me estás diciendo que el problema es que yo me bañe o que gaste agua cuando el problema es que estás dando permisos para que se instalen data centers”, argumenta.
La industria, por su parte, rechaza tener responsabilidad en estos hechos.
“El tema que hoy tengan estos cortes de agua, que no sé si sean realmente aledaños a las comunidades de donde estamos asentados, te puedo decir que no es porque la industria esté consumiendo el agua para un proceso productivo o para un proceso de enfriamiento. Eso es una mentira. Eso es una especulación”, argumenta Adriana Rivera.
Las empresas no ofrecen sus datos individualizados. Lo más cercano es un informe interno de la Asociación Mexicana de Centros de Datos, que indica que el gasto actual asciende a cerca de 850 mil litros mensuales. De ellos, un 98%, acumula un consumo de casi 400 mil, mientras que el resto queda en manos de unas pocas infraestructuras.
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“El gobierno que encabeza Mauricio Kuri es un gobierno pro empresa que busca fomentar el crecimiento, el desarrollo de los ciudadanos a través de la inversión, a través del empleo”. Con esta declaración de intenciones, Marco Antonio Del Prete explica su posición hacia las grandes compañías norteamericanas que llegaron a su territorio. Asegura que la forma de atraerlas no ha sido mediante exenciones fiscales o regalo de tierras, sino proveyéndolas de “talento”.
Durante años han sido constantes los encuentros públicos entre representantes de los gobiernos federal y estatal con las empresas, así como la participación de funcionarios públicos en eventos promovidos por las empresas o por asociaciones civiles vinculadas a ellas.
Por ejemplo, la inversión de empresas como Amazon está contabilizada dentro del Plan México, el programa con el que el gobierno federal presenta las propuestas para el crecimiento económico a largo plazo. De hecho, sus representantes prometieron una inversión de 5 mil millones de dólares durante la conferencia mañanera celebrada en Palacio Nacional el 14 de enero de 2025.

Hasta el momento no existe una legislación específica sobre los centros de datos. Aunque el sector se prepara para intervenir en el debate público. Amet Novillo, presidente de la Asociación Mexicana de Centros de Datos, instó a sus asociados a trabajar para influir en el marco legislativo durante un encuentro de aniversario del grupo celebrado en Querétaro en mayo de 2025.
“No nada más es hacer negocios, sino networking y hacer que las cosas pasen. Yo les quiero pedir su participación, por favor, tenemos mucha labor en el tema de regulación, hay mucho por hacer”, dijo el directivo.
Las grandes empresas llevan años buscando la complicidad del gobierno federal y tanto Amazon como Google y Microsoft firmaron convenios de colaboración con la secretaría de Economía entre 2020 y 2021. Esta dependencia es una fuerte “aliada” del sector según Adriana Rivera.
Esto no implica que no hayan obtenido facilidades. Por ejemplo, adecuar la normativa a las necesidades de las compañías o entregar terrenos donde poder establecerse.
Uno de los mecanismos utilizados por el ejecutivo estatal para favorecer la llegada de empresas fue la exención del manifiesto de impacto ambiental, el documento en el que las compañías dan explicaciones sobre su proyecto y sobre los posibles daños al entorno.
Esto ocurre, por ejemplo, con Microsoft, Equinix o Amazon.
Antes, en 2014, Alestra tuvo que presentar su documentación, incluso a pesar de ubicarse en un parque tecnológico. Ahora, después de 2021, las grandes empresas norteamericanas fueron eximidas bajo el argumento de que la infraestructura del parque ya había legalizado su situación previamente. Documentos revisados por N+Focus, sin embargo, prueban que al menos en dos ocasiones una empresa no tuvo que presentar sus datos internos solo por el hecho de ser “desarrolladora de centros de datos”.
Esto permite a las grandes tecnológicas no transparentar cuánta agua gastarán realmente, cuáles son los costes energéticos previstos o cuántos empleos genera cada planta.
Otro de los beneficios recibidos por algunas empresas fue la donación de terrenos. así ocurrió en 2024 con Cloud HQ, que recibió 50 hectáreas a través de la constitución de un fideicomiso entre la empresa privada y el gobierno de Querétaro en el que apenas puso 1000 pesos.
La promesa corporativa: invertir 70 mil millones de pesos y generar casi dos mil empleos.
Aquí en Colón o en El Marqués casi nadie sabe qué son los centros de datos ni cuánto gastan o cómo afecta esto a su medio ambiente.
Aunque algunas empresas sí trataron de tener una buena imagen entre los vecinos.
Es el caso de Microsoft, que en 2020 realizó una serie de visitas a ocho comunidades dentro de un programa desarrollado junto a Onu Habitat.
Según el propio documento, “el proyecto tiene como objetivo desarrollar procesos de planeación participativa en los territorios donde se construyan nuevos centros de datos, con el fin de elaborar recomendaciones y un plan de acción para que las comunidades sean más prósperas, sostenibles, inclusivas y resilientes”.

En el estudio, Microsoft y Onu Habitat reconocieron la sequía como uno de los grandes problemas de la zona. Además, propusieron una inversión de más de 80 millones de pesos para mejoras en ocho comunidades afectadas por los centros de datos.
Esas obras nunca se llevaron a cabo, como pudo constatar N+Focus tras recorrer varias de las comunidades y hablar con las autoridades. Aunque también es cierto que el documento nunca fijó un plazo y tampoco un compromiso explícito con la inversión.
ONU Habitat dijo no conocer el avance del proyecto desde que fue entregado y no tener más información al respecto.
El auge de la inteligencia artificial multiplicó el crecimiento de los centros de datos por todo el mundo. En México, los gigantes tecnológicos se instalaron en Querétaro con el apoyo de los gobiernos federal y estatal y la promesa de grandes inversiones y más puestos de trabajo. Mientras, en las comunidades, se agravó la sequía y se incrementaron los cortes de energía. La riqueza no llegó a todos por igual en la tierra prometida de los centros de datos.
Este es un trabajo de N+Focus como parte de la investigación periodística transfronteriza y colaborativa, ‘La Mano invisible de las Big Tech’, liderada por Agencia Pública en Brasil y el Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (Clip). Se hizo junto a Crikey (Australia), Cuestión Pública (Colombia), Daily Maverick (Sudáfrica), El Diario AR (Argentina), El Surti (Paraguay), Factum (El Salvador), ICL (Brasil), Investigative Journalism Foundation – IJF (Canadá), LaBot (Chile), LightHouse Reports (Internacional), N+Focus (México), Núcleo (Brasil), Primicias (Ecuador), Tech Policy Press (USA), Tempo (Indonesia). Con el apoyo de Reporteros Sin Fronteras y del equipo legal El Veinte y el diseño de la identidad visual de La Fábrica Memética.
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