¿Cuáles son los efectos en el cerebro de ver pornografía en exceso?

El consumo en exceso de pornografía puede dejar efectos adversos en el cerebro y cuerpo de los usuarios.

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¿Cuáles son los efectos en el cerebro de ver pornografía en exceso?

¿Cuáles son los efectos en el cerebro de ver pornografía en exceso?

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La pornografía es una actividad tan común como antigua, sin embargo, el consumo de esta en exceso puede generar efectos adversos en el cerebro y cuerpo de las personas, ¿por qué y cómo? A continuación lo detallamos. De acuerdo a Rachel Anne Barr, especialista en neurociencia, el constante consumo de la pornografía puede generar problemas a largo plazo, tales como disfunciones sexuales que se pueden ver traducidas en problemas para tener una erección o alcanzar el orgasmo. Sin embargo, los problemas también se pueden presentar a nivel neuronal, señala Barr. Debido a su accesibilidad y el anonimato de su consumo, sumado a la capacidad que tiene el cerebro para cambiar y adaptarse después de una experiencia determinada, la pornografía provoca que las personas se vuelvan sumamente vulnerables a sus efectos hiperestimulantes. La estimulación sexual también provoca que el cerebro libere dopamina, un neurotransmisor ligado a la anticipación de recompensa, mismo que influye en la programación de recuerdos del cerebro. Así, cuando el cuerpo tiene una necesidad, el cerebro recuerda lo que hace falta para obtener el mismo placer y, en el caso de un adicto, es el consumo de pornografía. El consumo de pornografía en exceso también puede llevar a problemas en las relaciones personales. Debido a que el cerebro 'ordena' a las personas adictas satisfacer su necesidad sexual a través de la pornografía, esto puede generar una disminución en la satisfacción y compromiso en parejas, por ejemplo. Sin embargo, la pornografía también puede desencadenar hiperestimulantes que provocan una secreción antinatural de altos niveles de dopamina, lo cual podría facilitar problemas de depresión y ansiedad, así lo revelan estudios realizados en el laboratorio de la especialista. Estos análisis indican que los consumidores habituales de pornografía tienen más síntomas depresivos, menor calidad de vida y peor salud mental. El estudio realizado también estableció que la necesidad de ver pornografía, por parte de los usuarios compulsivos, es cada vez más grande, esto sin importar si disfrutan lo que ven. Por su parte, el Instituto Max Planck de Berlín, estableció que al elevar el consumo de pornografía en una persona, su activación cerebral era menos intensa si se exponía a imágenes porno convencionales, lo cual ayudaría a saber el porqué los usuarios se animan a ver tipos de pornografía cada vez más alejados de lo tradicional, con temáticas de incesto o violencia, lo cual podría influir en la vida real.

Con información de The Conversation