Socavones en CDMX: Van 167 en el 2025, la Mayoría por Fugas de Agua y Drenaje Colapsado

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Rafael Trejo Vázquez

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Iztapalapa y Gustavo A. Madero concentran 75 hundimientos; vecinos denuncian falta de atención

El 85% de los socavones se asocia a fugas y drenaje, alertan

El 85% de los socavones está relacionado con fugas y drenaje, alertan. Foto: Cuartoscuro

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En la alcaldía Iztapalapa, Ciudad de México (CDMX), los vecinos viven con miedo a que el pavimento ceda bajo sus autos o frente a sus casas. La alerta no es menor: en toda la CDMX, en lo que va de 2025 se han formado 167 socavones en vialidades primarias y secundarias.

De acuerdo con autoridades capitalinas, 85% de estos hundimientos está asociado a fugas en la red de agua potable y en el sistema de drenaje, un cóctel que se agrava durante la temporada de lluvias.

Vecinos sin respuesta y daños a automovilistas en San Sebastián Tecoloxtitla

En la colonia San Sebastián Tecoloxtitla, en la alcaldía Iztapalapa, un socavón reciente afectó a automovilistas y peatones. La escena se repite con demasiada frecuencia: primero un "bajón" en el asfalto, luego una oquedad que se abre y deja una trampa para quien circula sin imaginar el riesgo.

Video: La Ciudad de México registra un aumento del 30% en socavones durante la temporada de lluvias.

Los habitantes aseguran que han reportado la situación una y otra vez, pero sus denuncias no han sido atendidas con oportunidad. La falta de atención inmediata eleva los costos, multiplica los daños a vehículos y pone en riesgo la integridad de las personas.

Adrián, automovilista afectado, relató que el percance le dañó una llanta y lo dejó con un gasto inesperado que ningún seguro quiere cubrir sin un responsable oficial identificado.

Sentí un pequeño bajoncito y cuando me bajé vi que era un socavón. Me afectó la llanta, se ponchó y tuve que llevarla a reparar. Necesito ver quién se hace responsable porque es una calle mal hecha.

Socavón en la colonia San Sebastián Tecoloxtitla, en Iztapalapa; vecinos denuncian daños a vehículos y falta de atención por parte de las autoridades. Foto. N+FORO

En la misma zona, los reportes ciudadanos se acumulan sin respuesta. Las lluvias recientes han acelerado el deterioro del pavimento y han hecho visibles fallas subterráneas que llevan años gestándose.

La percepción general es de abandono institucional y de procesos de reparación que llegan tarde, cuando el daño ya escala a riesgos mayores para el tránsito local.

Elena Zamora, vecina y una de las personas que han insistido ante las autoridades, describió el desgaste constante del suelo y la falta de soluciones de fondo.

Se han hecho varios socavones, los hemos reportado, pero no nos hacen caso. Ahora con la tromba el nivel del agua llegó muy alto y no es el primer socavón. Las autoridades deberían escucharnos.

Lluvias intensas y un 30% más de hundimientos en las 16 alcaldías

Durante esta temporada de lluvias, los socavones aumentaron 30% en las 16 alcaldías. La cifra refleja el impacto de tormentas más intensas sobre una infraestructura vulnerable y envejecida.

Tan solo en Iztapalapa y Gustavo A. Madero se han contabilizado 75 hundimientos, lo que evidencia zonas críticas donde el agua infiltrada acelera la pérdida de soporte bajo la carpeta asfáltica.

En septiembre pasado, un socavón se abrió a 20 metros de donde una pipa de gas LP se accidentó al tomar una curva en el distribuidor La Concordia. Esa oquedad tardó 15 días en ser reparada, un periodo que expuso a miles de personas al peligro diario de un derrumbe mayor.

Socavón a 20 metros del distribuidor La Concordia, en CDMX, donde una pipa de gas LP se accidentó tras una curva
Socavón a 20 metros del distribuidor La Concordia, en CDMX, donde una pipa de gas LP se accidentó tras una curva. Foto: Cuartoscuro

El patrón es claro: después de lluvias intensas, el agua se filtra por grietas, juntas y zanjas mal selladas, se acumula en capas inferiores y arrastra materiales finos. Las cavidades subterráneas crecen hasta que el peso del tránsito termina por colapsar la superficie.

