Un niño de cuatro años no le pasó ni una más a su mamá. Así que tomó el teléfono y marcó a la Policía de Mount Pleasant, en Wisconsin, y dijo que la mujer se estaba portando mal y debía ser detenida.
Los hechos ocurrieron el 4 de marzo, según lo publicado por la Policía local en su cuenta de Facebook, cuando el niño llamó al 911 y dijo que su mamá se estaba portando mal. El operador le preguntó qué pasaba:
Ven a buscar a mi mamá
Fue en ese momento que la madre intervino, le quitó el teléfono y le dijo al operador que el pequeño había llamado. Poco después confesó el motivo del enojo del niño: se había comido su helado.
En una grabación conseguida por una televisora local, se escucha de fondo al menor quejándose de la actitud de su progenitora, pues se comió algo que a él le pertenecía.
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¿Una emergencia real?
Fue entonces que tras la llamada, de inmediato las oficiales Gardinier y Ostergaard acudieron al lugar para verificar que el supuesto hurto no fuera en realidad una emergencia real.
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Sin embargo, al ver a las agentes, el menor se desistió de los cargos y pidió que no se llevaran a su madre detenida. Lo único que quería era un poco de helado.
Un día después, las oficiales regresaron a la casa del niño y lo sorprendieron con un par de helados cubiertos con chispas azules, para cumplir con el antojo del menor.
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con información de EFE
ICM