Debido a su popularidad, la muñeca indígena Lele empieza a inspirar otras artesanías. Por ejemplo, ya es parte de los tradicionales pesebres navideños que se elaboran en México. Y es que en un taller de Amealco, Querétaro, se elaboran estas peculiares figuras que son representativas de la Navidad, entre ellas los Reyes Magos.

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Se trata de un taller llamado Weta M'onda, que en otomí significa “bordando México”, ubicado en la comunidad de San Ildefonso Tultepec, en el municipio de Amealco, Querétaro. Allí los artesanos elaboran a mano los pesebres o nacimientos.

Y lo hacen inspirados en la tradicional muñequita de tela llamada Lele, original de Querétaro, que ha recorrido las principales ciudades del mundo desde 2018 y que recientemente estuvo en el Mundial de Futbol de Qatar 2022.

Lucía García, artesana y fundadora de Weta M'onda, explica que en San Ildefonso Tultepec hay muchas personas dedicadas a la artesanía. Y que la idea de personalizar a Lele, de acuerdo a la temporada, surgió de la necesidad de incrementar las ventas y ofrecer un producto distintivo de la localidad.

“Nació para hacer un poquito más diverso nuestro trabajo, hacerlo por temporadas y que a la gente le guste más. Se trata de que nos busquen no tanto por comprar nada más una cosa, sino también porque les gusta y lo necesitan”, explica.

Por ello es que estos tradicionales muñecos de trapo se han vestido de la Virgen María, de San José, los Reyes Magos, de pastores y de muchos otros personajes alusivos a las fiestas decembrinas.

Muñequitos rojos con cuernos

La fundadora de este taller comenta que si bien en la temporada navideña elaboran pesebres, esferas navideñas o la peculiar esfera Lele, en otras fechas recurren a otras ideas inspiradoras. Por ejemplo, para el Día de Muertos elaboran catrinas.

De esta manera, buscamos ofrecer productos que atraigan la atención de los clientes durante todo el año

En el caso del pesebre, Lucía comenta que este es el segundo año en que se ofrece este producto, el cual ha tenido mucha aceptación por parte de los clientes, quienes han pedido nuevos personajes, como el ángel y el diablo, que desde este año se integraron al escenario.

Es por ello que, al entrar al taller de Weta M'onda, lleno de colores, listones y muñecas Lele, en la estantería se distingue un espacio donde hay muñequitos rojos con cuernos: son los diablitos del pesebre para que aquellos ya han adquirido uno de estos nacimientos, lo complementen. O para quienes apenas lo adquieren, tengan más personajes a su disposición.

“Durante el año vamos cambiando lo que tenemos de muñeca para que la gente no vea siempre lo mismo y podamos tener más trabajo durante el año. Ahora el pesebre está cada vez más completo y esperamos que durante el año podamos agregarle algo más para que sea más atractivo para la gente”, abundó Lucía García.

El pesebre de muñecos artesanales, además de ser un producto que funciona para la temporada, para muchos de quienes lo adquieren representa un golpe de nostalgia y recuerdos que los transportan incluso a la niñez, cuando crecían con un muñeco artesanal o con una Lele en brazos.

Les gusta mucho porque crecieron con la muñequita Lele, fue su primer juguete o fue un regalo que les dieron cuando eran niños. Entonces los hace recordar su infancia y también les gusta tenerlo como parte de su nacimiento

Esta muñeca del pueblo indígena otomí es una tradición con más de 100 años en el municipio de Amealco y el 18 de abril de 2018 fue nombrada patrimonio cultural de Querétaro.

Video: Muñeca Lele Llega al Monumento a la Revolución

Se estima que unas 10,000 mujeres indígenas se dedican a la fabricación de estas muñequitas conocidas como Lele, que en otomí quiere decir "bebé".

Con información de EFE

RGC