Isaac Asimov es uno de los nombres más importantes de la ciencia ficción del siglo XX. A continuación te contamos brevemente cuál fue su biografía y cuáles fueron sus obras más representativas.

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En la ciencia ficción norteamericana, hay muy pocos nombres tan influyentes como el de Isaac Asimov. Nació en Rusia, un 2 de enero de 1920; aunque, si se considera el calendario juliano, su nacimiento ocurrió el 20 de diciembre de 1919.

La familia de Asimov migró a los Estados Unidos cuando Isaac tenía tres años. Nunca tuvo la oportunidad de aprender ruso. No obstante, aprendió a leer solo a la edad de cinco años.

Creció en Brooklyn, donde su padre regenteaba varias tiendas. Fue en este ambiente en que el joven Isaac conoció las revista pulp, donde se publicaban por entonces relatos policiacos, fantásticos y de ciencia ficción.

Por aquel entonces, estos géneros literarios no gozaban de ningún prestigio entre los círculos intelectuales. Sin embargo, el joven muchacho no abandonó esa afición en una época en que leer y escribir ciencia ficción era objeto de burlas y suspicacia.

Estudió bioquímica en la Universidad de Columbia. Azares del destino hicieron que estudiara ahí mismo su posgrado.

Así comenzó una prolífica carrera en la docencia universitaria que continuó por muchos años, aun después de haberse convertido en un autor famoso.

La psicohistoria y las leyes de la robótica

Entre 1950 y 1951, cuando el autor cumplía apenas los 30 años de edad, publicó sus dos libros más famosos: la novela Fundación y la colección de cuentos Yo, robot.

Fundación, compuesta por varios relatos que publicó a lo largo de los años cuarenta, aborda un futuro muy lejano en que la humanidad inventa una ciencia inusitada: la psicohistoria. Esta disciplina permite a los personajes predecir con precisión matemática el devenir de la humanidad.

La novela daría pie a una de las sagas más importantes del género. Influyó autores tan disímiles como Ursula K. Le Guin y Frank Herbert y sentó las bases para cinco novelas más ambientadas en el mismo universo.

Asimov acuñó las leyes de la robótica. Foto: Instagram @isaac_asimov_relatos

Por su parte, Yo, robot es una de las colecciones de cuentos más famosas de la ciencia ficción. Su influencia trascendió el género literario, pues en ella se acuñaron por primera vez las tres leyes de la robótica, que han sido ampliamente discutidas por científicos desde entonces.

Estas tres leyes abordan la importancia de que los robots no puedan usarse para vulnerar la seguridad de los seres humanos y que su único fin debe ser velar por el bienestar de sus inventores. En una época donde se discute el uso de robots como agentes de seguridad, las ideas de Asimov han recobrado una importancia inusitada.

Acaso el otro texto fundamental en la bibliografía de Asimov es el cuento La última pregunta. Publicado en 1956, este cuento tiene por personaje principal a una computadora incapaz de responder a lo largo de los siglos la pregunta hecha por un usuario: “¿Cómo impedir el avance de la entropía en el universo?”. De una naturaleza sencilla, este cuento es considerado como uno de los más importantes de la ciencia ficción, tanto por sus valores literarios como filosóficos.

Además de ser un muy prolífico autor de ciencia ficción, Asimov también brilló por su labor como divulgador de la historia y de la ciencia. En este rubro, entre sus obras más emblemáticas se encuentra Momentos estelares de la ciencia, donde hace un breve repaso de las mentes más importantes para el desarrollo científico de la humanidad.

Asimov se distinguió por advertir de los peligros de la tecnología que se usa de forma irresponsable al mismo tiempo que promovía el interés público en esta. Muchas de sus ideas sobre la sociedad se han cumplido a cabalidad.

En 1982 declaró que coincidía con la idea de que no saber usar computadores sería una forma del analfabetismo en el futuro, también vaticinó algunos aspectos importantes del Internet, como la educación a distancia.

Es particularmente notable el cuento El pasado muerto, donde el autor aborda la muerte de la privacidad por culpa de un inusitado invento que permite escudriñar el pasado inmediato de los personajes. Esta máquina se asemeja de forma espeluznante a nuestro Internet.

Asimov es el autor que privilegio el poder de la ciencia y de la ética por encima de la maldad y la ignorancia. El que concibió que las máquinas podrían mejorar nuestras vidas, pero que también exigían responsabilidad de nuestra parte.