Cómo un Estafador Serial Sobrevive a los Filtros de Bumble
N+ Emilio Sánchez y Viviana Leal
La manipulación emocional es la principal arma de este hombre, quien ha obtenido cientos de miles de pesos de sus víctimas durante años

Estafador Serial de Bumble. Foto: N+
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Paulina no podía creer el mensaje que recibió aquella madrugada. Baruc Resfa Savoy, el hombre con el que salía desde hacía un mes, a quien conoció a través de la app Bumble, estaba secuestrado en Querétaro, junto con su amigo Alí. Habían viajado desde la Ciudad de México para hacer un pago importante a unos socios. Con un recado de WhatsApp, a Paulina le quedó claro que ambos estaban en peligro:
[05/05/24, 1:32:09 a.m.] Baruc Resfa Savoy: Hola hija kedate trankila y no hagas pedo no keremos problemas solo kiero k me paguen mi dinero y te los regreso no kiero nada más te los regreso a los dos sanitos pronto.
[05/05/24, 3:30:43 a.m.] Paulina: Baruc??
[05/05/24, 4:00:21 a.m.] Paulina: Error en la llamada, Reintentar
[05/05/24, 4:05:06 a.m.] Paulina: Error en la llamada, Reintentar
[05/05/24, 4:07:20 a.m.] Paulina: Error en la llamada, Reintentar
En los días siguientes, cayó en un estado de shock. Dejó de hablar, comer y dormir. Baruc le había prometido una relación estable cuando los problemas con su trabajo terminaran y ahora estaba a merced de unos criminales. Además, desapareció con 175 mil pesos que ella le prestó, una suma compuesta de dinero en efectivo y dispositivos electrónicos de alta gama.
[11/05/24, 2:14:57 p.m.] Paulina: Ya no puedo con esto. Y sea lo que sea necesito seguir adelante . Mi teléfono estará abierto esperando me escribas o me llames
Con el tiempo, Paulina tuvo que confrontar la verdad. Su nombre real no era Baruc, sino Alfonso. El vínculo emocional que formaron y las historias que le contó, incluida la parte del secuestro, eran las piezas de una fabricación diseñada para obtener un beneficio económico y esfumarse en el menor tiempo posible. De acuerdo con denuncias en redes sociales, Alfonso ha perfeccionado esta técnica durante años.
N+ habló con seis de las víctimas que hoy señalan a Alfonso del mismo fraude emocional. Aunque su perfil fue exhibido en medios de comunicación desde 2023 y Paulina lo hizo viral en 2024, hay mujeres que lo conocieron en 2025, pues ha logrado eludir las denuncias penales que tiene y los filtros de seguridad de Bumble.
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El gancho y la estafa
Para lograr un engaño como este, el estafador genera confianza en la víctima. Mientras muchos de los hombres en apps de citas buscan conocer mujeres para tener encuentros casuales, Alfonso se presenta como alguien distinto. De entrada, no propone sólo tener sexo, sino que envía mensajes románticos y vulnerables.
Después de hacer match, se encarga de sacar la conversación de la aplicación Bumble y llevarla a WhatsApp, un espacio digital más personal. Entre líneas, pide la total atención de la mujer del otro lado del chat. Suele decir que dejó de utilizar la app de citas, que por fin siente que encontró a alguien especial. A Paulina le dedicó una canción en francés con un verso premonitorio: Si j'mens j'vais en enfer (Si miento, iré al infierno).
En sus perfiles de Bumble, Alfonso usa distintos nombres. Para Paulina fue Baruc Resfa Savoy, pero para otras mujeres fue Liam Moshe, Yohan Palabioux, Yosef Sergei, Ezra y Santino Vitalini. Se presenta como parte de una familia judía, de padre italiano y madre mexicana. En sus audios y videos, tiene un marcado acento italiano.
[20/04/24, 6:39:42 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Soy hijo de una familia judía ítalo mexicana, el último cachorro de la dinastía, el que lleva el nombre de 4 generaciones, por lo que se esperaba que hiciera lo que mi nombre había heredado.
