Biólogo Mexicano Atacado por un Tiburón al que Estudiaba Cuenta su Experiencia
N+
Mauricio Hoyos buscaba marcar un tiburón, un protocolo científico para colocarle un transmisor que permite conocer sus rutas, su conducta y hábitos alimenticios

Mauricio Hoyos fue mordido por un tiburón al que estudiaba. Foto: N+
COMPARTE:
Mauricio Hoyos se sumergió en el mar y al hacerlo transformó para siempre nuestra manera de pensar sobre los tiburones.
Ha dedicado su vida a desmentir los mitos que los rodean y a revelar al mundo su papel vital en el equilibrio de los océanos.
Paradójicamente, hace unos días fue mordido por un tiburón al que estudiaba, pero lejos de alejarlo del mar, el encuentro reafirmó su compromiso con una especie tan temida como incomprendida.
Su historia es la de un científico que convirtió una experiencia límite en una lección universal: La verdadera relación con la naturaleza nace del respeto, nunca del miedo.
Estaba marcando tiburones en Isla del Coco y traté de marcar una hembra de tiburón Galápagos como de 3 metros y medio, y tan pronto le coloqué la marca se giró y me mordió la cabeza
Mauricio Hoyos ha nadado con tiburones en más de 7 mares. Dedicado al estudio de este gran pez desde 1998, el biólogo mexicano volvió a sumergirse a inicios de esta semana en aguas próximas a la Isla del Coco, a más de 500 kilómetros de Punta Arenas, en Costa Rica.
Ataque
Buscaba marcar un tiburón, un protocolo científico para colocarle un transmisor que permite conocer la intimidad de sus rutas, de su conducta y sus hábitos alimenticios. Mauricio lo ha hecho en cientos de ocasiones, pero esta vez él se convirtió en el blanco.
Era tan grande que toda mi cabeza cupo en su boca, entonces me laceró el cuero cabelludo y la parte izquierda de la cara. Yo creo que la parte izquierda de la cara fue con la mandíbula inferior y el cráneo con la mandíbula superior
El depredador era una enorme tiburón Galápagos de 3 metros y medio de largo, que al sentir el punzón activó un mecanismo de ataque que ha afinado durante miles de años. Habitante de las aguas tropicales del Pacífico oriental, esta especie no tiene depredadores en el barrio. Es grande, fuerte, y respondió al interés científico de Mauricio Hoyos con 27 heridas punzantes infligidas con sus dientes.
Me arrancó un poco el visor, o sea, me lo quitó un poco, o sea, el visor regresó a su lugar, pero entró sangre y agua salada a la careta. Y me cortó las mangueras, y pues cuando me di cuenta que no tenía suministro, agarro el Octopus, pero el Octopus tampoco me daba aire
Y todo a 40 metros de profundidad, un abismo incluso para un buzo profesional herido, aterrorizado y sin aire. El mar, que tanto le ha dado, le montó una prueba de vida.
Entonces, sabiendo que estaba a 40 metros, sabía que tenía que subir pronto, pero no tan pronto para no tener una enfermedad de descompresión. Ya que subo a superficie, lo bueno es que estaba la embarcación ahí lista, esperándome y cuando me vio el Capitán yo vi su cara, ¿No? Cuando me vio, pues todo ensangrentado
Mauricio Hoyos fue atendido por paramédicos y luego tuvo que navegar 34 horas hasta llegar a Punta Arenas, desde donde fue trasladado a un hospital en la capital, San José. Ahí se recupera para -seguramente- regresar al mar, al de sus pasiones, al de sus amores de toda la vida, que son los tiburones.
Desde que tenía yo como dos o tres años todos mis juguetes eran tiburones, desde que vi la película uy me encantó ese animal y sí, desde chiquito siempre me han fascinado los tiburones. Hay que respetar esos animales. No estoy diciendo que no son peligrosos, simplemente hay que respetarlos
“Ya salí de la primera cirugía. Todo muy bien. Ahora sí les puedo contar”, indicó.
Historias recomendadas:
- Precio de Gas LP Subirá 0.2% en México por Nuevas Reglas de Operación para Pipas: ASEA
- Israel Se Prepara para Aplicar "Inmediatamente" el Plan de Trump y Liberar a los Rehenes
- Mujer Muere al Ser Golpeada por Convoy de la Línea 7 del Metro CDMX; Se Asomó a la Zona de Vías
Con información de En Punto
LECQ