Minería en el Fondo del Mar Reduce el Número de Especies en Un 37%, Según Estudio
Elisa de Gortari | N+
El futuro de la minería estaría en el fondo del mar, pero este futuro podría ser sombrío: un nuevo estudio apunta a que en las zonas donde se practica minería marina hay 37% menos especies

La minería en el fondo del mar reduce hasta un 37% las especies en las zonas donde se practica. Foto: Pexels | AFP
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El futuro de la minería se ubicaría en el fondo del mar, pero esta práctica podría implicar un futuro sombrío para los océanos. Un nuevo estudio revela que en las zonas donde se ha practicado la minería marina el número de especies se ha reducido en un 37%.
- Las mineras buscan explotar los nódulos polimetálicos, pequeñas rocas compuestas por minerales valiosos que se forman tras millones de años en el fondo marino.
- China y Estados Unidos se encuentran en una carrera por las materias primas del fondo marino.
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Nódulos polimetálicos, las rocas preciosas que la minería busca extraer del mar
En varias zonas del fondo marino alrededor del mundo hay un recurso valioso para la industria minera: los nódulos polimetálicos. Las aguas del mar tienen disueltos metales valiosos que han sido expulsados por los volcanes marinos o arrastradas por los ríos.
En un proceso semejante a la formación de las gotas de agua en las nubes, en el mar a veces distintos metales se agrupan alrededor de una partícula sólida, como puede ser un diente de tiburón o un pedazo de coral. Por millones de años, esta voluta va sumando capas de metales disueltos en el agua, hasta que adquieren varios centímetros de diámetro.
Así nacen los nódulos polimetálicos, un tesoro perseguido por las industrias por contener varios metales indispensables para la fabricación de coches eléctricos y aparatos electrónicos. Según Elva Escobar Briones, directora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICML) de la UNAM, estas rocas formadas a través de las eras en el fondo del océano contienen cobalto, molibdeno, hierro, magnesio, níquel, cobre y aluminio, todos metales de alta demanda y amplio valor.
Las costas frente a México, clave en la minería submarina
Según la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas en inglés), una de las zonas más ricas del planeta en nódulos polimetálicos se encuentra en el Pacífico, la llamada Zona de Fractura Clarion-Clipperton.
Esta región abarca desde la costa oeste de México hasta Hawái. Tanto China como Estados Unidos desean explotar el lecho marino de zonas como esta, ubicadas en aguas internacionales, lejos de la jurisdicción de otros países.
60 países ya han firmado el Acuerdo sobre Conservación y Uso Sostenible de la Biodiversidad Marina más allá de las Jurisdicciones Nacionales (BBNJ, por sus siglas en inglés). Este acuerdo, convocado por las Naciones Unidas, busca proteger el fondo marino de la posible explotación.
Mientras que México y Chile ya han firmado y ratificado dicho acuerdo internacional, el gobierno de Estados Unidos se ha rehusado a ratificarlo, alegando que atenta contra su seguridad. El acuerdo entrará en vigor el próximo 17 de enero, pero sin las firmas de algunos actores cruciales en la emergente industria submarina.
Especies disminuyen 37% en zonas donde se practicó la minería submarina
Aunque los partidarios de la minería submarina señalan que esta tiene menores peligros que la que se realiza en la superficie, los biólogos marinos advierten que no hay pruebas de estos presuntos riesgos menores.
Ahora, un nuevo estudio apunta a que la minería submarina puede causar graves estragos en el medio ambiente de los océanos. La investigación, elaborada por la Universidad de Southampton y el Museo de Historia Natural de Londres, señala que en las zonas donde se practicó la minería en el fondo del mar, el número de especies se redujo notablemente.
En 2022, se realizó una prueba a gran escala de una máquina comercial de minería de aguas profundas en el Pacífico oriental. La máquina minó 3 mil toneladas de nódulos polimetálicos a una profundidad de 4 mil 280 metros. Según se lee en el estudio publicado en Nature Ecology & Evolution, en la zona minada hay un 37% menos de especies de animales.
La densidad de la macrofauna disminuyó un 37% directamente dentro de las pistas de minería, junto con una reducción del 32% en la riqueza de especies y un aumento significativo de la dispersión multivariante de la comunidad.
Al respecto, la bióloga marina Eva Stewart, autora principal del estudio, explicó a Nature que la minería submarina, en su búsqueda de nódulos polimetálicos, remueve la capa superior del lecho marino, rica en especies:
La máquina remueve aproximadamente los cinco centímetros superiores de sedimento. Ahí es donde vive la mayoría de los animales. Así que, obviamente, si se remueve el sedimento, también se remueven los animales que contiene.
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