También dice ser valuador de obras de arte, con una maestría y dos especialidades en Europa. Como está en el espectro autista, prefiere los lugares sin mucha gente y detesta el contacto físico. Dice que no le gusta cómo se siente el maquillaje en la piel ni el olor de los perfumes, por lo que suele pedir a sus citas que lo eviten. Para algunas, esta es una forma de, sutilmente, ejercer control desde los primeros encuentros.
[22/04/24, 7:12:12 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Que tal si no te gusta estar conmigo ?
[22/04/24, 7:12:25 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Que tal que piensas que soy muy raro ?
[22/04/24, 7:12:30 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Que pido muchas cosas ?
[22/04/24, 7:12:37 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Que tal si sientes que soy una molestia ?
A los pocos días, Alfonso envía su autobiografía a través de WhatsApp, un relato de casi 20 mil palabras. Tiene los personajes, diálogos, subidas y bajadas propias de una novela dramática. En el texto elabora sobre las conductas abusivas de su padre y sus hermanas, tener que moverse entre Italia y Colombia, una etapa que vivió en situación de calle y el vínculo cercano con su madre, cuya muerte repetirá para cada una de las víctimas.
“Lloré mucho, porque pensé, qué feo que a alguien le pasen tantas cosas sin ser una mala persona”, cuenta Sofía, quien lo conoció en junio de este año. Después de recordar eso, añade con ironía: “Sí era [mala persona]”.
Las citas con Alfonso son esporádicas y cortas. Las mujeres que lo denuncian por estafa lo veían en sus coches o departamentos, pues él prefería los lugares privados. Todas hablan de encuentros relativamente normales entre dos personas que se conocen de manera romántica. Eso sí, Alfonso siempre quería conocer su ubicación y pedía que avisaran con minutos de anticipación cuando fueran a llegar a verlo.
Respecto a lo laboral, Alfonso explica que está en México para atender una oferta laboral del gobierno federal, vinculada a un proceso de licitación, en colaboración con la ONU, para un contrato de valuación de arte. Esto es la base de su estafa, pues con ello justifica que los recursos de su empresa empleadora estén congelados, por una supuesta auditoría, y la urgencia de conseguir dinero: hay una fianza que pagar para asegurar el contrato.
Como no puede disponer de los recursos de la compañía y sus dispositivos electrónicos no le sirven para trabajar, Alfonso pide apoyo para comprar unos nuevos. Paulina, quien en ese momento estaba buscando empleo, tuvo que apoyarse de las tarjetas de crédito de tiendas departamentales de su mamá.
[29/04/24, 2:28:56 p.m.] Paulina: Necesitas dos iPad Pro dos I watch y un iPhone?
[29/04/24, 2:34:10 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Si necesito un iwatch ultra pero es mejor dos iwatch es más barato y el iPhone 14 Pro Max o 15 el que sea y si, las dos iPads
[29/04/24, 2:34:12 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Pro
[29/04/24, 2:34:46 p.m.] Paulina: Ok estamos checando cuando crédito tenemos
En algunos casos, las mujeres lo acompañan a las tiendas físicas para comprar los gadgets. Por ejemplo, Raquel, otra de sus víctimas de 2025, compró un celular, un reloj inteligente y una tableta con su lápiz digital, todo de la marca Apple. Pagó un ticket cercano a los 130 mil pesos con su tarjeta de crédito. La hipótesis de Raquel es que Alfonso trabaja con un grupo de cómplices para lucrar con la venta de los aparatos.
Sofía recuerda cómo, en la tienda iShop del centro comercial Perisur, Alfonso empezó a pedirle al vendedor los dispositivos que necesitaba, siendo específico con el modelo, color y capacidad de almacenamiento. Cuando ella se acercó a pagar y consideró diferir la compra a meses sin intereses, Alfonso la intentó disuadir. Al fin y al cabo, él pagaría hasta el último centavo. A pesar de todo, hoy Sofía agradece que sí eligió los plazos.
