En Guaymas, Sonora, las disputas entre grupos armados dejaron un fin de semana violento en el que se reportaron balaceras, homicidios y hasta el incendio de una patrulla.

Una de estas pugnas podría estar relacionada con el asesinato del ingeniero Marco Antonio Rosales, en Caborca, justo después de su boda.

De acuerdo con la Fiscalía General del Estado, Marco Antonio recibió cuatro tiros a poca distancia, los cuales se impactaron en el cráneo, el tórax y en uno de sus brazos.

La fiscal general de Sonora, Claudia Indira Contreras, dijo que la víctima fue agredida por la espalda, por lo que se trató de un ataque directo y tal vez una confusión por parte de los agresores.

Marco Antonio, de 32 años, era ingeniero originario de Durango, quien trabajaba para una empresa en Jalisco. Su novia, Aracely, es abogada y se desempeñaba como maestra en Caborca.

El mismo día que Marco Antonio y su esposa se casaron, también lo hacía 'El Frank', pistolero que perteneció a la mafia de Caborca, pero que ahora forma parte de la delincuencia organizada en el municipio de Altar, donde domina el cártel de Sinaloa.

'El Frank' tiene una rivalidad con Jesús Darío Murrieta Navarro, 'El cara de cochi', líder de sicarios de la mafia de Caborca, quien recibe órdenes de Rodrigo Páez Quintero,
jefe de la delincuencia en Caborca y sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero.

La noche del 19 de septiembre pasado, un restaurante de comida china propiedad de los suegros de 'El Frank' ardió en Caborca. El siniestro se atribuyó a miembros de la delincuencia organizada.

Enrique Pérez, sacerdote de la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en Caborca, aseguró que no conocía ni a Marco Antonio ni a Aracely y la primera vez que los vio fue durante las nupcias.

El asesinato provocó un impacto profundo en el ánimo de los habitantes de Caborca, municipio con la tasa de homicidios más alta de Sonora.

Alejandro Gutiérrez, reportero de Caborca Informa, comentó que "me da mucho pendiente andar a altas horas de la noche en la calle, incluso en el día. Me da miedo y eso mismo que siento yo, lo sienten los caborquenses, lo siente toda la comunidad".

Para el párroco Enrique Pérez, el asesinato de Marco Antonio no es el único evento que ha sacudido a los caborquenses, sino que la violencia es una cuestión generalizada.

Con información de Raymundo Pérez Arellano y Adrián Tinoco

ICM