De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), un golpe de Estado sucede cuando por la fuerza o por medios inconstitucionales, se destituya a quien ostenta el poder político.

Esto puede suceder mediante una rebelión, un alzamiento o levantamiento.

El presidente del Ejecutivo podría ser el artífice de un golpe de Estado si, por ejemplo, ordena la disolución del Parlamento fuera de las facultades que le brinda la constitución de su país.

Un golpe de Estado también puede suceder por parte de los militares, aunque en ese caso se le denomina comúnmente como golpe militar.

Pese a que también se considera como un acto político violento, éste toma distancia y tiene diferencias con las revoluciones, las guerras civiles o los golpes militares, como ya se mencionó.

Se considera como un autogolpe cuando el Estado transgrede la institucionalidad de los poderes formales o, de nuevo, cuando se anula el poder del parlamento.

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Entre las características de un golpe de Estado se pueden enlistar las siguientes:

Acciones violentas y repentinas.
Son ilegales e inconstitucionales.
Si son de movimientos armados, podría haber muertos.

El antecedente más antiguo de un golpe de Estado data del siglo XVII, cuando Luis XVI, entonces Rey de Francia, tomó una serie de medidas violentas para hacer a un lado a quienes consideraba como sus enemigos. Además, lo hacía en nombre del “bien común” o para procurar la seguridad del Estado.

Actualmente hay al menos 14 líderes de Estado que asumieron el cargo mediante un golpe.

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