Luego viene el dinero en efectivo. Una fianza suele funcionar como una garantía económica que se entrega como respaldo en procesos de licitación y que suele devolverse una vez cumplidas ciertas condiciones. Alfonso incluye esta figura en su historia y afirma que debe pagar una suma grande de dinero que no tiene disponible.
“Empieza a decir que entre él y su amigo están ideando pedir préstamos a la mafia colombiana”, recuerda Raquel. En sus mensajes, Alfonso imprime cierto nivel de urgencia a sus parejas. Al principio, no hay una petición explícita de dinero, pero cuando recibe un asomo de oferta de apoyo por parte de ellas, se vuelve insistente para obtenerlo.
Un sábado, se quedó de ver con Raquel en un banco de la alcaldía Benito Juárez que abre los fines de semana. Ella había tramitado un préstamo en efectivo a través de su tarjeta de crédito por 150 mil pesos y la intención era sacarlos de un cajero automático. Ella confió en la promesa de que recuperaría el dinero en cuestión de días.
Cuenta que Alfonso llegó en un auto conducido por una mujer que nunca se bajó del vehículo. Le dijo a Raquel que era una exsoldado del ejército israelí, que venía armada y que la había traído por seguridad. Cuando Raquel no pudo sacar todo el dinero del préstamo por el límite que fijan los bancos para los cajeros automáticos, Alfonso se irritó y dijo que no había valido la pena contratar a la misteriosa mujer del auto.
Las mujeres entrevistadas para este reportaje entregaron entre 60 mil y 300 mil pesos a Alfonso, según sus testimonios, tomando en cuenta dinero en efectivo y el valor de los dispositivos electrónicos.
Un sujeto llamado Alí es el único amigo que Alfonso dice tener en México. Además de compartir alojamiento, lo presenta como un compañero de trabajo y socio. Él resulta clave en el acto final de su relato, pues juntos salen de la ciudad, a Querétaro, Pachuca o Toluca, para entregar el dinero de la fianza. Estando allá, los mensajes de Alfonso se vuelven menos frecuentes y se muestra preocupado por perderle el rastro a Alí.
[03/05/24, 7:53:22 p.m.] Baruc Resfa Savoy: Hola amore todo conforme al plan. Estoy haciendo las cosas lentas así que lo más probable es que si vengamos mañana. No quería pero está bien, ya un día más. Ahora estoy enviando una información a mi contador pero todo en orden. Lo único raro es que Ali ayer salió y no volvió y me dejó algo preocupado y he estado recibiendo decenas de llamadas de números extraños pero seguro es el que ha perdido el móvil. Aún no se pero seguro estará todo bien
En cuestión de un par de días, ocurre el montaje de secuestro. Alfonso menciona que Alí no aparece, que está recibiendo llamadas constantes de números desconocidos y, de pronto, silencio por varias horas. En la madrugada, llega el mensaje del supuesto secuestrador y las parejas de Alfonso no vuelven a saber más de él. Esta situación las deja sintiéndose en riesgo, sin saber qué hacer, a la deriva en un mar de dudas.
La mujer que recuperó todo
Algunas de las mujeres que han sido estafadas por Alfonso persiguen un castigo por la vía judicial. Otras prefieren lidiar con las emociones y la deuda en silencio. Pero en 2022, una de las mujeres que lo conocieron por Bumble lo confrontó directamente por el dinero y los bienes que se llevó. Algunas de las demás dicen admirar su valentía.
Paty es empresaria y profesional de estilismo. Cuando conoció a Alfonso, habían pasado unos meses de su divorcio y utilizaba Bumble para divertirse con una amiga, deslizando entre perfiles de un montón de hombres. Recuerda que cuando hizo match con Alfonso, le pareció atractivo físicamente y la seguridad profesional que proyectaba. El que fuera extranjero no era tan llamativo, pues estuvo casada con un hombre alemán.
Cuando le contaba la misma historia que a las demás, Paty recuerda pensar “esto no es verdad, esto no es real”. Guardaba cierto escepticismo y distancia, pero se divertía. “De alguna manera, era entretenido este juego de romance y conquista que él estaba haciendo conmigo”, admite en entrevista.
