¿Cómo se Negocia un Secuestro? Asesor de Manejo de Crisis Revela el Proceso para Liberar Rehenes

En México, 2024 cerró con un registro de 908 víctimas de secuestro, según datos del INEGI. En los primeros 4 meses de 2025, el gobierno contabilizó 264 casos. Eso significa que, en promedio, dos personas son secuestradas cada día en el país.

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Pablo Carstens, asesor en seguridad y manejo de crisis, ha negociado exitosamente más de 350 casos de secuestro en México “con éxito”, según sus propias palabras.

Un secuestro se resuelve contrariamente a lo que nos venden las películas de Hollywood, se resuelve por el teléfono, no es a través de un rescate armado

Para Pablo, la primera llamada es la más importante. A partir de ahí comienza su trabajo. Lo primero es crear un espacio clave: el Cuarto de Crisis. Un lugar que él describe como “sagrado” y en el que se toman decisiones que pueden salvar vidas.

Es un lugar fijo donde se van a tomar todas las llamadas y lo preparo para poner, pues, una mesa, los teléfonos, mapas, grabadoras, cartulinas, todas las ayudas visuales, grabadoras, etcétera

¿Quién responde las llamadas en un secuestro? 

Dentro de la negociación, Pablo designa a una persona clave, a quien llama “el comunicador”: un miembro de la familia encargado de contestar las llamadas telefónicas. Esta persona trabaja de la mano con él y recibe entrenamiento intensivo para estar lista ante cualquier respuesta del secuestrador.

Para cada llamada tenemos que estar preparados para todo. Yo preparo cartulinas de, si te amenazan, 20 frases de respuesta. Si te dicen de este tema, aquí están los argumentos. A veces lleno 15 cartulinas y además tengo dos en blanco para ir llenando para lo que se nos pasó. Y luego nos podemos a ensayar y nos ponemos a ensayar

Cada llamada debe construir tres elementos fundamentales:

• Fijar una cantidad de dinero
• Ganar tiempo
• Construir confianza.

Carstens resume:

Confía en mí, yo confío en ti

La liberación en una persona secuestrada

Carstens dice que el momento más tenso es cuando se pacta la liberación, pues todo depende de una promesa.

Aquí no hay notarios, solo la palabra de un criminal, advierte.

Advierte que hay que dirigir muy bien a la persona porque el tiempo de la llamada lo van a definir los malos.

Yo necesito una prueba de vida para empezar a negociar y otra antes de cerrar el trato

Aunque en la mayoría de los casos, un 95 % la persona secuestrada regresa a casa, él asegura que no hay un “final feliz". Señala que el proceso continúa: es necesario reconstruir la vida y superar las secuelas emocionales que quedan.

Durante el proceso soy como parte de la familia, pero también soy parte de la pesadilla, y así soy recordado por la familia en esta mezcla de emociones

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