¿Qué Hago si Pierdo el Olfato por Contraer COVID-19?

La anosmia es el nombre de una de las secuelas más comunes que el coronavirus ha ocasionado en algunos de los pacientes.

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Gabriel Tona Acedo, titular de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del INER, afirmó:

Al inicio de la pandemia, podíamos ver que los pacientes referían algún grado de pérdida olfatoria, aproximadamente hasta en el 70%, pero actualmente con estas nuevas cepas de ómicron el porcentaje de pacientes que llegan a tener anosmia, anosmia es la palabra que usamos para pérdida completa del olfato, o hiposmia, que es la reducción del olfato, generalmente, es aproximadamente un poco más del 10%, 15%.

Algunas investigaciones apuntaban a que la causa de la pérdida del olfato después de casos prolongados de COVID estaba a nivel cerebral, derivado de una inflamación.

La pérdida persistente del olfato posterior a la COVID-19 se asocia con la infiltración de células inmunitarias y la expresión génica alterada en el epitelio olfativo.

Pero un equipo de científicos de las universidades de Duke, Harvard y de California, en San Diego, publicaron un estudio en el que encontraron que posiblemente la razón sea por un daño en las células nasales, lo cual facilitaría el tratamiento y recuperación de los pacientes.

En la medida que la afección se lleve a cabo en células que tienen capacidad de regenerarse más rápido, esto podría ser más positivo, entonces, si hay un daño en las neuronas, puede ser un daño que ya no se pueda regenerar igual que antes de la infección, o que, si ocurre esa regeneración, ya no sea igual a la que había previamente.

La pérdida del olfato no es una secuela menor, puede tener implicaciones significativas. El olfato es un mecanismo para la detección de amenazas desde la estufa de gas, que accidentalmente se dejó encendida, hasta el olor de alimentos echados a perder. Además de que es un sentido estrechamente asociado con los recuerdos.

Hay otras alteraciones que se llaman parosmia, donde un olor no corresponde al que debería percibir el paciente, o fantosmia que es cuando el paciente percibe un olor en ausencia de una fuente real del aroma, o que percibe un olor desagradable, cualquier estímulo le provoca un olor desagradable y, en esos casos, son mucho más complicados de resolver porque puede estarnos indicando que ocurrió esa regeneración de una forma anormal.

Estudios señalan que el promedio de recuperación del olfato es de 24 días. Sin embargo, puede haber pacientes puede tener cambios que persistan por muchos meses o incluso años. 

Lo más recomendado a nivel mundial es que estimulemos las células, que estimulemos el olfato usando algunos aromas, por ejemplo durante dos veces al día o tres, como menta o eucalipto, vainilla, canela, el clavo o algunos aromas florales.

Con información de Farah Reachi
KAH