Chalco Bajo el Agua: el Éxodo de las Familias que Ya No Pueden Vivir Entre Inundaciones

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Andrés M. Estrada

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Este desplazamiento es un fenómeno silencioso, provocado por lluvias cada vez más intensas, debido a la variabilidad climática, aunado al colapso del sistema de drenaje y falta de planeación urbana

Desplazados por inundaciones en Chalco

Las inundaciones recurrentes en Chalco han provocado que sus habitantes opten por desplazarse a vivir a otros lugares. Foto: N+

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Las pesadillas de Ruth Cortés Soriano han sido recurrentes: “He soñado que sigo inundada. Sueño que se me meten los animales al cuerpo”. Hace 9 meses padeció las fuertes lluvias que azotaron la colonia Culturas de México, en el municipio de Chalco, Estado de México, que dejó su hogar, y el de miles de familias, sumergido bajo las pestilentes aguas.

“Eran aguas verdes las que estaban adentro de la casa. Había hartos gusanos; hartos mosquitos. Fue una cosa tan fea. Ya no era ni casa, parecía un pantano”, recuerda con amargura aquel evento, en el que pasaron más de 4 semanas para que el nivel de la inundación bajara. “Nos llegó casi hasta el pecho”, describe Ruth, de alrededor de 1.60 m de altura, mientras el cielo comienza a tronar con la amenaza de que más tarde se precipitará.

Luego llegaron los estragos. La humedad penetró las paredes de su vivienda y comenzó con un dolor de huesos, en la ciática, vértigo. No pudo más. Abandonó, junto con su esposo y su hija, el hogar que le dio techo durante décadas y se mudó a rentar a 14 km de ahí, al municipio de Tlalmanalco, Estado de México.

Se convirtió en desplazada climática, aunque no es un concepto con el que esté familiarizada. La Agencia de la ONU para personas refugiadas enmarca en este tipo de desplazamiento a aquellas personas que deben abandonar sus hogares para refugiarse en lugares más seguros ante eventos climáticos, como sequías, inundaciones o incremento en el nivel del mar. 

En Chalco esto ya ocurre, pero aún es un fenómeno silencioso. El cambio climático ha provocado lluvias cada vez más intensas, aunado al colapso del sistema de drenaje, acumulación de basura, la ausencia de una planificación urbana y abandono de autoridades. 

“Es un caso bastante representativo en cuanto a cómo se ven los impactos del cambio climático, aunados a otros factores importantes como son el manejo de residuos, el tema de la planeación y el diseño urbano”, expone Pablo Ramírez, especialista en Energía y Cambio Climático de Greenpeace México.

El Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático México, muestra que Chalco, compuesto por una población de 400 mil habitantes, se ubica en la actualidad entre los municipios del país con un nivel de exposición alto de “vulnerabilidad de los asentamientos humanos por inundaciones”.

“Tomando en cuenta las condiciones y el nivel socioeconómico, el acceso a los servicios de las poblaciones de Chalco, hace que este tipo de impactos se sientan y se han sufrido de una manera mucho más exacerbada”, explica el especialista de Greenpeace. 

Y eso lo que nos muestra es que existe desplazamiento climático interno, no solamente en las comunidades rurales, sino también en los asentamientos periurbanos”, agrega.

Lo que ocurre en este territorio, así como en todo el Valle de México, es una variabilidad climática, que impacta en la vida de los habitantes, detalla Juan Carlos Narváez Gutiérrez, profesor del doctorado de derecho del Instituto de Investigaciones Jurídicas e investigador del Seminario Universitario de Estudios sobre Desplazamiento Interno Migración Exilio y Repatriación (SUDIMER) de la UNAM.

“Si tú vives en una comunidad que sabes que cada cierta temporada se va a inundar, eso va a tener implicaciones para que no puedas llegar al trabajo, a la escuela, abrir tu negocio o hacer cualesquiera otras actividades no solamente laborales, sino recreativas”, destaca.

Esto interviene en la toma de decisiones de las personas, para continuar desarrollando su vida de manera cotidiana y tomar la determinación de cambiar de lugar de residencia de manera forzada.

Los desplazados internos son las personas o grupos que se han visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual para evitar los efectos de un conflicto armado, situaciones de violencia, violaciones de derechos humanos o catástrofes naturales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado ninguna frontera estatal internacionalmente reconocida, señala la ONU.

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Fragmentación familiar y desarraigo de la comunidad

María Soriano, de 82 años de edad y madre de Ruth, también tuvo que desplazarse y refugiarse con otra de sus hijas, que vive en la alcaldía Iztapalapa, en la Ciudad de México. Hace unos días regresó al que ha sido su hogar durante más de cuatro décadas, pero alejarse por meses ha sido triste.

“Uno ya se acostumbró a estar en su casa”, dice, “lo más difícil es no poder salir y entrar a la hora que yo quiera, porque está uno en casa ajena”.

El desplazamiento en este territorio es un fenómeno silencioso, del que sólo se percatan las mismas familias fragmentadas y los vecinos de la comunidad. Lizeth Martínez al igual vive en la colonia Culturas de México, desde el año pasado su familia, de ocho integrantes, se partió a la mitad.

