Especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) dieron a conocer estrategias para reducir la depresión, que puede afectar a personas de todas las edades, desde niños y adolescentes hasta personas adultas, y revelaron cuántos abrazos son necesarios al día.

Qué es la depresión: Es un trastorno del estado de ánimo que afecta todas las áreas de vida del individuo, quien la padece puede llegar hasta el suicidio, por lo que requiere de atención psicológica y en algunos casos psiquiatrica.

A propósito del Día Internacional del Abrazo, que se celebra el 21 de enero, Alicia Castillo y Manuel González Oscoy, especialistas de la UNAM, coincidieron que los abrazos ayudan a:

Fortalecer el sistema inmunológico,
Mejorar la capacidad de memoria,
El sentido de pertenencia a un grupo social, y
Reducen la depresión.

Cabe recordar que el Día Internacional del Abrazo fue establecido en 1986, en Estados Unidos, por Kevin Zarboney, quien estaba preocupado por las escasas muestras de afecto de la gente en público, razón por la cual lo popularizó mediante el Calendario de Eventos Chase.

Alicia Castillo, académica de la Facultad de Medicina, precisó que el contacto está en todas las especies y, en particular, es importante en los extremos de la vida (bebés y adultos mayores) se vuelve cada vez más indispensable a medida que avanza la edad.

La especialista aclaró que no se trata de una relación directa, pero sí de una actividad que ayuda a disminuir los niveles de cortisol, "pues dicha hormona está relacionada con el manejo del estrés, el cual cuando sube demasiado comienza a eliminar las neuronas y evitar la neurogénesis".

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¿Cuántos Abrazos Son Necesarios al Día?

Los especialistas de la UNAM señalan que cada persona debe dar o recibir de cuatro a ocho abrazos al día, pues incrementa la producción de serotonina y dopamina.

Por su parte, el académico de la Facultad de Psicología de la UNAM, Manuel González Oscoy, señaló que abrazar es "una conducta que puede tener un costo bajo y varios beneficios, pero es recomendable aprender a hacerlo, distinguir bien qué se busca al ofrecerlo y cómo puede interpretarlo la otra persona".

La académica Alicia Castillo explicó que el contacto interpersonal también genera que nuestras neuronas se mantengan saludables. “Lo que mata a estas no es el estrés per-se, sino que se carezca de un periodo de reposo, pausa o restauración entre un episodio de tensión y otro”. Añadió que en los adultos mayores los abrazos estimulan su memoria y sentido de pertenencia al núcleo social; si no se les proporcionan es posible que se depriman.

Mientras que para Manuel González es necesario considerar el tema cultural; es decir, la intención, pues no es lo mismo proporcionarlo para reconfortar, apapachar, ofrecer pésame, como un estímulo erótico, de agresión o comunitario.

Ambos especialistas destacan que para que un abrazo sea efectivo debe entregarse de manera consensuada, porque de lo contrario genera más estrés.

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Con información de N+ y UNAM

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