La joven Perla Natalia Córdoba Orellana estaba por cumplir 19 años en julio, y su abuela María Teresa Orellana Hernández de 64 años, fueron encontradas sin vida al interior de su casa durante la tarde de este jueves 5 de junio en la colonia Chapultepec de la ciudad y puerto de Veracruz.

Después de que vecinos cercanos se percataron de olores fétidos en la vivienda #278 de la calle Veracruz, llamaron al 911 para solicitar apoyo y saber de dónde provenían. Las dos mujeres fueron encontradas sin vida, la abuela en el baño, y la nieta en la cama donde por años estuvo postrada por la situación de salud que vivía.

Un familiar, quien pidió anonimato, dio a conocer que Perla fue puesta al cuidado de su abuela desde bebé, pero una enfermedad que le ocasionó un problema en la cabeza que le quitó autonomía. La joven comía por medio de una sonda y había sido sometida a una traqueotomía, la joven en todo momento necesitaba de asistencia para vivir.

Ella la había criado, de bebé se la dejó su mamá, su mamá la abandonó, se la dejó y pues ella la crió.

El familiar aseguró que la joven era una persona muy delicada pues padeció una enfermedad viral, en la cabeza le habían puesto unas válvulas, se alimentaba por sonda, tiempo después perdió la vista y era prácticamente un bebé, la cual requería atención en todo momento para ser atendida, cambiarla, bañarla, darle de comer, ya que se mantenía postrada en una cama.

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Así fue el último contacto de la familia con la abuelita y su nieta fallecidas en Veracruz

Se comunicaban por mensajes vía Whats App casi todos los días, y el último mensaje que tuvieron con ella fue el pasado domingo 1 de junio por la mañana, después de ese momento perdieron toda comunicación.

Pues fue la semana pasada, y una vecina dijo que todavía el lunes la miró.

La mujer de 64 años también tenía padecimientos de salud, lo que hacía se le complicara caminar y hasta en ocasiones le prestaban una silla de ruedas para moverse y pudiera realizar sus actividades diarias.

Ellas sobrevivían gracias a la ayuda de vecinos y conocidos que tenía la señora María, quienes le llevaban a diario comida, y le pagaban la renta de la casa que habitaban. La madre de Perla, vive en la ciudad de México y estaban a la espera de que llegara a Veracruz, al igual que les entreguen los cuerpos de ambas que aún están en el Servicio Médico Forense (SEMEFO).

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