Usarán Rayos Cósmicos para Obtener ‘Radiografía’ de la Pirámide de Kukulcán, en Chichén Itzá
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La UNAM participa en un proyecto que incluye investigadores de México y Estados Unidos para obtener imágenes de El Castillo y comprobar la existencia de alguna cámara oculta en la pirámide

Arturo Menchaca Rocha y Edmundo García Solís participarán en el proyecto para explorar la pirámide de Kukulcán. Foto: UNAM
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La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó de su participación en el proyecto Muografía para usos Arqueológicos No Invasiva (NAUM, por sus siglas en inglés) con el fin de utilizar rayos cósmicos para obtener la radiografía de la pirámide de Kukulcán.
En un comunicado, señaló que el Instituto de Física (IF) de la UNAM participa en el proyecto internacional NAUM, mediante el cual se espera obtener, a partir del verano próximo, la “radiografía” de la pirámide de Kukulcán, en la zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán.
De acuerdo con Arturo Menchaca Rocha, investigador y exdirector de esa entidad universitaria, y Edmundo García Solís, profesor e investigador de la Universidad Estatal de Chicago (CSU), Estados Unidos, el objetivo es obtener la imagen de las “entrañas” de El Castillo, con la ayuda de detectores de rayos cósmicos, y comprobar la existencia de alguna cámara oculta en la segunda subestructura, por debajo del emblemático edificio.
En el comunicado, los científicos señalan que luego de registrar las dos cámaras ya conocidas de la subestructura uno, denominadas del Jaguar y de Chac Mool, se procederá a explorar el resto de lo que hay debajo de la pirámide de 30 metros de altura.
Si conseguimos lo primero, quiere decir que el detector funciona y podemos seguir adelante.
La investigación cuenta con la aprobación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el financiamiento de la UNAM y de la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos. También colaboran las universidades Dominican y de Virginia, así como el laboratorio de física de altas energías Fermilab.
¿Qué son los rayos cósmicos?
Los rayos cósmicos que llegan a nuestro planeta desde el universo están compuestos en 90 por ciento por núcleos de hidrógeno (protones). Este tipo de radiación posee una energía tal que al “bombardear” la atmósfera terrestre se producen otras partículas.
Inicialmente se trata de los llamados piones, de cuyo rápido decaimiento resultan los muones. Estos últimos son partículas penetrantes que constituyen la radiación de origen cósmico, cargada eléctricamente, y más abundante, que incide sobre la superficie terrestre, describió Menchaca Rocha.
Es decir, añadió García Solís, los muones son partículas elementales cargadas que llegan del cielo por colisiones en la atmósfera y que, a diferencia de otras, como los neutrinos, se pueden detectar y contar en cierta área, por unidad de tiempo y de energía.
A muy altas energías, llega uno por kilómetro cuadrado por año; en cambio, de poca energía hay muchos. De hecho, a nivel del mar, hay un muon atravesando el área de una de nuestras uñas cada minuto.
Si se realiza un conteo en alguna pirámide y se encuentra una irregularidad, es porque hay un cambio de densidad en la estructura de la construcción, o sea, más o menos materia, una cámara o un hueco por ejemplo. En este caso habrá mayor probabilidad de que estas partículas la atraviesen. En eso consiste la técnica.
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El detector, detalló el catedrático de CSU, contiene plástico centellador que produce una señal de luz cada vez que lo atraviesa un muon. Esa señal electrónica se digitaliza y se convierte en “números” que se guardan en una computadora y se mandan por internet a las universidades participantes para su análisis.
El instrumento se conforma de tres planos elaborados de barras triangulares, de forma que cada muon pase por tres puntos que definen una recta y muestran la dirección de la señal.
Arturo Menchaca precisó que es más importante medir tres que dos; así se gana resolución espacial, sin importar si una de las tres señales fue más pequeña porque una partícula cósmica pasó apenas rozando a uno de los planos.
La técnica fue utilizada con los mismos fines por el científico estadounidense Luis Álvarez, en la pirámide de Giza, en Egipto, hace poco más de medio siglo, y por el propio investigador de la UNAM en la pirámide del Sol, en Teotihuacan. Por supuesto, en la actualidad los instrumentos se han reducido en tamaño y es posible colocarlos en un espacio reducido, como alguno de los dos túneles de la famosa construcción maya.
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Escanean con láser la pirámide
El equipo de investigación ha visitado en cuatro ocasiones Chichen Itzá y escaneó con láser la pirámide para conocer sus dimensiones y obtener su imagen exacta; midió la densidad de sus materiales; probó el tamaño del detector (un metro por 80 centímetros, y un metro de alto) en los túneles con ayuda de una maqueta; reemplazó la instalación eléctrica; verificó internet y envío de datos, además de medir las condiciones ambientales, pues la humedad es de 100 por ciento y la temperatura constante de 26 grados centígrados, “como un baño sauna”, señaló Arturo Menchaca.
"Planeamos poner dos detectores; uno en cada túnel sería lo ideal”, aunque es necesario apuntalar uno de ellos, que colapsó cuando fue excavado en el pasado por los arqueólogos, puntualizó García Solís.
El científico de CSU resaltó el papel de la UNAM en el proyecto, donde además de estar a cargo de la estructura mecánica y soporte del detector (que estará inclinado y rotará hacia arriba, como si fuera un telescopio que se orienta en diferentes direcciones), “es que nos ancla a México. Es fundamental que en el equipo participen instituciones mexicanas, y es muy importante la contribución de esta casa de estudios”.
Antes de colocarlo en Chichen Itzá, el detector (que se construye en Chicago) se probará en las instalaciones del IF, donde se planea tomar datos para “ver” con ayuda de los muones al acelerador de partículas de 5.5 MeV (mega electron volt) que posee la dependencia a través del concreto de su edificio. Después se llevará al sitio arqueológico maya y, a partir de que comience a funcionar, la “radiografía” de El Castillo tardará seis meses en completarse, concluyeron.
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RH