Paty se fue enredando en la relación que Alfonso construyó. Se vieron unas seis o siete veces, en las que le transmitía un sentimiento de desesperación por resolver su situación laboral para no tener que abandonar el país. Esto llevó a Paty a ofrecerle una suma fija de dinero, lo máximo que podía prestarle, 60 mil pesos. Eso y una bicicleta de montaña, pues Alfonso se sentía adolorido y necesitaba hacer ejercicio.
Quedaron de verse en un punto para hacer el préstamo. Como siempre, él preguntó cuánto tiempo faltaba para que llegara, le pidió avisar cuando estuviera cerca. Ella llegó en su coche, él caminando. Cuando se encuentran, Alfonso bajó la bicicleta del rack trasero, Paty le entregó el dinero en efectivo. “Desde el espejo retrovisor yo lo veo y digo en mi mente: grábate esta imagen, porque es la última vez que lo vas a ver”, narra la empresaria.
Alfonso no fingió un secuestro, esa estrategia vendría años después. Sólo desapareció de la vida de Paty, dejándola con emociones complicadas y noches sin sueño. Después de unos días, hizo una publicación en un grupo de Facebook para advertir a otras mujeres del comportamiento que tuvo con ella.
Entre los comentarios de su publicación, apareció una vecina de Alfonso. Quería preguntar si él era peligroso, si tenía que cuidarse, pero Paty lo tomó como una oportunidad para conocer sus rumbos, saber cuál era su domicilio real. Obtuvo el nombre de una calle en Tlalnepantla, Estado de México, a donde decidió ir un lunes por la mañana.
Apenas caminó unos minutos cuando, frente a un portón, reconoció su bicicleta entre varias, cubiertas con una lona negra. Llamó a la policía, esperó en la banqueta y, al llegar una patrulla, contó que el hombre que vivía ahí le debía 60 mil pesos y le había quitado la bici. Paty mintió y dijo que tenía una carpeta de investigación contra él para motivar a los oficiales a actuar.
Los agentes tocaron la puerta y salió una mujer que dijo ser la esposa del acusado. La víctima le explicó la breve relación que había tenido con Alfonso. Pocos minutos después, el hombre salió del domicilio, tomó la bicicleta y se la entregó él mismo. Cuando los policías lo cuestionaron, negó conocerla, pero ella mostró las pruebas de su relación para comprobarlo. Paty recuerda que llegaron refuerzos y se juntaron al menos 10 policías.
Alfonso terminó esposado en la patrulla y los vecinos comenzaron a grabar la escena, pero poco después fue liberado, pues no había orden de aprehensión ni un delito flagrante. Cuando los policías enfrentaron a Alfonso con Paty, él dijo que devolvería una parte, pero que no tenía todo. Su esposa entró a la casa y regresó con 20 mil pesos en efectivo, entregados frente a la patrulla. Ella prometió cubrir el resto en los siguientes días.
La esposa de Alfonso cumplió con su parte del trato con dos depósitos a la cuenta de Paty, cada uno por 20 mil pesos, realizados en tiendas de conveniencia. Días después, ambas se juntaron para tomar un café y platicar sobre lo ocurrido. La mujer aseguró que su marido aprendió la lección y que nunca lo volvería a hacer. “No te confundas”, le respondió Paty. “Yo vine a perfeccionar su técnica”.
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Nadie se hace responsable, salvo ellas
Quienes se quedan con las emociones y la vergüenza son las mujeres que Alfonso manipula. Nadie más se hace cargo de las enormes deudas bancarias y de alertar a otras personas, por si se encuentran con el mismo hombre. A decir de todas, Bumble, los bancos y las autoridades no las han respaldado lo suficiente.
Tener un perfil verificado en Bumble, como los que ha creado Alfonso a través de los años, indica a los demás usuarios que la persona detrás del teléfono es la misma de las fotos. Sin embargo, esta verificación de identidad no toma en cuenta aspectos como el nombre o la edad del usuario, por lo que se vuelven puntos vulnerables a la mentira. De ahí que Alfonso haya sido encontrado bajo múltiples identidades.
