La Deuda con las Trabajadoras del Hogar en México

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Jafet Tirado | N+

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Aun teniendo 64 años, Gloria dice que no es buen momento para dejar de trabajar, necesita sacar los gastos de su casa

La Deuda con las Trabajadoras del Hogar en México

Mujer trabajadora del hogar. Foto: N+.

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Es lunes. Gloria sale de su casa en Valle de Chalco, Estado de México, a las 7:00 de la mañana para ir a trabajar en la colonia del Valle, ubicada en el corazón de la Ciudad de México. 

Al día siguiente, sale a la misma hora a tomar el mismo transporte, pero ahora va a la colonia Agrícola Oriental de la alcaldía Iztacalco. 

Ya es miércoles y ahora toca ir a Nezahualcóyotl, en el Estado de México. Los siguientes días, lo mismo, pero otros domicilios. 

Video: ¿Cuáles Son los Pendientes para Ampliar Derechos Laborales?

Gloria es trabajadora del hogar. Ella no lo eligió, dice, pero se dedica a este oficio desde hace 52 años. Con el pago de cada casa que limpia pudo dar alimentos y educación a sus dos hijas. Y a sus 64 años, también apoya para los gastos de sus nietos. 

“Yo empecé barriendo y lavando platos desde los 8 años, pero ya formal empecé a los 13 años. Tenía yo muchos hermanos y había que ayudar en casa para los gastos, y pues mi mamá me mandaba a trabajar, si no, pues no comía.”

Foto: N+.

Gloria forma parte de un universo de 2.3 millones de trabajadoras y trabajadores del hogar en México que, en su mayoría, no tienen Seguridad Social ni otros derechos laborales, a pesar de que en octubre de 2022 se reformó la Ley del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), para que pudieran acceder a estos derechos. El anuncio de la reforma, que se hizo con bombo y platillo, terminó siendo solo una promesa.

La reforma fallida

De 2019 a 2023 el gobierno mexicano lanzó el programa piloto de afiliación de personas trabajadoras del hogar al IMSS y desde el 2024 se convirtió en algo obligatorio, pero las cifras revelan el poco alcance que ha tenido, pues solo 60 mil personas han sido dadas de alta entre 2019 y mediados 2025. 

Gloria es ejemplo de ello. Tiene un vago recuerdo sobre el anuncio de la reforma. Una de sus empleadoras le dijo que revisaría qué se necesitaba para inscribirla, pero fue la última conversación que se tuvo del tema. Otro de sus patrones alegó que eso solo es para las trabajadoras del hogar que laboran de lunes a viernes en la misma casa. 

Se desanimó y no volvió a investigar del tema. También se apagó el ruido mediático. 

“Esto es una consecuencia de dos vacíos que quedaron en la legislación muy importantes. Uno de ellos es precisamente el tema de la inspección laboral dentro de los hogares, y por otro lado, no existen sanciones para los empleadores que no cumplan”. Dice María de la Luz Padua, secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores y Trabajadoras del Hogar, el Sinactraho.

Este sindicato nació en 2015 y su objetivo es, precisamente, que las millones de mujeres que se dedican a este oficio accedan a condiciones dignas de trabajo.  

María, que también es trabajadora del hogar y estuvo en las negociaciones de la reforma con las autoridades, explica que actualmente sólo adquieren seguridad social los días que el empleador registre, es decir, los días que la trabajadora visite esa casa y dependen de que la persona quiera hacerlo, pero no todos cumplen con esta norma.

“Podemos tener hasta dos o tres servicios en un solo día y si esos empleadores cumplieran con su obligación, no tendríamos nosotras que estar solicitando que cumplan nuestros derechos. A ningún otro sector de trabajadores se le exige como a nosotras un salario base para poder acceder al seguro social”. agrega María.

Foto: N+.
Foto: N+.

No solo se trata de tener atención médica u hospitalaria, estar afiliadas les permitiría tener un ahorro para el retiro, días de incapacidad, tener atención médica para su familia y hasta un crédito en el Infonavit para adquirir una vivienda. Pero todo esto parece lejos de su alcance.

"Mira, gracias a Dios no he tenido ni una enfermedad grave. Me he enfermado de gripa, del estómago y así, pero si me enfermo de algo grave pues no tengo para dónde correr”, cuenta Gloria mientras extiende un trapeador que acaba de lavar

En la mayoría de las casas donde ella trabaja lava el patio y el baño; se sigue a la cocina para lavar los trastes. Después arregla la sala, el comedor, limpia muebles, hace de comer y vuelve a limpiar la cocina. Le pagan entre 350 y 500 pesos al día, dependiendo del empleador. De acuerdo con la ley, lo que hace Gloria debería recibir un pago mínimo de 600 pesos al día. 

Las estadísticas del IMSS muestran que, incluso en los salarios para este sector, hay desigualdad de género. El salario diario promedio para un hombre es de 526 pesos. para una mujer, 407 pesos. 

Ser trabajadora y de la tercera edad

“En un tiempo, cuando tienes edad, ni se siente. Ahora a esta edad que tengo, ya es pesado, por lo mismo ya no plancho ni lavo a mano”. 

El Seguro Social reporta que 44 por ciento de las personas trabajadoras del hogar que fueron dadas de alta tienen entre 50 y 65 años. Esto coincide con el perfil vulnerable que describe María de la Luz, la secretaria del Sinactraho. Asegura que la mayoría son adultas mayores, jefas de familias y con una escolaridad promedio de secundaria. A esto se abona otro factor.

“Nuestras compañeras tienen familias todavía con contextos muy machistas, en donde su toma de decisiones no es por ellas, sino por sus parejas. Eso influye en que ellas quieran exigir sus derechos laborales”.

Aun teniendo 64 años, Gloria dice que no es buen momento para dejar de trabajar,  necesita sacar los gastos de su casa y si no trabaja básicamente “no hay para comer”. Por otra parte, presume que es una persona muy activa, y piensa que dejar de trabajar le afectaría física y mentalmente.

“Si llego a dejar este trabajo, mi idea es poner un negocio en mi casa, vender quesadillas, que me salen bien, o un puesto de tacos.  A ver qué alcanzo a hacer todavía. Yo quiero años para realizar algo más”. 

Foto: N+.

¿Qué sigue?

En los últimos 10 años, el Sindicato ha trabajado en difundir información sobre los derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar. Imparte cursos de profesionalización e incluso reparte volantes en zonas donde sus trabajos son solicitados. Aun así, consideran que no es suficiente, pues las 3 mil afiliadas en todo el país les parece poco comparado con las más de 2 millones de personas que se dedican a este trabajo en México.

El Sinactraho busca que se reconozca como trabajadora doméstica a cualquier persona que realice el trabajo del hogar, sin importar si es de forma esporádica o no cumple horarios de trabajo tradicionales. Para eso impugnó la Ley del Seguro Social ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 2024, pero el fallo no les favoreció.

Como respuesta metieron una queja ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Denunciaron que la ley vigente no garantiza el cumplimiento del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que asegura que las personas trabajadoras del hogar disfruten condiciones similares a las de otros trabajadores. Pero esta queja aún no se resuelve.

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