“Mi hija se tuvo que ir, precisamente por esta situación, porque era la que ocupaba todo el primer nivel con su esposo y sus bebecitos”, platica sobre la ocasión que amanecieron bajo el agua.

“No solamente es que dejan sus espacios de residencia, sino van dejando sus espacios de comunidad, familiares, de sociabilidad. Se destruye la cohesión social, lo que se va construyendo de manera día a día y por décadas de manera comunitaria”, apunta Juan Carlos Narváez, respecto a los jóvenes y familias que se van desplazando.

Rocío es hermana de Ruth. Ella y sus hijos son los que aún residen en la casa de la familia Cortés Soriano. Al platicar con sus vecinos ha escuchado el temor de nuevas inundaciones. 

Se encharca y ya están con el ‘Jesús en la boca’, de qué hacer. Porque ellos se fueron de aquí”, dice al referirse que algunos regresan cuando termina la temporada de lluvias. “Se fueron como unos ocho o diez en mi cuadra (familias completas)”, relata.

Gloria López Santiago, psicóloga y victimología, explica que los habitantes de este territorio han tenido afectaciones psicológicas, emocionales y de estrés, es decir, un efecto traumático, que se reactiva cuando ven que va a llover.

“Traen todas estas afectaciones ya de varios años, de la incertidumbre, no saber qué va a pasar con su patrimonio, con su familia; cuáles son las opciones que tienen para poder valorar el hecho de tener que irse a rentar, a buscar algún otro lugar, el irse con los familiares”, afirma.

Juan Carlos Narváez subraya que al resquebrajarse el tejido familiar hay efectos visibles y no visibles, que impactan en lo socioemocional por la ausencia, lo mismo que existen dinámicas de cada integrante que apoya en la mano de obra, cuidados, etc.

 “El desplazamiento forzado, esta ruptura de lazos familiares y culturales, el desarraigo. Porque al final se arraiga a su comunidad, a su barrio, colonia”, indica.

Adaptarse a las inundaciones que son una constante 

Las anegaciones no son nada nuevo en este territorio chalquense. Ocurren desde hace décadas en cada temporada de lluvias. Sin embargo, lo que ocurrió a inicios de agosto de 2024 evidenció un problema al dejar cientos de hogares bajo el agua, tras el colapso del sistema de drenaje. La causa fueron las intensas lluvias y un inmenso tapón de basura.

Aunque el problema no terminó cuando se desazolvaron las tuberías y se drenó el agua, después de más de un mes. Persisten los olores fétidos, las paredes de los hogares quedaron dañadas, además de problemas de salud, psicológicos y el miedo de los pobladores ha permanecido.

“Esto ya lleva más de 30 años que aquí se inunda”, cuenta Ruth Cortés mientras relata que ha sido estigmatizada por vivir en la colonia Culturas de México. “‘Es que si tú ya sabías cómo era aquí, para qué te vienes a vivir’”.

Su familia, dice, llegó a ese punto de Chalco hace más de 40 años, cuando apenas había unas tres o cuatro casas y no estaba pavimentado ni contaban con servicios básicos. “Y con el tiempo hasta la fecha nos inundamos al transcurso de los años”, lamenta.

Gloria López Santiago, describe que al darse cuenta del perjuicio en su hogar, al que consideran seguro, se da un proceso de duelo en cuanto a pérdidas materiales, económicas y sociales. Y lo ideal sería recibir una atención psicológica por la vivencia traumática.

“Las personas incluso han aprendido algunas a vivir con esto. Han construido sus casas, han hecho como estos de especies como de escalones (en las entradas de sus casas para que no se introduzca el agua)”, describe Narvaez.

A pesar de que las inundaciones suceden cada año, la situación no se ha solucionado, cuestiona el representante de Greenpeace.  “Esa es una de las grandes pendientes que existe. Dentro de los Atlas de Riesgo, está perfectamente bien ubicado que el municipio está en un alto riesgo por temas de inundaciones. Las autoridades lo saben, el tema es que no se han tomado las medidas necesarias para poder prevenir este tipo de impactos”.

Apenas el pasado 18 de junio de 2025, la Conagua informó sobre la entrada en operación del colector Chalco, de 1,800 m de longitud y 2.44 m de diámetro, que “mejora la conducción y el desalojo de aguas residuales y pluviales, en beneficio de miles de habitantes” de las colonias Culturas de México y Jacalones, para reducir el riesgo de inundaciones.

“Se toma el tema de las inundaciones como un tema de falta de infraestructura o de la estructura mal instalada. Sin embargo, lo que estamos viendo es que la infraestructura por muy mala que haya sido diseñada tenía cierta funcionalidad. El tema es que hoy día es cada vez más frecuente”, subraya el investigador de la UNAM. 

*Se consultó a las autoridades del municipio de Chalco, a través de su área de comunicación para conocer su postura y las soluciones que se están implementando para atender esta problemática. 

El Ayuntamiento respondió que tenían conocimiento de que en la inundación del año pasado, algunos se fueron a casa de sus familiares, y los que estuvieron en los albergues sí regresaron a sus hogares. 

Respecto a la salud mental de sus habitantes, informó que la Jurisdicción Sanitaria, junto con el sistema municipal del DIF, le dieron seguimiento de atención médica y tratamiento psicológico a quienes lo requerían.

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