En 2024, a la par de publicar alertas en redes sociales, Paulina empezó a intercambiar correos electrónicos con el equipo de soporte de Bumble. En los mensajes, explica cómo Alfonso ha sido identificado por distintas mujeres como un manipulador y estafador en serie y la manera en que ha sido documentada por medios de comunicación.
Bumble respondió a Paulina que había identificado el perfil de Alfonso, o Baruc en su momento, y que tomaría los pasos necesarios para echarlo de la plataforma. También agradecen a Paulina por levantar la voz y, en sus palabras, hacer de Bumble un espacio más seguro.
Los mensajes nunca iban firmados por gente específica en el equipo de Bumble y, a decir de Paulina, estaban redactados de manera genérica e impersonal. Sofía, quien también denunció a Alfonso en la plataforma, sólo recibe correos que indican que están investigando y afirma que no hay un número telefónico de contacto a la mano para hablar con alguien si es necesario.
Con todo y las alertas, Alfonso sigue recibiendo denuncias por el mismo fraude emocional a través de Bumble. La hipótesis más plausible es que utiliza correos y teléfonos celulares distintos para crear perfiles nuevos y, para cada uno, supera la prueba de reconocimiento facial que valida sus fotos. Sus víctimas se cuestionan si la información de su rostro podría ser vetada. Bumble no respondió a múltiples solicitudes de entrevista para este reportaje.
“Hay que seguir hablando de esto, dos, tres, mil veces, las que sean necesarias, para presionar los procesos legales que están detenidos, enmendar las lagunas legales que hay, presionar a las aplicaciones que se hagan responsables de los daños que causen por ignorancia o su decisión de no actuar”, exige Raquel.
Al menos dos mujeres que acusan a Alfonso tienen denuncias penales activas en su contra. Enrique Montesinos, abogado de ambas, está seguro que hay suficientes elementos para dictar fraude genérico. Después de una reunión en la Fiscalía Regional de Tlalnepantla, explica que ya se emitió un citatorio para que Alfonso se presente a declarar al respecto, pero que las autoridades no han logrado dar con él.
Según el letrado, el caso sigue en una fase preliminar, donde se arma una carpeta de investigación para determinar si se debe vincular a proceso al acusado. Para las víctimas, el simple hecho de denunciar a Alfonso ha sido complicado, por los múltiples nombres que utiliza y la omisión de las autoridades, que muchas veces buscan disuadirlas de avanzar con sus casos.
Donde sí han encontrado una red de apoyo y refugio es en Facebook, TikTok y otras plataformas. Frecuentemente, Paulina sube videos denunciando a Alfonso. Algunos, los que se vuelven más populares, se llenan de comentarios con experiencias similares en aplicaciones de citas y otros hombres.
El grupo que lo cambió todo
A finales de 2023 surgió en Facebook un grupo privado llamado “Are We Dating the Same Guy?”, que en español significa “¿Salimos con el mismo hombre?”. La idea era simple pero poderosa: crear un espacio donde las mujeres en México pudieran advertir a otras sobre hombres que usaban aplicaciones de citas para engañar, manipular o incluso estafar.
En pocos meses, el grupo superó las diez mil integrantes, principalmente de la Ciudad de México, pero en octubre de 2024, casi un año después de su creación, una publicación lo cambió todo.
La sorpresa de Fernanda, quien en ese entonces era pareja de “Jon”, fue que decenas de mujeres comenzaron a contactarla. No solo se habían involucrado sentimentalmente con “Jon”, sino que también habían sido víctimas de préstamos falsos, engaños y deudas. La mayoría lo había conocido a través de la aplicación Bumble.
El modus operandi se repetía: “Jon” fingía ser un hombre adinerado, las conquistaba con viajes, cenas y promesas, para luego pedirles dinero prestado o incluso abrir créditos a su nombre. Indignada, Fernanda decidió hacer público su caso en redes sociales. La historia se volvió viral y, al mencionar al grupo “Are We Dating the Same Guy?”, miles de mujeres quisieron unirse. Para noviembre de 2024, el grupo ya reunía más de 15 mil usuarias de distintas partes del país.
