Utah, Escenario Natural de la Historia Norteamericana

En el oeste de Estados Unidos, se encuentra un lugar que esconde tesoros naturales esculpidos por el tiempo: Utah. Desde montañas, lagos y dunas hasta emblemáticos museos, ahí converge la historia y la cultura nativa del país. 

En Utah habitan alrededor de 60 mil nativos americanos, que representan a más de 50 naciones tribales. Para visitar algunos de los parques más representativos, es necesario su conocimiento para atravesar los desiertos. 

Un ejemplo es el Monument Valley (El Valle de los Monumentos), ubicado en la frontera con Arizona. El corazón sagrado de la Nación Navajo alberga enormes e impresionantes formaciones rocosas. Es considerado uno de los sitios más fotografiados del mundo, donde también se han filmado películas de todo tipo, lo que lo convirtió en un símbolo del western americano.  

Utah también es conocido por la cantidad de parques nacionales que alberga. El Parque Nacional del Cañón Bryce puede ser recorrido a pie, aunque tiene la alternativa de ir a caballo. Ahí, la caminata Navajo Loop es imperdible, pues atraviesa cientos de torres rocosas y cañones únicos en el mundo por las características geológicas de esta zona. También hay paseos al borde del cañón, que vislumbran el hermoso paisaje de tonos rojizos y anaranjados.  

Si se cuentan con días extras cerca del Cañón Bryce, muy cerca se encuentra el más antiguo de todos los parques de Utah: El Parque Nacional Zion. Este terreno repleto de rocas creadas tras millones de años de erosión le hace homenaje a su nombre, que significa “santuario”. Para llegar, se puede dejar el auto en el pueblo de Springdale, conocido por ser la entrada a este lugar, que es ideal para senderismo y caminatas. 

Una de sus mayores atracciones es caminar cerca del Río Virgin, entre paredes de arenisca. Se trata de la famosa caminata conocida como The Narrows, que transita la parte más estrecha del Cañón Zion. El recorrido, que parte del Templo de Sinawava, un hermoso anfiteatro natural tallado por el mismo río, implica mojarse los pies, ya que no hay otro sendero.  

También se puede subir la montaña Angels Landing, un emocionante recorrido que ofrece como recompensa apreciar todo el Valle Zion desde la cima. 

En cambio, se busca un recorrido en bicicleta o como mochilero, el Parque Nacional de los Arcos tiene infinidad de actividades. Como su nombre lo dice, alberga más de 2 mil arcos formados naturalmente, donde se ofrecen actividades como excursiones hacia el Arco Delicado, acampar en el llamado Jardín del Diablo y hacer un tour con Moab Adventure Center. 

Otra opción de visita es el Parque Estatal Isla Antílope, donde los visitantes tienen la oportunidad de visualizar manadas de bisontes y antílopes andando libremente. Es famoso por su catálogo de deportes, ya que tiene más de 50 kilómetros disponibles para caminatas o para ciclismo de montaña, aunque también se pueden hacer algunas actividades como remo, pesca y navegación en el complejo Flaming Gorge Resort.  

Y precisamente por la belleza de los parques de Utah, los viajes en carretera ofrecen una experiencia única. Al viajar entre los parques y la ciudad, se puede apreciar la combinación de todo lo que ofrece el estado: las formaciones de roca roja, las montañas nevadas y los bosques. Además, es más fácil hacer paradas para disfrutar de los restaurantes locales, cervecerías artesanales y de la cada vez más presente industria vinícola. 

Al llegar a Salt Lake City, la capital, existen emblemáticas galerías de arte, como el Museo de Historia Nacional de Utah o The Leonardo, donde exhiben la increíble historia de la zona y además son accesibles para niños.  

Ahí se puede contemplar la ciudad en tranvía y realizar visitas guiadas a la Isla Antílope y Gran Lago Salado, clubes de música o a la Manzana del Templo, sede central de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El recinto, con su impresionante arquitectura, ocupa cinco cuadras del centro. Dentro se encuentra el imponente Templo de Salt Lake City, así como el famoso Tabernáculo, conocido por su extravagante construcción.. 

Y aunque parezca contradictorio, en medio del desierto, una de las actividades más conocidas para hacer en Utah es el esquí, específicamente en Park City. Hay más de 400 pistas de esquí en dos resorts considerados de clase mundial, donde hasta el más inexperto podrá aprender de este interesante deporte. Las actividades van desde paseos en trineo, vuelos en globos aerostáticos, tirolesas y el famoso tubing de nieve.  

En el Área Nacional de Glen Canyon se encuentra el segundo lago artificial más grande de Estados Unidos. Sus vistas panorámicas y geología son únicas en el mundo, ya que combina el desierto y sus acantilados con la belleza del Lago Powell, donde los turistas pueden acampar a sus orillas.  

Tampoco puede faltar el puerto deportivo Bear Lake, perfecto para pescar, navegar y acampar. Tiene la ventaja de estar rodeado de pintorescas ciudades como Garden City, cuya principal atracción es el teatro Pickleville Playhouse.  

Este lago tiene un color turquesa muy característico, que lo hizo ganar el nombre de “El Caribe de las Montañas Rocosas”, ya que los depósitos de piedra caliza que contiene reflejan un deslumbrante azul natural. En invierno, se convierte no solo en un paisaje hermoso, sino también en una zona perfecta para actividades deportivas. 

La baja contaminación lumínica de este estado también promete un espectáculo inolvidable en el Monumento Nacional Natural Bridges, para quienes tienen una afición a la astronomía. Es el primer Parque Internacional certificado por preservar y proteger el cielo completamente oscuro con un manejo de iluminación responsable. Por ello, cada año, más de 100 mil personas logran apreciar un hermoso cielo estrellado, una vista única en el planeta, donde es posible admirar la Vía Láctea. 

Utah es un destino imperdible que combina la cultura nativa estadounidense, pero puede estar en contacto con la naturaleza sin perder la comodidad de una atención turística de calidad, actividades deportivas que no pueden experimentar igual y una oferta culinaria única.