“Uno queda traumado”, dicen los migrantes que fueron víctimas del crimen organizado en su camino para llegar a la frontera norte de México con el objetivo de cruzar hacia Estados Unidos, en un intento por mejorar su calidad de vida.

Los peligros que enfrentan las personas migrantes son varios, sin embargo, aseguran que en los últimos meses su recorrido se convierte en pesadilla por los asaltos, secuestros y extorsiones por parte de “la maña”.

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Tienes que dar la plata que ellos dicen. Si no das la plata, (te pasa lo que a) muchas personas: ya no aparecen. Te parten la cara, te torturan

De acuerdo con este joven venezolano, quien quiso permanecer en el anonimato, en su intento por cruzar la frontera cayó dos veces en manos de las células delictivas, por lo que fue golpeado y torturado.

La primera vez ocurrió con un pollero en Juchitán, Oaxaca, mientras que la otra fue cuando estaba a punto de llegar a La Casa del Migrante, en Piedras Negras, Coahuila.

Me salieron con dos ametralladoras y me quitaron todo, eso fue como a las 4:30 de la madrugada

Sin embargo, los asaltos no son el único problema del que son víctimas los migrantes, pues también se enfrentan a los secuestros.

Familias pagan hasta 200 mil pesos por rescate de migrantes

Otra migrante guatemalteca, contó a N+ que en su afán por cumplir el “sueño americano”, se encontró en una situación traumática al ser privada de su libertad por alrededor de dos meses en Coahuila.

Confié en un pollero que me dijo que me iba a ayudar a pasar, pero me secuestró y me entregó al crimen

Asimismo, relató que los supuestos coyotes trabajan de la mano con los delincuentes, debido a que reciben una gran cantidad de dinero a cambio de entregar a las personas de otras nacionalidades que buscan llegar a EUA.

Fueron cosas muy duras, uno se queda traumado. Me decían que me iban a quebrar la cabeza, que iba a salir descuartizada de ese lugar, si yo no hacía caso de lo que ellos me decían. Yo me les hinqué para suplicar que no me hicieran nada

La víctima estuvo secuestrada en una bodega donde, según recuerda, había aproximadamente 50 indocumentados más quienes estaban retenidos hasta que las familias entregaran las cantidades de dinero solicitadas.

Para ello, les quitaban sus celulares y desde ahí contactaban a sus seres queridos, a quienes les pedían hasta 200 mil pesos para dejarlos libres en México.

A los que no pagaban el dinero, a los hombres, les agarraban a palos, los maltrataban mucho…Había una señora con dos niños

Sus familiares tuvieron que entregar 10 mil dólares para rescatar a la joven, quien finalmente no denunció el secuestro ante las autoridades mexicanas.

Bendito Dios ya estoy aquí, en Estados Unidos

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