El nombre de Mario comenzó a aparecer en el grupo a mediados de noviembre de 2024. Se hacía pasar por funcionario público y ofrecía plazas en el gobierno federal a cambio de dinero. N + publicó un reportaje sobre él en diciembre de ese mismo año, y durante un tiempo Mario desapareció de las aplicaciones de citas.
Pero a finales de junio de este año, Sofía lo conoció a través de Bumble. Desde el primer mensaje, él le ofreció un puesto en el gobierno federal. Sofía le explicó que estaba contenta con su empleo, pero le pasó el contacto de su primo, quien sí estaba buscando trabajo. Días después, su primo le transfirió 30 mil pesos.
Unas semanas más tarde, una compañera de oficina le habló del grupo de Facebook “¿Salimos con el mismo hombre?”. Por curiosidad, Sofía buscó el nombre de Mario… y lo encontró. Había al menos siete publicaciones sobre él, incluido el reportaje de N +.
Al descubrir que se trataba de un estafador, Sofía contactó a las administradoras del grupo y abrió un chat con otras mujeres que también habían sido víctimas. Algunas decidieron confrontarlo y lograron recuperar parte de su dinero. Otras prefirieron no hacerlo, por miedo: Mario tenía copias de sus documentos personales y, en varios casos, las amenazó para que no lo denunciaran.
Un análisis realizado por N + detectó 81 menciones de casos de fraude dentro del grupo, relacionados con distintos hombres, muchos de ellos utilizando la misma estrategia que Alfonso, quien, por cierto, aparece en al menos seis publicaciones.
Enrique ha sido señalado por diversas usuarias; está acusado de pedir dinero con el pretexto de cubrir los gastos médicos de su padre y tiene denuncias por fraude en Querétaro.
Otro caso es el de un hombre que utiliza el nombre de Emilio, quien hasta hace algunos meses mantenía un perfil verificado en la aplicación Bumble. En abril de este año, fue denunciado por presunto robo.
En estas denuncias se repite el mismo patrón: manipulación emocional, violencia psicológica, historias inventadas para generar lástima y el llamado love bombing, un término popularizado en los últimos años para describir esas demostraciones exageradas de afecto al inicio de una relación, usadas para ganar confianza y obtener algo a cambio.
Ante la creciente exposición de los casos, las administradoras del grupo decidieron ocultar su identidad por seguridad. También reforzaron los filtros de ingreso, ya que detectaron perfiles falsos e intentos de infiltración por parte de hombres señalados o personas que buscaban sabotear las publicaciones. Actualmente el grupo cuenta con 17.7 K miembros.
La lucha sigue
Varias de las víctimas de Alfonso están determinadas a verlo resarcir el daño. Algunas incluso hablan con perfiles anónimos en redes sociales que afirman conocerlo y les comparten información sobre sus actividades. A Paulina le han llegado mensajes de una cuenta en Facebook con hostigamiento, burlas y amenazas, que ella sólo le atribuye a su estafador. Pocas pueden realmente dar vuelta a la página.
Constantemente reciben comentarios que las revictimizan y las responsabilizan por meterse en una relación así y prestar dinero con tanta facilidad. Ante todo, ellas piden empatía. Quieren ambientes seguros para denunciar y acabar con la cultura del silencio que atrapa a las mujeres en esta pesadilla.
En palabras de Paty: “Simplemente, cada historia de vida y de vulnerabilidad de las personas es completamente única. No nos corresponde juzgar”.
Algunos nombres en este reportaje fueron reemplazados por seudónimos para mantener la privacidad de las víctimas. N+ contactó a Alfonso para obtener una postura sobre las acusaciones en su contra, pero rechazó dar entrevistas o declaraciones, argumentando que cualquier asunto relacionado con este tema se debe resolver por las vías legales correspondientes.
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Con información de N+