Fiestas Clandestinas, un Hecho Recurrente en la Historia de la Ciudad de México

|

Ivan Cabrera | N+

-

A lo largo de la historia de la capital del país, las reuniones prohibidas han llenado las planas de los diarios, como las ocurridas este 3 de octubre de 2025, en la alcaldía Cuauhtémoc

Fiestas Clandestinas, un Hecho Recurrente en la Historia de la Ciudad de México

Miles de menores de edad fueron sacados de un inmueble, en la Cuauhtémoc, donde se celebraba una fiesta clandestina. Foto: X @AlessandraRdlv

COMPARTE:

Este viernes, las autoridades de la Ciudad de México y de la alcaldía Cuauhtémoc clausuraron un inmueble donde se celebraba una fiesta clandestina en la que estaban hacinados más de mil 200 menores.

Los hechos se registraron en la colonia Buenos Aires, en la citada demarcación, en donde además se vendía alcohol y había consumo de drogas.

Noticia relacionada: Clausuran Fiesta Clandestina con Miles de Adolescentes en la Buenos Aires, CDMX; Esto Hallaron

La alcaldesa Alessandra Rojo de la Vega informó que además se evitó la celebración de una fiesta clandestina más, en la que estaban también más de mil menores.

Intentos de frenar el consumo de bebidas

En los albores del México independiente, el 29 de octubre de 1822, fue publicado un bando a petición del entonces emperador Agustín de Iturbide en la Gaceta Imperial de México (2-11-1822) para regular las pulquerías por ocasionar un escandaloso desorden.

(...) ocasionando la reunión de un considerable número de personas de ambos sexos que, olvidadas de sus obligaciones, se entregan libremente a todo género de excesos con que ofender la decencia, pervierten las costumbres y atacan directamente la tranquilidad y seguridad pública

Obvio está que a pesar de defender el bien superior de la comunidad, también apelaban a que la gente no se privara de la bebida y los vendedores de las ganancias.

Una de las medidas más importantes era que los expendios de pulque prácticamente vendieran solo para "llevar" y se evitara a toda costa que los parroquianos se metieran al negocio a degustar el elixir.

Igualmente se prohíbe que en las mencionadas casas haya músicas, bailes y juegos, como también que los compradores se dilaten más tiempo que el necesario para beber el licor que compraren, o que se les despache para sus casas

El bando para regular las pulquerías en 1822, durante el reinado de Agustín de Iturbide. Foto: HNDM | Gaceta Imperial de México

El 2 de mayo de 1823, se emitió otro bando para para "evitar reuniones clandestinas y peligrosas en las casillas de pulque", por lo que se tomó la decisión de que estas fueran móviles para impedir que las personas permanecieran en los establecimiento.

Sin embargo, se modificó en 1825 (Gaceta Diaria de México, 4 de septiembre de 1825) ante la queja de los pulqueros que tenían accesorias, pues señalaron que los jacales portátiles de pulque habían hallado la manera de violar la ley y acondicionar espacios para darle a sus clientes la posibilidad de estar.

De esta manera, las autoridades del gobierno del Distrito Federal volvieron a permitir la venta en negocios bien establecidos y mandaron a retirar los móviles, dejando claro aquellas medidas que venían de 1822, es decir, que el pulque se vendiera para llevar.

Reuniones clandestinas en la gran ciudad

En una publicación del 30 de septiembre de 1824, en el diario El Sol, en el parte policiaco se informaba de una redada en uno de estos establecimientos.

En la noche del 28 (de septiembre) el capitán Vargas desbarató una reunión de hombres y mugeres (sic) que había en la bodega de la pulquería de Coajomulco con pretexto de ensayar una danza, llevándose preso a uno de los concurrentes por sospechoso

Dando un salto en el tiempo, no por falta de ejemplos, sino que la mayoría se refería a detenciones menores -de una o dos personas- por estar embriagados dentro de pulquerías, en el diario Siglo Diez y Nueve (19 de junio de 1872), se habla de una redada para detener a jugadores empedernidos.

Según refiere la nota, en una casa de la calle Cinco de Mayo, de manera frecuente se realizaban tertulias clandestinas, por lo que las autoridades tuvieron el cuidado de vigilar "debidamente a las personas que pudieran reunirse en dicho sitio con algún objeto misterioso".

