En la segunda parte de la investigación especial de En Punto sobre medicamentos apócrifos, nuestro equipo estuvo en Guadalajara, Jalisco, donde pudo documentar la existencia del mercado negro de este tipo de medicinas “piratas”.

Afuera de las farmacias que hay en El Santuario, uno de los barrios más antiguos de aquella ciudad, hay vendedores que prometen conseguir cualquier medicamento a bajo costo y sin necesidad ninguna receta médica.

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Los presuntos distribuidores ofrecen oxicodona, valium, diazepamen, entre otros supuestos productos en diferentes costos, tanto en caja o de forma individual, asegurando que son originales.

Todos son originales, le compramos a distribuidores o a representantes médicos que les sobra la medicina y nos la traen a nosotros

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Pruebas a medicamentos

Con un kit de pruebas autorizadas por la Secretaría de Salud, En Punto analizó los medicamentos controlados adquiridos en esa zona y los resultados son escalofriantes:

Pastillas sueltas de oxicodona dieron positivo a fentanilo.
El clonazepam en pastilla arrojó presencia de crack.
Pastillas de diazepam indicaron la presencia de metanfetamina, ketamina, metadona o fentanilo.

Estados con mercado negro

A través de una solicitud de información, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) reveló que de 2018 a 2023 ha recibido 645 denuncias por medicamentos presuntamente falsificados.

Del total de denuncias, 297 de ellas fueron en la Ciudad de México; 170 en el Estado de México; y 61 en Jalisco; estados donde muchos de los medicamentos se venden sin receta en mercados y farmacias clandestinas.

Pacientes de instituciones públicas

También pacientes de hospitales y clínicas públicas denuncian que han recibido medicamentos apócrifos directamente del sistema de salud público, además de que medicamentos originales del sector salud terminan siendo vendidos en farmacias clandestinas, tras ser robados por mismos empleados y sustituidos en varios casos por medicamentos “pirata”.

En 2021, a más de 80 pacientes trasplantados que se atienden en el Hospital Regional 110, el IMSS les dio tacrolimus falso.

Blanca Arriola, paciente trasplantada de Guadalajara, dice que luego de darse cuenta de que una caja de tacrolimus no se veía de los colores que tiene la marca, así como el frasco mal hecho y la etiqueta mal pegada, tuvo desconfianza de él.

Tras comunicarse directamente con el laboratorio, la respuesta fue que ese número de lote, con ese número de caducidad, no lo habían fabricado.

Por su parte, dice que en delegación del IMSS dijeron que por la urgencia de darles el servicio, no supieron a quién se lo compraron.

Luego del hecho, el IMSS hizo una investigación interna y presentó una denuncia ante la Fiscalía General de la República.

El instituto no quiso dar declaraciones al respecto y se negó a proporcionar el nombre del proveedor del medicamento

Dos meses después del reporte de pacientes, la Cofepris emitió una alerta sanitaria sobre el tacrolimus falso.

Pero no fue el único caso en ese hospital ese año. Otro grupo de pacientes trasplantados recibió ácido micofenólico apócrifo, ambos son medicamentos inmunosupresores, que previenen que el sistema inmune rechace un órgano trasplantado.

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Con información de Víctor Valles-Mata y Adrián Tinoco
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