Algunos de los ingredientes que más disfrutamos en la mesa pueden ser lo más molestos de manejar en la cocina. Como ejemplo están el ajo, la cebolla y el pescado, que impregnan un fuerte olor en las manos cuando se les manipula.

Para colmo, estos aromas no se quitan con agua y jabón. Sin embargo, hay un truco casero que podrá ayudarte a quitarlos fácilmente.

Todos estos alimentos tienen una cosa en común: el azufre. Según explica José Luis Córdova Frunz en La química y la cocina (FCE, 1999), este elemento da el característico aroma fuerte e incluso picante a muchos ingredientes, como los rábanos, los berros y la coliflor.

La cebolla tiene compuestos azufrados que se adhieren a la piel. Foto: Pexels | Ilustrativa

En el caso del ajo y la cebolla está presente en sustancias como el disulfuro de dialilo y el sulfóxido de tiopropanal. Esta última es la molécula responsable de que la cebolla nos haga llorar cuando la rebanamos, aunque se puede evitar gran parte del efecto si la hortaliza se baña en agua.

Cualquiera que haya pasado una tarde en la cocina habrá notado que el aroma de estos ingredientes no se quita con facilidad. De hecho, los olores del pescado, la cebolla y el ajo resisten incluso el lavado de manos con agua y jabón.

Esto se debe a que los compuestos azufrados son muy hábiles a la hora de adherirse a nuestra piel.

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¿Por qué el agua y el jabón no sirven para quitar el olor del ajo y la cebolla de las manos?

No en balde, algunos de las sustancias apreciadas en la perfumería (como el mercaptano de pomelo, que da el aroma cítrico a las fragancias) contienen grandes cantidades de azufre. Tampoco en balde, el olor a huevo podrido (ácido sulfhídrico) tiene este mismo elemento.

Por desgracia, los compuestos azufrados no se retiran con facilidad con agua y jabón, debido a que son apolares.

Los compuestos azufrados del pescado no se quitan solo con agua y jabón. Foto: Pexels | Ilustrativa

Las partículas de suciedad que comúnmente se pegan a nuestra piel tienen una estructura específica polar. Es decir, en un extremo son hidrofílicas y se sienten atraídas por el agua y en la otra punta son hidrofóbicas y la repelen. Entre otras acciones, a nivel molecular el jabón permite que las partículas hidrofílicas no sean aisladas del agua y sea arrastradas por el chorro.

Pero este proceso que permite retirar la suciedad con el jabón no se repite con los compuestos azufrados, dado que no tienen un polo atraído por el agua y otro que la rechace. Por eso decimos que son apolares.

¿Por qué el acero inoxidable sirve para quitar los olores fuertes de las manos?

Así como los compuestos azufrado de la cebolla y el ajo son indiferentes al agua y jabón, en cambio hay un material presente en nuestras cocinas que les es irresistible: el acero inoxidable. Más precisamente, los compuestos azufrados se sienten atraídos por el hierro de nuestros utensilios domésticos.

El azufre de los compuestos azufrados se siente muy atraído por el hierro, con el que forma un enlace químico. Esto rompe con la molécula que provoca el mal olor y lo neutraliza.

Por ello, para quitarse el mal olor que dejan el pescado, el ajo y la cebolla basta con frotarse las manos con acero inoxidable. Hay varios métodos útiles: se puede usar hasta el cucharón de sopa, siempre y cuando sea de acero.

Pastilla de jabón de acero inoxidable. Foto: Wüsthof

No obstante, hay que señalar que ya muchos fabricantes venden “jabones de acero”. Estas pastillas de acero inoxidable tienen la forma de un jabón y se pueden manipular fácilmente para quitar el olor que dejan los alimentos en las manos.

Para mejorar su efectividad se pueden usar los “jabones de acero inoxidable” bajo el chorro de agua. Esto solo retirará las moléculas olorosas, pero, por supuesto, no reemplazará la higiene que provee el lavado de manos común con jabón.

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