Una historia de escándalo por una fiesta clandestina, en 1872. Foto: HNDM | Siglo Diez y Nueve
Una historia de escándalo por una fiesta clandestina, en 1872. Foto: HNDM | Siglo Diez y Nueve

Como en una novela policiaca, una denuncia delató a los tahúres: dieron contraseñas y datos para que un detective del DF pudieran entrar al lugar y verificar lo que ahí ocurría. El gobernador de la ciudad eligió a uno de sus hombres, quien acompañado de cuatro testigos se enfiló a la casa, a las 5 de la tarde.

Encontró en su auge el juego del monte (una modalidad de juego de baraja): había mesas, carpetas, dinero y todos los demás adminículos de costumbre. En presencia del ayudante y de las otras personas, los concurrentes jugaron tres albures (partidas), visto lo cual se verificó la aprehensión en toda forma, siendo conducidos entre filas á la Diputación, generales, diputados, propietarios y otras personas muy conocidas de la sociedad

Lamentablemente, para nosotros, en una 'mala jugada' de la ley, los nombres de los detenidos no pudieron publicarse, ya que el Código Penal no permitía la difusión.

Una fiesta que trascendió en el tiempo: el Baile de los 41

Tal vez uno de los hechos que ha logrado superar el paso del tiempo es el famoso Baile de los 41, una fiesta clandestina celebrada el 18 de noviembre de 1901, que causó un gran escándalo en la época porfiriana.

Se trató de una reunión en la que participaron 41 hombres, algunos de ellos vestidos de mujeres, por lo que fue objeto de una redada y las más fuertes críticas por la prensa del momento.

Los adjetivos son a todas luces parte de una sociedad conservadora y los periodistas fueron encargados de cuidar el bien social a través de titulares y crónicas llenas de desprecio:

"Baile de afeminados", escribió El Universal, mientras que El Tiempo publicó: "Un baile de hombres disfrazados", ambos diarios llevaron la noticia el 19 de noviembre de 1901.

Notó el gendarme de la 4a. calle de la Paz que en una accesoria se efectuaba un baile á puerta cerrada y para pedir la licencia fue á abrile un ajembrado vestido de mujer, con la falda recogida, la cara y los labios llenos de afeite y muy dulce y melindroso de habla. Con esa vista, que hasta el curtido guardián le revolvió el estómago, se introdujo este á la accesoria

El Universal publicó que el oficial encontró a unos vestidos de hombre y otros de mujer, por lo que "ganas le dieron al sereno de emprenderla á palos y bofetadas con los bribones aquellos, pero conteniendo sus justas iras, cargó con ellos á la Comisaría, dedonde fueron remitidos á Belén (sic)".

Noticia sobre el baile de los 41, en noviembre de 1901. Foto: HNDM | El Popular

Cuenta la historia que en total eran 42 (El Popular), pero uno de esos participantes era el yerno de Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre y Mier, que por ser familiar del mandatario, lo dejaron escapar. De ahí que solo hubieran sido detenidos y presentados 41.

Al notar la presencia de la policía, algunos de ellos que estaban vestidos con ropas de mujer, pretendieron huir para quitarse los vestidos del sexo contrario al suyo; pero comprendiendo la policía que se trataba de algo grave, no dejó salir á ninguno y á los 42 vestidos de mujeres fueron llevados á la Comisaría

Al final, algunos de los detenidos fueron enviados como castigo a Yucatán para reforzar al Ejército. El Diario del Hogar señaló en su título: "Señoras y señores rumbo a Yucatán". En otra nota, en tono de burla, el mismo periódico señalaba:

Las pobrecitas damas, cuyo llanto no ha cesado hasta la fecha, han sido enviadas á Yucatán para que condimenten el rancho de la tropa

Como vemos, las fiestas clandestinas han formado parte de la vida de la Ciudad de México. En muchos casos, las autoridades han querido, pero no han podido aplicar la norma a rajatabla.

Ya sea en el presente o en el pasado, los habitantes de esta urbe han buscado la manera, y muchas veces han logrado, de divertirse aún estando fuera de la ley.

Historias recomendadas:

Con información de N+