En vialidades primarias, donde circulan camiones y transporte público, el impacto es mayor por la carga que concentra el punto debilitado. Sin una intervención oportuna, cada lluvia vuelve a abrir las heridas del asfalto.

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¿Por qué colapsa el pavimento? Lo que explica la UNAM sobre el subsuelo y la saturación

El especialista en urbanismo de la UNAM, Salvador Rosas Barrera, explica que la dinámica de los materiales bajo el pavimento se altera con el exceso de agua. Primero se saturan los suelos y luego se reacomodan las capas, lo que deja una base inestable para soportar el tránsito cotidiano.

En esa condición, basta el paso de vehículos pesados para desencadenar el hundimiento. La explicación técnica ayuda a entender por qué los socavones aparecen de manera súbita, aunque su origen sea un proceso acumulado por semanas o meses.

En temporada de lluvias, el agua se infiltra en ciertos puntos y satura la vialidad. Los materiales pesados se asientan, los ligeros quedan arriba, y llega un momento en que la parte superior colapsa porque no soporta su peso ni el de los vehículos que transitan.

Además del agua, las fugas en tuberías de agua potable y el colapso de tramos del drenaje añaden humedad constante al subsuelo. Ese goteo perpetuo agranda las cavidades y erosiona las bases. Por eso, 85% de los socavones está vinculado con la infraestructura hidráulica. Sin corregir esas fugas, cualquier bache profundo puede convertirse en un socavón, y cualquier reparación superficial termina siendo temporal.

Infraestructura rebasada: drenaje con más de 50 años y reparaciones que no alcanzan

Otro factor crítico es la antigüedad del drenaje en la capital, que en múltiples tramos supera los 50 años. Estas redes trabajan al límite de su capacidad y, cuando fallan, provocan arrastres de material y socavaciones que emergen en la superficie.

Las reparaciones reactivas, hechas después del colapso, suelen concentrarse en tapar el hueco visible, pero no siempre resuelven la causa subterránea. El resultado es un ciclo de cierres viales, obras prolongadas y costos crecientes para familias y negocios que dependen de esas rutas.

Inundación tras lluvias intensas en CDMX donde el exceso de agua acelera el deterioro del pavimento y revela fallas subterráneas que derivan en socavones. Foto: Cuartoscuro

Salvador Rosas Barrera advierte que la única salida sostenible es planear con criterios de riesgo y con tecnología adecuada para suelos de alta susceptibilidad al reblandecimiento. La visión de largo plazo evita parches costosos y reduce accidentes en temporada de lluvias, cuando el tránsito se vuelve más peligroso por el agua estancada y la baja visibilidad.

Debemos establecer un programa de sustitución de infraestructuras con tecnología adecuada. Crece mucho la preocupación por los baches y los socavones precisamente en temporada de lluvias.

Qué se necesita ahora: detección temprana, mapa de riesgo y reparación integral

La combinación de lluvias intensas, drenaje colapsado y fugas en la red de agua mantiene a la Ciudad de México en alerta por un problema que cada año se agrava. Para reducir el riesgo inmediato, especialistas recomiendan tres acciones prioritarias.

Primero, detección temprana con inspección de tuberías y georradar en puntos con reportes recurrentes, especialmente en Iztapalapa y Gustavo A. Madero, donde se concentran 75 hundimientos.

Segundo, un mapa público de riesgo por colonia que incorpore reporte ciudadano, edad de la infraestructura y saturación del suelo. Tercero, reparaciones integrales que atiendan la causa, no solo la superficie, con sustitución de tramos de drenaje y sellado de fugas.

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Estas medidas deben acompañarse de protocolos claros de atención a víctimas y de una línea de responsabilidad definida para cubrir daños a vehículos y viviendas. La transparencia en tiempos y procesos evita que casos como el socavón cercano al distribuidor La Concordia tarden 15 días en resolverse mientras miles de personas se exponen a un nuevo colapso.

Con datos a la vista y obras bien planificadas, la ciudad puede pasar de la reacción a la prevención y recuperar la confianza de quienes hoy manejan con miedo sobre calles que se sienten como terreno minado.

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