¿Es bueno tener un gran ego?
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¿Es bueno tener el ego alto? Expertos en psicología tienen la respuesta.

¿Es bueno tener un gran ego?
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¿Qué es mejor, tener un gran ego o pasar desapercibido entre la multitud? La respuesta puede ser de importancia para el desarrollo de nuestras vidas, según los especialistas. Todo parece indicar que el truco está en encontrar la medida justa. A nadie le gustan los inseguros y los indecisos, sin embargo "aunque el ego ayuda a no pararse, [...] Algo no cuadra y comienza el rechazo de lo desconocido", asegura a El País Begoña Gonzálbes, asesora política. Por ejemplo, en un estudio reportado en el libro Egonomics, en el que se entrevistó a 850 directivos de empresas, se señala que el 63% admite que el ego tiene un impacto negativo en sus negocios. Mientras que en el libro Why Decisions Fail de Paul C. Nutt, en el que se reportan datos de dos décadas de tomas de decisiones en cientos de organizaciones, se asegura que, por lo general, los gerentes tienden a imponer sus decisiones por encima de los demás. En contraste, la psicóloga Ángeles Esteban afirma que, "en cantidades adecuadas, el ego es positivo y proporciona un nivel saludable de confianza y ambición, que reduce la incertidumbre". Ya que para alcanzar un nivel óptimo, es necesario dar "un salto" que requiere una valoración amplia de nuestros recursos, explicó la experta a El País. Su colega, David Sack, opina de manera similar.
La falta de ego impide avanzar y significa perder oportunidades de crecer, aprender o divertirse por temor a la crítica. Querer pasar desapercibido es una decisión infantil. No nos llevamos ninguna decepción, pero tampoco la satisfacción de haber llegado lejos", escribió Sack en un artículo para la revista Psychology Today.
En resumen, "el que no arriesga, no gana".
Las redes sociales
"El problema es la valoración disparatada de uno mismo", puntualiza Esteban. Una problemática que pueden agravar las redes sociales. Los estudiantes universitarios las utilizan para exhibir sus egos y controlar su percepción frente a los demás, dice Sara Konrath, investigadora de la Universidad de Michigan. Y si bien es cierto que, por naturaleza, el ser humano necesita sentirse admirado, sin embargo las redes sociales están elevando los niveles de narcisismo en nuestra sociedad, asegura la experta. Y es que el ego puede ser beneficioso en ambientes de trabajo competitivos, sin embargo "resulta agotador estar siempre alerta y a la defensiva, con sus muletillas yo, mí, me, conmigo". Entonces la pregunta es: ¿cuánto ego es el ideal?
Solo un ego bien gestionado empatiza con los demás, conquista corazones, pues la autoestima y confianza generan atracción. Detrás está el autoconocimiento: soy bueno, me lo creo, confío y todo fluye de manera natural," contesta Gonzálbes.
La asesora política añade que un ego desmedido puede encubrir una gran falta de confianza.
Lo bueno sería que cada uno sepa cuál es su miedo y qué máscara lleva para entender de dónde viene su inseguridad.
Vía El País